°Capítulo 32: El fin del caos.°

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DIMITRY


Al avanzar en el pasillo escucho un grito.

-¡¡AGHHH!! ¡DUELE COMO EL INFIERNO! -reconozco la voz de Nina, se escucha desesperada.

Giro y me encuentro a la puerta, la puerta tiene una pequeña ventana redonda y vea a Nina en la camilla. Inmediatamente entro haciendo que una enfermera voltee a verme.

-Señor, usted no puede estar aquí. Por favor salga. -la enfermera me empuja.

-Ella es mi esposa y el que viene es mi hijo. -ella voltea a mirar al médico, el médico me miro unos segundos y después asiento.

Nina grita de nuevo.

-¡¡DIOS MÍO!! ¡¡AGHHH!!

Me acerco rápidamente y le cojo la mano.

-Nina, todo va a estar bien. Estarán bien. -Ella gira su cabeza y me mira, está algo roja, sus labios blancos, su frente con gotas de sudor y ojos aguados.

-¿¡Qué putas haces aquí, idiota!? -aprieta mi mano.

-Quiero estar en el nacimiento de mi hijo. -ella cierra los ojos y frunce su ceño. -Nina, aguanta, ya casi.

Una enfermera me entrega una bata, con tapabocas y gorro. Me hago al lado de Nina y veo como ella hace fuerza.

-¡DIMITRY NÓVIKOV, SÍ ME VUELVES A DEJAR EMBARAZADA, TE CASTRO! -amenaza ella pujando.

-Tranquila mi vida, los otros serán por cesaría. -ella aprieta más mi mano y gruñe ante mi comentario.

-Señor es mejor que salga. -me habla una enfermera, y desvío la vista de Nina.

La enfermera me amenaza con llamar a seguridad si no lo hago, pero lo que me hace obedecer son los gritos de Nina.

Al verla por última vez ella me sonríe y salgo.

Camino a la sala de espera y me topo con Martina, Fernando, Viktor, Dina, mi padre y mi madre con el pequeño Mason.

-¿Cómo va todo?

-¿Ya nació?

-¿Es niño o niña?

-¿Le dolió?

-¿Tengo hambre?

Me siento para que todos se calmen y me dejen hablar.

-Está en labor, no ha nacido y todavía no sé que es. -lleva una mano a mi cara. -Estoy nervioso.

Mi padre me toca el hombro.

-Es normal, es tú primer hijo. -él me sonríe para darme fuerzas.

Suspiro rogando que todo salgo bien. No soportaría que les pasará algo, mi príncipe y ella. Estoy casi seguro que será un niño, mi príncipe, mi hijo.


NINA

Los dolores estaban volviendo más insoportables a cada minuto, la enfermera me había dado alientos. Me había dicho que todo valdría la pena cuando lo o la tuviera en mis brazos, y espero que esto pase rápido.

-¡¡JODER!! ¡¡DIOS, AYÚDAME!! -una enfermera me seca el sudor.

El médico me mira fijamente.

-Escúchame bien Nina. Quiero que pujes todo lo que puedas, como nunca. -él abre sus ojos. -Ahora.

Asiento y cierro los ojos y empiezo a pujar, siento un inmenso dolor en mi vientre y después en mis caderas. Jadeos, gemidos, y respiraciones forzadas se escuchan en la habitación pero sólo cuando volteó y veo mi reflejo en una charola de metal es que entiendo que yo soy la que estoy produciendo esos sonidos.

Amor Por ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora