°Capítulo 31: Labor de parto.°

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NINA

Cojo el tacón y lo tapo con el asiento para que no lo vea él, él habla algo pero no pongo atención, estoy más concentrada en lo que voy a hacer, mi bebé se sigue moviendo y dándome dolores, debe estar muy preocupado pero pronto estaremos bien, no dejare que nada nos pase.

-Cariño, ¿y será él o la bastardo? -dice y ríe cinicamente, siento como una energía se apodera de mi, mis fosas nasales se abren y siento como mi aliento sale caliente, siento otra puntada de dolor y no me importa, la irá que me invade puede más.

Cojo el tacón con más fuerza.

-¡¡Esto es por mi hijo!! ¡¡Bastardo!! -una corriente de sangre me salpica en la mano y veo como sale a borbotones de su parte superior derecha de la cabeza; cae inconscientemente.

Ahora tengo un nuevo problema: el carro sigue andando.

Paso repentinamente de la irá, dolor y cólera a la angustia, preocupación y más dolor en mi vientre; el carro sigue andando y una corriente de adrenalina recorre todas las venas de mi cuerpo anestesiando considerablemente el dolor en mi vientre, no creo que sean dolores de parto, falta un mes y medio para culpar los 9 meses y ese niño no se puede adelantar. Miro dudosa el asiento de copiloto y me paso ágilmente y al sentarme una puntada llega de nuevo.

-¡Mierda! ¡No sabía que estar embarazada iba a ser tan doloroso! -grito y pongo mis manos alrededor de mi grande vientre para hacer el vano intento de calmar el dolor.

Miro a Julián todavía inconsciente, el carro a bajado la velocidad pero sigue en marcha. Abro mi pierna y recibo otra puntada, trato de ignorarla y acerco mi pierna al freno del carro, arrastrándome llego y lo piso, el carro frena súbitamente y me golpeo en mi vientre, pongo el freno de mano y saco mi pie, me acomodo en el asiento y respiro, no me di cuenta de cuando tenía lágrimas en los ojos y mi corazón se puso a mil.

Miro de nuevo a Julián y el miedo me invade cuando noto que se está moviendo, busco con la mirada el tacón y recuerdo que está en la parte de atrás; él inclina su cabeza y me mira adormiladamente.

-¡¡AHHHG!! -grito al mismo tiempo que involuntariamente lo golpeo en la cabeza con mi puño. -¡Dios! -él cae en el asiento y me felicito mentalmente por hacerlo noqueado de un sólo golpe, y después me llega el dolor en la mano, mis ojos se cristalizan por el dolor y reprimo mi chillido. Tiene la mandíbula muy dura.

Bajo del carro y saco una maleta, cojo mis tenis y le saco los cordones, después respiro nuevamente y recuerdo una película en la que la protagonista hacia lo mismo; arrastro el cuerpo de Julián, pesa demasiado ya que él es como Dimitry, forma y situación equivocada para acordarme de él.

Mi vientre me duele, el dolor se está volviendo intenso, estoy a las afueras de Berlín y no hay ni una granja, vuelvo a enfocarme en el cuerpo de Julián y en todo lo que tengo que hacer, áto sus pies, sus manos, saco unas medias -no sé sí están lavadas- y las áto formando una soga, la cual áto a la boca de Julián sin tapar su nariz. Lo dejó a un lado de la carretera y subo al auto.

Tengo un largo camino por recorrer hasta mi casa.


(...)

El dolor sigue con más intensidad, creo que son contracciones y sólo pido que el bebé este bien y que no sé adelante. He conducido lo mejor posible como me lo permite el dolor punzante en mi vientre.

-¡Estúpido Dimitry! ¿¡Por qué cuando se necesita no aparece el imbécil que tienes por padre, bebé!? - grito tratando de convencerme que así aliviaré el dolor que siento. -¡Si me dejas embarazada de nuevo, te castro Dimitry, te castro! ¡Me oíste Idiota!

Amor Por ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora