′ La serenidad en sus ojos ′ .
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Misaki se sentía por primera vez a salvo en sus sueños. Una calidez y aroma muy conocidos, en el fondo de su ser, para él se hicieron presentes.
Se encontró subiendo unas escaleras comunes de encino. Jamás en su vida estuvo antes en el pasillo que visualizó al llegar arriba, extrañamente a pesar de ello, sabía exactamente a dónde ir.
Dobló, pasando varias puertas. Fue llenado de ansiedad, sólo que su cuerpo no parecía querer entrar a ninguna otra, buscaba una en específico. A alguien en específico.—Amor —, oyó una voz familiar. Esa persona salía de la habitación continua.
Misaki sonrió automáticamente, levantando su mirada al rostro del contrario. Sus ojos verdes se conectaron con el color profundo de los ajenos.Despertó agitado. Llorando. Con un dolor que no era capaz de diferenciar. Un vacío en su interior que lo absorbía. Una necesidad de correr y abrazar pero, ¿a quién?
Sus ojos se quedaron mirando en un punto fijo de la habitación sin prestarle atención a lo que de verdad se mostraba en su punto de visión.
Trataba de recordar el rostro del hombre. O algo, por muy mínimo que fuese. La más pequeña pista podía servir.
Desafortunadamente, no lograba recordar nada del aspecto de la otra persona.Volvió a dormir. Esperando experimentar con reiteración ese agradable sueño.
Los días que le seguían soñó lo mismo.
Eran tan agradables como la primera vez. Las situaciones presentadas no se alejaban de lo que comúnmente pasaría en la vida real. Eso necesitaba; algo normal, común, algo que cualquier otro puede hacer en su día a día, experimentarlo aun si es por medio de los sueños.En cada uno se juntaba incesablemente con el hombre de manos frías. No comprendía porqué lo abrazaba, lo besaba o lloraba con él, pero sentía una conexión especial.
Se prohibió mentalmente buscar señales de que existiera en la vida real, o de que tuviese relación con lo que le pasó todos esos años de sufrimiento. Tampoco quiso relacionarlo con la casa o la muerte de sus padres.
Evitó pensar en ello.
Quería ser envuelto por el dulce perfume, y ser llevado por el cálido sentimiento que se formaba en su pecho.
—Te extrañé—, los fuertes brazos formaron un escudo alrededor de su ser y su frágil corazón.
—¿Cuándo me abandonarás?—, la pregunta salió, no la pensó, ni se esforzó en retenerla en sus entrañas. Su curiosidad pudo vencer ese miedo de entablar una conversación con él.
Silencio.
Tanto silencio que sus oídos dolían.—No hay porqué quedarse callado. Lo aceptaré—, tocó su mejilla. Blanca. E inevitablemente helada.
Apartó su mano. Asustado.
—Estás...—, evitó un comentario hiriente —. Ya lo hiciste, ¿no? Ya me has dejado atrás.Y sus sueños se derrumbaron al saber la verdad.
Solo. Irremediablemente solo. Lloró.Los brazos que antes lo hacían sentirse protegido ahora se incrustaban como espinas en su alma. Despertó inundado en lágrimas de temor con suplicas de perdón retumbando en sus oídos por parte de ese hombre.
—Te perdono —. Esperanzado de que aquel señor de mirada triste escuchase sus inentendibles murmullos, producto de sus lloriqueos imparables —, ¡te perdono!— no comprendía su pesar. El porqué su pecho se comprimía, porqué su cuerpo temblaba —. No me dejes. No tú.
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Desde La Oscuridad (Junjō Romantica)
FanfictionMisaki siempre le temió a aquella casa que podía ver fácilmente desde su ventana. "¿Qué clase de secretos se ocultan dentro?", se preguntaba.