′Los Kirishima ′ .
♣♣♣♣♣
La puerta sonó. Misaki no se movió, aguantó la respiración. Su cabello castaño goteaba, algunas gotas diminutas de agua escurrían por su rostro,bajando por su cuello y atravesando su cuerpo hasta su parte inferior, las que no completaban el recorrido caían al piso y dejaban su marca en el.
Sin hacer mucho ruido tomó la toalla azul rey y cuidadosamente se la colocó en la parte baja de su cuerpo. Caminó descalzo hasta su cuarto,lentamente giró la perilla. Un chirrido en la puerta hizo que volviesen a tocar,ahora con más fuerza.
—Misaki,¿estás ahí? —oyó una voz conocida —.Soy Todō.
Se asomó por la puerta de su habitación, mirando hacia abajo de las escaleras aún con la toalla puesta. No abriría. No hasta que Todō demostrara que era realmente él.
Cinco golpes lentos y un silbido le confirmó que era real.
Solo se puso una bata y bajó las escaleras.
Abrió la puerta. Su amigo no se incómodo por verlo sin nada debajo, contrario a eso pidió pasar, petición que fue aceptada.—Iré a vestirme—anunció comenzando a subir las escaleras.
Shinnosuke se dejó caer al,un tanto grande, mueble de la sala llegando a recostarse. Acomodó la bolsa que traía en la mesita.
Tronó los dedos de sus manos e inhaló grandes bocanadas de aire, luego las soltó. Le gustaba el olor de la casa de la casa de Takahashi, el ambiente se sentía tenso y te desesperaba pero el olor te relajaba.
Misaki olía igual a su casa, como a fresas o a otra cosa dulce incapaz de describir. Era un olor suave y lindo.
Y no lo pensaba porque se la pasara olfateando a Misaki tal cual acosador.—Listo —. Una delgada figura bajaba de vuelta las escaleras,con ropa esta vez.
—Estaba lleno de trabajo,por eso no podía venir —,explicó —. Te traje un postre.
—Lo lamento, sé que dije que no pasaría de nuevo. Fallé.
—Lo importante es que estés bien.
—...
—¿Takahashi?
No hubo respuesta.
—Oye —. Atrajo su atención — ¿Qué tal estás?
—¿Bien? ¿Normal? No lo sé.
—¿Has tomado las pastillas?
—Sí...
—Takahashi —Todō endureció su tono de voz —¿las has tomado o no?
—Sí... A veces —se detuvo — muy pocas...
Todō se acomodó mejor en el asiento a la par que le exigía con la mirada una explicación.
—¡Es que...! —se excusó — ¡me mareo y...!
—Takahashi, por favor. Ya te dije el porqué debes tomarlas, ¡todo es por tu bien!
—¿En verdad crees que me ayuden? Yo no siento cambios al tomarlas —, se sentó a su lado —, todo sigue igual.
Un golpe seco en la puerta los hizo saltar del susto.
—Iré yo —Todō tomó la iniciativa levantándose. Caminó hacia la puerta y abrió sin asomarse por la mirilla de la puerta.
El chico de cabellos castaños vio por un momento como el cuerpo de su mejor amigo era cortado, la persona encapuchada no paraba de sacar y meter el cuchillo de carnicero. Los gritos desgarradores aturdían con tanta intensidad los oídos del espectador de nombre Misaki que lo obligaban a cubrirlos con sus dos manos fuertemente.
La sangre no paraba de brotar y escurrirse hasta llegar a los pies cubiertos con botas negras de ésa persona. Aquella procedía a matarle ahora, observó como se acercaba a grandes zancadas.
—Takahashi...¡Takahashi! — el desesperado tono en la voz de su amigo lo regresó a la realidad.
—¿Qué...? —preguntó aún intentando asimilar cuál era la realidad.
—El señor Takano vino a informar que no salgamos de casa tan tarde. Asesinaron a la señora de la casa a dos cuadras de aquí.
—¿A dos cuadras? ¿La familia de tres?
—Exactamente.
—¿Ki...? — no término de mencionar el apellido,fue corriendo velozmente hacia el lugar mencionado anteriormente.
—Takahashi...¡Takahashi!,¡Misaki! — Todō no pudo detenerlo,antes de que la persona a la que intentaba llamar saliese a toda prisa de la sala y,posteriormente, de la casa solo alcanzó a gritar su apellido y al verlo más lejos le gritó por su nombre.
Cuando vio la silueta cerca del incidente fue corriendo tras él por si se le ocurría hacer alguna locura.Shinnosuke Todō llevaba casi un año y medio relacionándose con Misaki, fue el primer mejor amigo que el chico castaño logró conseguir. Todō lo aceptó con toda su paranoia, a pesar de que siempre le insistía en ir al médico, lo tranquilizaba y lo apoyaba, pero sobre todo,lo quería.
Los dos habían creado un vínculo de cercanía en esos pocos quinientos veintidós días que tenían de conocerse.Takahashi no solía contar su vida personal tan fácilmente, por eso, el hecho de que le contase al menos lo superficial a su amigo era un logro. Actualmente ya llevaban un lazo más íntimo, donde Misaki dejaba aún lado su vergüenza y miedo y le contaba un poco más a Todō, o para explicar mejor,la mayor parte de las cosas que le sucedían. No todo, los dos tenían secretos que guardarse todavía.
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Para Misaki fue un alivio que el cuerpo muerto no se encontrara frente a su casa en esta ocasión. Pero fue una preocupación más grande al saber que la señora que se comportó amable con él muchas veces fue asesinada brutalmente.
Y él decía que asesinada,a pesar de que la gente rumoreaba que era suicidio sabía perfectamente que no era así. La señora no pudo haberse suicidado, menos arrancándose la piel de esa manera.
Obviamente, para dar el caso por cerrado, los oficiales y detectives dirían que sin lugar a dudas se había suicidado.Takahashi fue directamente hacia los familiares. El esposo y la hija, los dos estaban más que destrozados. Si bien el señor sufrió mucho, la niña era la que más preocupaba en ese instante, no contaba con más de nueve años, ver a su madre de una forma tan...inadecuada sería un trauma seguro.
—Señor Kirishima... — No hallaba las palabras correctas para comenzar a hablar. La pequeña niña corrió a sus brazos y se refugió en ellos, Misaki rodeó la pequeña y delicada figura abrazándola tratando de no ser muy brusco.
—Lo siento tanto — Se dirigió al hombre y a la niña al mismo tiempo — Te quiero,Hiyori — plantó un beso pequeño en su cabeza.
❣FIN DEL ACTO 6❣
N/A: Vaya,un mes sin actualizar, si todo va bien en mi examen de mañana, haré dos actualizaciones más en ésta semana.
NennyCx Espero que le guste♥
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Desde La Oscuridad (Junjō Romantica)
FanfictionMisaki siempre le temió a aquella casa que podía ver fácilmente desde su ventana. "¿Qué clase de secretos se ocultan dentro?", se preguntaba.