Capítulo 36

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Liam estaba completamente solo en la casa, hacia unos minutos en los que Jessica se había ido a su casa, en busca de ropa limpia, dejando al ojimiel si nadie en la casa. Jessica conocía lo suficiente a Liam, y le había tenido la confianza de dejarlo responsable de la casa, mientras ella volvía.

—Cariño—. Habló Jessica entrando en la sala donde se encontraba Liam acostado leyendo un libro muy cómodo y bastante entretenido.

—¿Pasa algo Jessica? —. Liam cerró el libro y bajó sus pies de la mesita que estaba en el centro.

Jessica se sentó a un lado de él. —¿Qué libro estás leyendo?

—Se llama Amor ciego—. Respondió Liam dándole una sonrisa.

— ¡Qué interesante! ¿Y de qué trata? —. Preguntó Jessica intrigada, que miraba la contra portada del libro.

—Habla sobre dos chicos, uno de ellos es ciego, y el otro es su niñero. Al parecer el niñero está enamorado del ciego, aún no llevo mucho—. Respondió Liam mirando a Jessica a los ojos. — ¿Tú crees en el amor Jessica? —. Insistió Liam. —Es decir, en el verdadero amor, aquel que no importa el dinero, ni lo que digan los demás, en este caso, el sexo.

Jessica lo pensó un poco, y al cabo de unos minutos respondió la mujer. —Creo en el amor. Y se podría decir que en el verdadero, porque pienso que para amar a alguien sólo se necesitan de dos personas—. Explicó Jessica. —De uno y del otro. Lo demás ya no importa, siempre y cuando exista el amor en ellos.

Liam sonrió satisfecho, al parecer no era el único en este mundo de mierda que pensaba igual.

—Bueno cariño, tengo que ir por ropa a mi casa, no tardaré mucho. Confío plenamente en que no harás nada malo—. Liam asintió y Jessica salió del cuarto parea irse a su casa.

La noche era muy aburrida, el libro que había leído se lo había terminado en tan solo unas horas. Subió a su habitación en cuanto comenzaba a darle un poco de sueño. La lluvia en esa noche de Londres, se hizo presente bastante fuerte, que los rayos y los truenos sonaban constantemente.

Liam se tiró en su cama aún sin dormir, perdiéndose en sus pensamientos, como solía hacerlo siempre. Hasta que el sonido de un gran trueno, seguido de un vidrio roto lo sacó de sus pensamientos. Liam bajó a la cocina en donde se había escuchado el vidrio roto. Tomó un florero y le quito los tulipanes que Harry había cuidado. Miró por todas partes, hasta que vio una silueta negra y sin pensarlo dos veces golpeó el florero en la cabeza del chico. - ¡Ah! -. Gritó la persona que de inmediato se tiró al suelo gracias al golpe que recibió.

Liam intentó ver su cara hasta que alguien apareció detrás de él. —Hola Liam—. Saludó Andy que se encontraba a espaldas del ojimiel. Este se giró para verlo con bastante odio y temor. — ¿No me extrañaste? —. Preguntó Andy cínicamente. Miles de recuerdos con Andy se apoderaron de su mente dándole más odio a Liam, para vengarse de lo que Andy le había hecho en el instituto.

— ¿Qué carajos haces aquí?

Andy se acercó a Liam con una sonrisa maléfica. —Te dije que te quería ver destruido—. Liam se paró de donde estaba bastante enojado, tratando de empujar a Liam, pero retrocedió al darse cuenta de que Andy traía un cuchillo en las manos.  —¿Quieres probar este cuchillo?

Liam retrocedió y piso a la persona que estaba tirada, gracias al golpe que Liam le había dado. Cayó el chico sin dejar de mirar con lo que hacía su "Amigo". — ¡Estás loco! —. Habló Liam asustado.

—No lo sé ¿Quieres probarlo? —. Andy tomó el cuchillo con las dos manos para intentar encajárselo en el pecho, pero Liam, haciendo que se quedara atorado en el suelo. Liam se paró y empujó a Andy que intentaba desatorar el cuchillo del suelo. — ¡Vuelve aquí ahora! —. Dijo Andy en susurro para no despertar al hombre tirado. Andy sabía perfectamente quién era el que estaba allí, de hecho, todo había sido planeado por ambos.

Bienvenido a casa •| Larry Stylinson •|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora