Nina Freeman busca la aprobación de su proyecto. Ella es carismática, alegre y no se deja intimidar de nadie.
Cuando te topa con el gran Dimitry Nóvikov, que es el hombre que puede aprobar su proyecto, y le hace una propuesta que nunca se imaginó...
Miré el edificio que tenia al frente, muy imponente y elegante, el portafolio resbalaba de mi mano derecha por el sudor que emanaba. Al entrar una mujer rubia me recibió y me guió hasta la sala donde se celebraría la junta, todo lo tengo planeado, pensé en las posibles preguntas, en los impedimentos y estoy muy preparada, esto significaría un logro muy importante como Chef.
Un hombre alto, blanco y de cabello rubio casi blanco me recibe, Mr. Floyd.
Después de unos minutos empiezan a llegar las personas en su mayoría hombres, mi corazón empieza a acelerarse pero debo de calmarme. Volteo para observar la pantalla con la información.
'Respira, todo saldrá bien. Nina Freeman, tu puedes con esto y más'
Al voltearme todo están sentados esperando por mi, y al frente mio y de la cabecera de la mesa esta un hombre.
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(...)
La junta es un éxito, todos han estado de cuerdo conmigo, han visto que soy capaz de liderar este proyecto, este proyecto es mio.
-Ya que la señorita Freeman nos ha expuesto su proyecto, quiero saber quienes están de acuerdo. -Mr Floyd habla sonriendo, él ha sido uno de los que desde un principio me ha apoyado.
Las personas empiezan a levantar la mano, esto es un paso muy importante para mi, Mr. Floyd me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa. Miro al frente y veo que todos alzaron la mano excepto una persona, Dimitry Nóvikov. Miro a Mr. Floyd y el borra su sonrisa suspirando con pesadez.
-Nina, si el Mr. Nóvikov no da su aprobación, no importa cuantos votos a favor tenga tu proyecto, no se podrá realizar. --él me toca el hombro.
(...)
Tengo rabia, tengo miedo, tengo impotencia, tengo coraje, tengo de todo en este momento. El gran Dimitry Nóvikov me mando a llamar y supongo que es para hablar del proyecto pero si fuera por mi le daría una cachetada y saldría corriendo, no es porque sea mi proyecto pero es la mejor opción y el imbécil éste no lo ve así. Ojalá se quiebre una pata cuando salga de aquí.
-Señorita Freeman. --una voz me hace darme la vuelta y me encuentro con él. Su apariencia es diferente ahora que lo tengo al frente, me lleva una gran diferencia de estatura, su color de piel muy blanca me hace sentir como una mancha, su cabello rubio y ojos azules que me miran lanzando dardos me deja petrificada. Él es el tipo de hombre que he soñado, un adonis puro pero su mirada y actitud me intimida.
-Buenos... días. --mi voz sale un poco temblorosa.
Él cierra la puerta y camina hasta sentarse en el escritorio y se sienta mientras me señala el asiento delante de él.
-Soy un hombre de negocios, por lo cual soy muy directo y aun tenga que admitirlo, tanto usted como yo nos necesitamos. --al escuchar lo ultimo puedo sentir mis mejillas arder. --Señorita Freeman, usted quiere que yo apruebe su proyecto, naturalmente necesita algunos ajustes pero esta pasable. --aprieto mi puño, él me dice que necesita ajustes, ¡por Dios! ¡He planeado esto por meses y él me dice que necesita ajustes! ¡Simplemente imbécil! --El punto es que yo puedo aprobar su proyecto pero a cambio de eso necesito que ne ayude en algo.
-Ya sabia que esto no era nada bueno. --susurro pero él me alza las cejas. Creo que me escucho.
-Le presento el contrato, --estira un papel con una pluma. --Si usted, Nina Freeman acepta casarse conmigo yo aprobaré su proyecto.
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-¿Estás jugando? --sale de mis labios mirándolo con enojo.
-Yo nunca juego, señorita Freeman. --él entrelaza sus manos.
-Me estas jodiendo, porque no encuentro otra explicación. --me levanto del asiento y empiezo a caminar por la oficina. --A quien se le ocurre pedirle a una completa desconocida que sea su esposa, eso no es posible, y... y eso se llama chantaje, me estas chantajeando. --lo miro y estoy segura que ahora estoy roja pero de furia.
Él sigue en su asiento mirándome fijamente.
-No, además no es para tanto, el contrato es de trabajo y es por un mes. --él se levanta de su asiento y camina a mi. --No le veo el problema, usted quiere realizar su proyecto y yo necesito una esposa, es muy simple, solo para pasar una vacaciones con mi familia. --él se acerca y me pone las manos sobre los hombros. --Es un amor por contrato.
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Tan, tan, tan. Aquí esta el capitulo, para las personas que se preguntaron como comenzó la historia y pues para que enciendan un poquito mas.