Capítulo 3.

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La señora Guilles me despertó, ella ha sido mi nana desde que era un bebé resulta que  mis padres nunca tuvieron  tiempo para mí, y nunca lo tendrán. Me acostumbraba a esto y ahora lo ignoraba. Ella era quien me ayudaba a hacer mis tareas cuando estaba en el colegio, me recogía de ahí, me acompañaba a comprar ropa, me llevaba al cine cuando era más chico, ella era mi madre y aunque no me había parido había estado en todas mis memorias felices y tristes. 

-Lou, Lou, despierta, es hora de que te vayas. 

-No quiero nana Guilles. ¡Por favor no dejes que me lleven!

-Vamos Lou, veras que pasara rápido, ¿sabes? Esto me duele mucho también.- Mi niño, te he cuidado desde que eras un niño travieso y se que todo esto no es tu culpa.-  Me miró por unos segundos y intentó sonreír pero   sus ojos comenzaron a cristalizarse. -Mi pequeño Lou, te voy a echar de menos...-

Y lo único que me conmovía era ver a mi nana llorar, recuerdo que  cuando era un niño y me portaba mal o "tomaba malas decisiones" hacía como si llorara y sufría,  eso hacía que me retractara de mis actos y no los volviese a hacer. Una señora tan bondadosa como ella no merecía el sufrimiento. 

-¡No, nana no llores! Ya me apuro ¿si?-. Me levanté de la cama de un salto y comencé  a cambiarme.

-No es eso Lou-. . Dijo Nana Guilles -Es que has crecido muy rápido, he visto cómo has logrado tus metas y también como has fracasado, pero eso sí, siempre te levantaste y aunque tus padres no estuvieron para ti yo si estuve,  estoy y estaré siempre contigo. ¡Ánimo mi niño! vamos a superar esto juntos.- Y nana Guilles me abrazo y continuo. -Por favor Lou, se tú mismo, y que nadie te menosprecie, cuídate mucho, te amo mi pequeño Lou.

-Yo también nana Guilles-. Le correspondí el abrazo.

-Ven, dame esas maletas yo las bajó mientras tu terminas de alistarte.-    Musitó limpiándose las lágrimas de la cara la pobre señora. 

Tomé una ducha rápida y me vestí  me puse una playera rayada, unos jeans de color azul, mis converse blancos y un suéter de corte V. Tomé la última maleta que quedaba, pues Nana Guilles no pudo con todas al mismo tiempo.

Lleve dos celulares por si me quitaban uno, tendría el otro de repuesto. Ya  toda la cuidad sabía que estaría en una casa de corrección o esa cosa y no había nada que hacer, seguro el chisme en toda la preparatoria estaría corriendo por los pasillos.Eran las 11:00 de la mañana cuando salí de mi casa y me quedé pensando ¿Cómo diablos iban a arruinar mi vida?

Martín me acompaño a ese lugar, él trataba de "Platicarme" pero yo lo ignoraba. Ya se había deshecho de mi, supongo que ahora estaría muy feliz, sus planes podrían seguir sin ningún problema.

Debo de admitir que cuando llegamos al lugar quede perplejo, era una casa muy grande con un jardín verde  y bonito. No era una cárcel sucia, no en malas condiciones como uno espera que son este tipo de lugares, sino que era todo lo contrario. 

Troy y yo bajamos del auto. Y subimos por unas escaleras en serio la casa era inmensa, parecido a la mía. Era de color amarilla con una puerta blanca, tenía demasiados árboles en la entrada. Empezaba a pensar que sólo era cuestión que el tiempo pasara, pero también, ¿Que iba a hacer con tantos meses perdidos? No habría escuela, no habrían amigos, solo encierro completo como si se tratara de una cuarentena en la que no puedo hacer nada.

Nos abrió la puerta una señora de bajá estatura, supongo que era la sirvienta o de la certidumbre. Tenía pelo castaño, unas cuantas arrugas pero se veía joven con una expresión amable.

-Buenas tardes, debes de ser el interno nuevo, ¿verdad?

-Buen día, si él es el nuevo. Respondió Troy.

-Pasen por favor, avisaré a Simon que has llegado mientras, puedes esperar en la sala ¿si?

Pasamos a una sala había tres sillones y en ellos había dos chicos más sentados, creo que estaban esperando a que llegara el director, que quizá estarían en la misma situación que yo.

Me senté y Troy se despidió de mí, pero lo ignoré sólo era otro simio que trabajaba para mi padre. 

-¡Sean bienvenidos nuevos internos!
Mi nombre es Simon Cowell, soy la persona que está a cargo en esta institución. Como saben, ustedes están aquí por algo que hicieron mal, por una situación que no supieron controlar y se les salió de las manos. Sin embargo esta no es la primera vez que les sucede algo así ¿O me equivoco?.- Dijo mirándonos a cada uno de nosotros. 

Le regresamos la mirada un poco extraños, el chico moreno y yo intercambiamos miradas con mucha impresión y confusión. 

-En fin, estarán aquí por los seis meses próximos-. Simon iba a seguir a hablando pero alguien de los chicos sentados le interrumpió.

- ¿Cómo es que dijo?-. Musitó el chico moreno.

- ¿Perdón? Simon replicó.

-No es nada...

-Bien como les decía;  aquí aprenderán a manejar sus impulsos,   mejorar y a controlar las cosas que les fallan, sus sentimientos y su temperamento,  mejorarán sus modales. Todo esto para puedan volver a incluirse en la sociedad sin que sean un peligro para esta. ¿Está claro?.- Preguntó y todos asintieron. - Este es el personal, ella es Teo, la encargada de la limpieza y de la cocina, no quiere decir que ella les valla a recoger todo sus cuartos o lavar su ropa...

-Buen día Chicos-. Se presentó la señora que en un principio nos había abierto la puerta.

-Bien Teo, háblele al interno que está arriba, tiene que conocer a sus nuevos  compañeros y que él indique el rol de los dormitorios.- Ordenó Simon y ella asintió retirándose de la sala.- Simon tomo una carpeta con algunos papeles que parecen los expedientes de nosotros, los hojeó y dijo  mientras me señalaba.-  Tú debes de ser Louis, ¿Podrías presentarte con tus demás compañeros?

Los observé a cada uno  y dije.-Okay, soy Louis Tomlinson, tengo 17 años. Y estoy aquí porque incendie el auto de Martín-. No me arrepentía de lo que había dicho y por eso lo mencionaba de una forma tan cruda. 

-¿Enserio? ¡Pagaría por ver la cara del tipo!.- Dijo el chico moreno soltando una risa.

Simon interrumpió. -Te toca hablar.- Señalando al moreno.

- ¿Yo? Está bien, soy Zayn Malik, tengo 17 años y estoy aquí porque me cacharon robando una tienda de videojuegos. Bajo la cabeza

Creo que hay personas que están más jodidas que yo. Pensé para mí mismo, pero desde que punto podría haber dicho eso. Quizá el supuesto "Zayn" robaba por necesidad y eso es un poco más grave, pero yo había quemado el auto de "Martín" porque me la debía y él había empezado el juego en el que uno disparaba y el otro le arremetía.

-¿Quieres terminar por favor? Simon se dirigía al último chico castaño.-Mi nombre es Liam, tengo 17 años, y realmente no me gustaría hablar de lo mío, espero que puedas comprender Simon.- 

-¡Vamos! Liam, todos hemos dicho lo nuestro . Dijo Zayn animándolo. -No creo que hayas hecho algo peor que lo mío o lo de Louis. 

-¡Hey! Si no quiere hablar ¡ déjalo! esta actividad no era del todo obligatoria-. Dijo Simon defendiendo al chico que sólo pronuncio esas palabras.

En ese entonces vi a u chico ruloso que entraba a la habitación, tenía unos ojos verde esmeralda y una color de piel algo pálida. Me segó, no lo sé era muy bello. Me saque algo de onda, yo era ese tipo de chicos que tenía una cita diferente cada fin de semana, pero nunca había tenido novia pues me aburría rápido. Me sacudí y volví a la realidad. El chico si que me había atraído un poco.

Bienvenido a casa •| Larry Stylinson •|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora