Capitulo 1.

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Tres meses después

Aquella noche en donde Mona se perdió, no la volví a ver, la chica desapareció en el bar, el cual tuvieron que cerrar. Mi vida estuvo algo complicada, después de ese episodio, la prensa quería comerme vivo. Odiaba ser el hijo de un senador.

(Ding,ding,ding) Las clases habían terminado, una agotadora semana me había matado, era viernes, era hora de descansar.

El tiempo paso volando y casi acabo el instituto, aún no se que pasara o será mi vida después de la escuela, aún no tengo planeado algo, tal vez, viaje a América, dulce América, recuerdo que de pequeño me encantaba, sólo pude ir dos veces pero me basto para enamorarme de aquel continente, América.

La relación con mis padres aún no ha cambiado, sigue igual, creo que es hora de acabar con todo esto.

Hoy habrá un baile de verano, todo el instituto irá, se ve que estará grandiosa, ya que la han anunciado casi por un mes.

—¡Louis! Es hora de irnos.

Dijo mi único amigo que he hecho, su nombre es Malcolm, ¿y cómo fue que nos conocimos?

Bien, yo estaba en la oficina del director, ¿Recuerdan el primer día? El me dio una "calurosa bienvenida" al acabar esto, salí y ahí se encontraba Malcolm sentado, con una sonrisa de satisfacción y al mismo tiempo, algo asustado.

—Hay, ¿Que tenemos aquí? 
Dijo Malcolm acercándose a mí.

—Ni se te ocurra pudrir al nuevo estudiante... Dijo el director.

Malcolm era el chico que se metía en problemas, no se ve bravucón. Me recuerda a mí, cuando nadie me podía calmar en los otros institutos.

Durante estos últimos meses, Malcolm me ha servido y ayudado en muchas cosas. Es un buen chico, me agrada, y podría decirse que es mi amigo. Nunca había sido alguien que fuera muy social,  no era la razón porque me costaba trabajo, sino porque nunca le había tenido la confianza a alguien.

Nos fuimos, a la fiesta, fue algo divertida, había lo típico; ponche, botanas, música y gente bailando.

No soy de esas personas que se emborrachan a cada rato, al contrario en este sentido, se tomarlo con naturaleza y seriedad.

Regrese a eso de las 3:00 am, lo recuerdo muy bien, y mi padre estaba esperándome en la sala de la casa.

— ¿Que se te ofrece? Le dije a mi padre.

—Nada, sólo quería saber ¿Dónde carajos estabas? Respondió enojado.

— ¿Y desde cuando te importa dónde este? Digo te la pasas todo el día en tu trabaja.

—Bien, pues hoy se me dio el día.

—¿Por qué solo apareces cada que te la gana, eh? Estaba muy enojado.

Estaba harto de que hiciera siempre lo mismo.

Mi padre y yo estuvimos peleando alrededor de media hora, sólo se escuchaba gritos a plena hora de la madrugada.

— ¡Me arte! Adiós.

Le dije subiendo a mi alcoba.

— ¡Mira que de esta no te escapas ah!

Lo ignore, estaba muy enojado, tenía tanta ira.

Decidí que no si iba a quedar así, decidí que tenía que darle una lección a mi padre.

Salí a la calle tan sólo escuche que mi padre se iba a dormir.

Tome un bote de gasolina, unos fósforos y tres álbumes llenos de fotos de la familia.

Me dirigí a su auto y comencé a pegar, en los Vidrios y parabrisas aquellos recuerdos que teníamos, estaba enojadísimo, casi llorando, pues me lástima que mi familia sean así conmigo

Proseguí con el plan, luego de pegar todo eso, empiece a mojar el auto con un poco de gasolina ¿Estaré loco? Solté una risa.

No, no lo creo

Saque los fósforos y prendí uno.

— ¡PúdreteTroy!

Lance el cerillo, y de inmediato, hubo una pequeña explosión.

Salí empujado y caí en un pasto cerca de ahí, la alarma del auto comenzó a sonar, me levanté, sacudí mis ropas y me senté en una banca, viendo como las llamas se consumían al auto. Creo que todo mi enojo y rencor se fue con el auto caro que había incendiado.

Sin duda alguna era la peor cosa que le había hecho. Y no me sentía mal, ni mucho menos la conciencia me remordía. Martin y yo hemos sido enemigos por naturaleza, porque su misión era hacerme la vida imposible, y por consecuencia yo lo haría, obviamente no me quedaría con los brazos cruzados.

Atención todos los presentes aquí. Dije golpeando la copa de vino tinto que me habían dado. Era una cena del trabajo de mi padre, le habían ascendido de puesto. Realmente no me importaba, sino que por esa maldita cena había dejado de ir hacer mis cosas.

 

Todos voltearon sus miradas hacia mí. —Si por aquí por favor. Me levanté de mi silla y me pare sobre de ella.

 

Quería felicitar a mi Troy por su gran esfuerzo. Todos aplaudieron y mire a este con una sonrisa cínica. El me la correspondió, porque sabía lo que le esperaba.

 

—Sin duda alguna es un gran ejemplo de conseguir lo que uno se propone. Lo voltee a ver por última vez. Obviamente con la ayuda de la corrupción, sino esta empresa jamás funcionaria ¿No es así? ¡SALUD!

 

Troy quedó como un psicópata, pero termine encerrado en mi cuarto por todo un mes. Valió la pena. 

Bienvenido a casa •| Larry Stylinson •|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora