Capítulo 8: Acepto🗡💋

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Narra________:
Desperté y pude sentir como todo mi cuerpo dolía, sentía como si hubiese sido aplastada por una pared.
Aún seguía en la enfermería. Tenía que ir a hablar con mi Mentora, reuní fuerzas y logré levantarme comencé a caminar. Solté un suspiro cuando recordé que debía subir escaleras para llegar a la oficina de los Mentores.
Con mucho esfuerzo finalmente llegué y pude hablar con mi Mentora.
-Por Dios __________ ¡¿Qué haces levantada?!
-Vine a dar el reporte de la misión, la cumplimos-
-Lo se, Altaïr dio el reporte-
-Esta bien, supongo... Maestra ¿Puedo preguntarle algo?-
-Claro que si, ¿De que se trata?-
Estaba a punto de preguntar por la boda pero tal vez se habían olvidado de eso.

-¿C-Cuál será la próxima misión?-
-No te preocupes por eso, hay un evento muy importante antes-
-¿Evento?-
-Así es, tu boda-
-No puede estar hablando en serio ¿Ya? ¿Tan pronto? Esto no puede estar pasandome a mí, es una maldita pesadilla-
-Entiendo que no estes de acuerdo, pero recuerda que lo haces por la hermandad- trató de calmarme acariciando mi cabello, aparté violentamente su mano.
-Todo esto es tú culpa, tú decidiste darle mi mano a ese como si yo fuese un objeto, un trofeo, ¿Me preguntaste qué quería yo? NO, mi opinión no te importa y nunca te importó. Eres una egoísta, si tanto querías una unión entre las Órdenes ¿Por qué no te casaste tú con Al Mualim? Después de todo tú eres nuestra Mentora y él es el Mentor de ellos, pero no decidiste meterme a mí en el medio de todo esto y ahora por tu maldita culpa estoy arruinada, mi vida, mis metas y mis sueños se acabaron gracias a tí-
Salí lo más rapido que pude de ese lugar, fui a mi habitación y me encerré por días.
Mis amigas trataron de hablar conmigo pero yo no quería ver ni hablar con nadie, me sentía miserable, vacía, ya todo se había acabado.
Narra Altaïr:
Al Mualim me había comentado que la boda se realizaría en unos cuantos días
Pensé en hablar con ________ pero sus amigas me dijeron que se había encerrado y no quería a nadie cerca, supuse que mucho menos me querría ver a mí, su futuro marido.
Pasaron los días, ni si quiera tenía ganas de entrenar, cada día me sentía mucho peor, sentía lo mismo que ________. No quería casarme con ella ni ella conmigo.
Sentía rabia, tristeza. Pasó una semana en que todos estaban enfocados en la organización de la boda, aunque iba a ser solamente decir si acepto y poner las firmas como marido y mujer en un libro; todos preparaban el lugar. Las decoraciones, flores, guirnaldas todo estaba casi listo.
El Mentor dijo que mañana sería la boda y no había tenido oportunidad de ver como se encontraba ________ después de la misión a Acre, como se encontraba su herida.
Todos estos pensamientos no le dejarpn dormir en toda la noche, pude ver por mi ventana el amanecer, decidí levantarme y prepararme para la ceremonia.
Narra _______:
Luego de estar encerrada por mucho tiempo, finalmente deje que mis amigas entraran, Lucy y Rebecca trataron de consolarme y ayudarme pero simplemente yo no podía dejar de llorar por la maldita suerte que tengo.
Estuve en la misma situación, hasta que Rebecca me dijo que el día de la boda era mañana. No podía escapar y no pensaba hacerme daño a mi misma, una herida seria o un suicidio no eran opciones para mí, simplemente tenía que poner el pecho en alto y afrontar mi destino.
No dormí en toda la noche, estaba sumida en mis pensamientos, cuando me percaté que ya había amanecido.
Mis amigas me ayudaron a prepararme, me habían hecho una corona de flores, de rosas blancas.
Mis ojos estaban maquillados con colores muy suaves, y tenía un delineado de gato, no muy exagerado.
Terminé de vestirme y salí hacia la puerta del patio, donde Hubier me acompañaría hasta donde estaba Altaïr.
Tomé su brazo y caminamos, yo solo miraba hacia el suelo, igual que cuando llegue a este lugar. Sentía la mirada de Altaïr e hice que nuestros ojos se encontraran.
Hubier me entregó a él, y comenzó la ceremonia. Al Mualim sería quien realizaría el casamiento.
-Hermanos, estamos aquí reunidos hoy para celebrar la unión de dos almas, y con ellas la unión de dos Órdenes Asesinas-
Mis ojos se llenaron de lágrimas, sentía ese molesto nudo en la garganta, mi respiración se había vuelto pesada. Al parecer Altaïr se dio cuenta de esto y me tomó de la mano y dijo en un susurro "tranquila, todo estará bien"
No se por que, pero sus palabras me calmaron, parecía que realmente estaba siendo sincero.
-Altaïr Ibn La Ahad, ¿aceptas a _______ Miles como tu esposa, para amarla y respetarla, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad?-
-Acepto-
Su voz se notaba triste, a ambos nos obligaron a esto, debe sentirse igual que yo.
-________ Miles, ¿aceptas a Altaïr Ibn La Ahad como tu esposo, para amarlo y respetarlo, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad?-
Hubo unos segundos de silencio, las palabras no salían de mi boca.
-Yo... a-acepto-
-¿Hay alguien que se oponga a la unión de estas dos personas en sagrado matrimonio?
Otra vez ese silencio, miré de reojo a Lucy y a Rebecca, sus ojos estaban ojos e hinchados, estaban llorando. Pero yo no lo iba a hacer, tenía que mostrarme fuerte ante todo esto.
-Entonces los declaro marido y mujer, puedes besar a la novia si quieres-
Mi cara se puso totalmente roja, parecía un tomate, traté de alejarme aunque sabía que Altaïr no iba a besarme, pero no perdía nada con asegurarme.
Sin darme cuenta sentí algo caliente y húmedo en mi mejilla, giré un poco la vista, en ese momento mi cara se puso el triple de roja.
Altaïr me había besado en la mejilla, por un lado agradecí que así fuera pero creo que una parte de mí esperaba un beso de verdad. AH ¿pero que estoy diciendo? Deben ser los nervios que me estan haciendo pensar cosas que no debería.
Ambos Mentores nos felicitaron pero nos dijeron que al otro día debíamos seguir con nuestras misiones, pues la amenaza templaria seguía muy fuerte.
Ya en el cuarto de Altaïr él me ofreció usar su cama, sacó una almohada y una sábana y se acomodó en el suelo.
Sabía que no era del todo incómodo ya que en las casas de los asesinos dormíamos en el suelo.
Le agradecí y me acomodé en su cama, me costó mucho dormirme, facilmente estuve unaa cuantas horas para poder conciliar el sueño, a veces lo miraba a él, estaba tan tranquilo durmiendo. Como si nada hubiera pasado, me puse a pensar que yo también debía actuar así, y sería mucho más fácil para ambos y también mucho menos incómodo.
Éramos un matrimonio, pero no debía dejar que eso me afectara y me distrajera de los objetivos.
Finalmente logré dormir, esperando que el viaje y la misión de Jerusalen sea un poco más larga que las anteriores para no tener que volver tan pronto a Masyaf y tener que compartir un cuarto con Altaïr, si bien en las casas de asesinos también dormíamos en el mismo lugar, había mucho más espacio, su cuarto era pequeño, demasiado a mi gusto.

Un compromiso erróneo, ¿o no? (Altaïr Ibn La Ahad Y Tu)Where stories live. Discover now