Taehyung
—Doce rosas, quiero doce rosas.
—¿Eso? —preguntó con un deje de felicidad— ¡Perfecto! ¡Ahora mismo voy por ellas!
—Debes volar a Francia y traerme doce rosas, solo así te perdonare —sabía que era imposible que él fuera a Francia solo a eso.
Y justamente así, él nunca tendría su segunda oportunidad.
—¿Francia? —se rascó su nuca
—Francia —contesté fríamente.
—Está bien, vuelvo mañana en la noche —y sin más, salió por la puerta.
Volvió a entrar rápidamente y se dirigió a la habitación.
—Ocuparé esto —salió arrastrando la maleta y volvió a salir por la puerta.
Volvió a entrar y ahora él se dirigió a mí. Depositó un beso en mi frente y me sonrió.
—Me faltaba eso.
Volví a mirarlo salir por esa puerta pensando en lo enamorado que me encontraba de aquel hombre.
Después de un rato él me mandó una foto de su boleto de avión a Francia. Hoseok si había comprado un boleto de avión a Francia... Hoseok estaba volando a Francia.
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Él estaría llegando aquí como a las nueve o diez de la noche, porque al siguiente día él me mandó una foto de su boleto y una donde se observaba que ya se encontraba abordando el avión de regreso.
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Acostado y arropado con varias cobijas y peluches, estaba sentado frente a la televisión cuando la programación normal se irrumpió con una noticia de impacto abarcando toda la pantalla.
Se reporta el choque de un avión procedente de Francia. No se encontraron sobrevivientes. Es el 116 de la aerolínea francek.
Rápidamente abrí mi celular y comencé a mandarle mensajes a Hoseok y a marcar.
Ninguno de los dos llegaba o entraban.
Traté de tranquilizarme, había miles de vuelos de Francia a Seúl, no precisamente tenía porqué ser el suyo.
Observé la imagen que Hoseok me había enviado hace horas de su boleto de avión y en el pude leer:
Aerolínea FranceK.
Vuelo: Francia-Seúl.
Asiento: 5-b.
El horario, hora de llegada y de salida, y... El número de avión.
El número del avión era el 116.
Hoseok
¿Puede darme un boleto de regreso a Seúl, por favor? —pregunté en inglés para no complicarme la vida tratando de encontrar a alguien que entendiera coreano.
La recepcionista me observó.
—Claro —sonreí para mis adentros, si sabía inglés—. El próximo vuelo es en tres horas, como el vuelo dura once horas estaría llegando a su destino mañana en la noche o quizá al otro día en la madrugada.
—Sí, está bien. Con que pueda llegar a Seúl —sonreí y ella me devolvió la sonrisa.
—¿Alguna maleta? —la maleta de Taehyung estaba justo a mi costado y sostenía el ramo de rosas en mis manos.
—Si. Por el momento esta vacía, pero, meteré las rosas ahí.
—¿Rosas?
