ESO NO SALIÓ COMO ESPERABA

8 2 0
                                    

La mañana siguiente Albert se levanto a las 7 am como siempre lo hacía. Aunque durmió poco no le costó levantarse de su cama. Abrió la nevera y saludo a su abuela que estaba tejiendo en un sillón. Al terminar de desayunar se dispuso a salir de casa aunque era muy temprano todavía, el reloj marcaba las 7:45 am cuando salió de su domicilio. Su intensión era buscar a William y charlar un rato hasta que se hicieran las 9 am para el entrenamiento, en el trayecto se volvió a topar con Rony quién limpiaba su moto aparcada.

Pero mira a quien tenemos aquí, al cachorro madrugador –Señalo Rony

-Que tal, que haces –Dijo Albert observando detenidamente lo que hacia Rony

-Daré un paseo. Pero supongo que me tienes una respuesta a lo que te propuse ayer.

-Si

-¡Sí, que!

-Está bien, lo haré.

-Así me gusta, que pienses en grande. Ven acá, vamos a dar el paseo juntos. –Dijo Rony mientras se subía en la motocicleta.

-¿A dónde vamos? –Preguntó Albert con incertidumbre.

-Ya te dije que no preguntes mucho. –Contesto Rony con seriedad lo cual provoco que Albert se intimidara un poco.

-Bien, vamos.

Albert subió a la moto y enseguida noto que estaban saliendo del barrio.

-¿Sabes manejar una de estas? –Preguntó Rony mientras iban a una velocidad moderada en la autopista.

-¡Sí, mi hermano me enseño cuando era más pequeño!

-¡Me sorprendes, cachorro!

-¿Iremos muy lejos?

-¡Relájate! – Y entonces Rony aumento la velocidad de la motocicleta, pasaba entre los autos a gran velocidad sin precaución, Albert noto que el velocímetro marcaba poco mas de 100 km/h los nervios lo carcomían.

-¡Oye, baja la velocidad! –Grito Albert

-¿Tienes miedo, cachorro? –Grito igualmente Rony

-¡Vas muy rápido, no llevamos casco! –Dijo Albert mientras se aferraba fuertemente.

Y entonces Rony se carcajeó de risa. Comenzó a disminuir la velocidad de la motocicleta y tomo varias intercepciones hasta llegar a una zona algo silenciosa y solitaria conformada por varias casas una al lado de otra. Desde la distancia solo se lograba ver a un grupo de muchachos, eran tres quienes estaban sentados en unas escaleras que daban a una casa. Arriba de la casa en el balcón se divisaba otro grupo más grande quienes parecían divertirse a esas horas de la mañana, bebían y fumaban. Rony se detuvo a unos 30 metros de ellos y aparco la moto a un lado de la acera.

-Escucha, dejare la moto encendida aquí, esto no debe tardar.

-Que harás, esos tipos están viendo muy feo para acá, no me gusta Rony. –Dijo Albert con notorio nerviosismo.

-Cálmate cachorro, esto será rápido. Pero escucha, mantente alerta. –Señalo Rony con seriedad y viendo directo a los ojos de Albert.

Rony se fue alejando hasta donde estaban los tres sujetos en las pequeñas escaleras. Al llegar saludo de mano a uno de ellos mientras los otros dos permanecieron sentados.

Albert solo observaba a lo lejos mientras Rony conversaba con el desconocido. Todo parecía tranquilo hasta que Rony comenzó a alzar un poco más la voz, ya no dialogaba sino que vociferaba con fuerza y se notaba molesto. Y entonces vino el contacto físico. El brutal empujón hizo desequilibrar al desconocido que cayó sentado en las pequeñas escaleras donde estaban sus compañeros, ambos se levantaron buscando represalias contra Rony que retrocedió rápidamente mientras hurgaba en su pantalón. En cuestión de segundos Rony tenía un arma en sus manos lo que hizo que los dos sujetos se detuvieran en seco, Rony blandía aquel metal negro mientras maldecía y gritaba. De pronto los gritos de Rony se opacaron ya que se escucho una fuerte detonación que hizo que por instinto los 4 sujetos incluyendo a Rony se agacharan, dos detonaciones más y Rony noto que le disparaban desde el balcón, este corrió empedernido hasta una casa cercana diagonal a la de los sujetos para resguardarse. En un instante hizo sonar su arma realizando cuatro disparos consecutivos hacia el balcón. Los tres sujetos corrieron calle arriba mientras que Albert se resguardaba a un lado de la motocicleta paralizado del miedo. Desde el balcón sonaron tres disparos más que dieron muy cerca de donde se resguardaba Rony los cuales hicieron que se moviera del sitio, con determinación corrió en dirección a Albert y quien seguía inmóvil a un lado de la motocicleta.

-¡Ponla en marcha, vamos! –Gritaba Rony mientras observaba a sus espaldas.

Albert aprobó la orden y subió rápidamente a la moto. Mientras observaba y esperaba el abordaje de Rony aprecio que un sujeto salía de la casa con un arma en su mano.

-¡Rony! ¡Mira, mira! ¡Tiene un arma! –Grito Albert, aterrado.

Rony se coloco de frente al sujeto y disparo tres veces a la distancia, rápidamente subió a la moto y sonaron cuatro disparos de vuelta mientras Albert ponía en movimiento la motocicleta. Los dos corazones de los muchachos parecían sonar más fuerte que el motor de la maquina, Albert manejaba con imperfección y mientras doblaba en una esquina chocaron de frente contra un auto que venía en esa dirección. Por fortuna no iban muy rápido pero el impacto los hizo perder el equilibrio y ambos cayeron de la moto, el conductor del auto se bajo iracundo pidiendo explicaciones.

-¡Qué carajo, me han roto un faro, par de idiotas! –Grito con rabia el conductor del auto.

Albert y Rony se incorporaron y este último ofendido por las palabras del conductor volvió a sacar su arma que había guardado en la pretina de su pantalón mientras Albert conducía. Coloco el tibio cañón en el pecho del ahora aterrado conductor que solo se limito a alzar sus manos y retroceder hasta chocar contra la puerta de su auto.

-¿Como dijiste, hijo de puta? –Soltó Rony con voz amenazante.

-Tranquilo hermano, tranquilo, no me dispares por favor.

-¡Por favor Rony, no lo mates, déjalo ir! –Grito Albert con preocupación.

-¡Cállate! –Dijo Rony echándole una pequeña ojeada a Albert y volviendo a clavar su mirada en su víctima.

-Señor, tengo hijos, por favor. –Suplicaba el conductor.

Varios autos se acercaban a la escena e hicieron que Rony se preocupara, mientras Albert inteligentemente y con dificultad levantaba la motocicleta que yacía en el piso.

-¡Si gritas o dices algo te mato! –Le dijo Rony al conductor.

Un auto pasó de largo. El otro se detuvo en la escena y una ventanilla se bajo lentamente, se logro ver a una amable señora que con voz amigable pregunto si todos estaban bien, atrás una linda niña de ojos verdes veía la escena.

-Ehmm... ¡Sí! ¡Sí! No paso nada todos bien –Respondió Rony quién ocultaba el arma disimuladamente en su espalda.

-Ah, bueno es que como vi al muchacho con la moto algo asustado y los vidrios en el suelo me alarme –Dijo la señora sonriendo.

-No paso nada, todos bien. ¿Verdad hermano? –Dijo Rony palmeando la espalda del conductor quien con una sonrisa fingida y con nerviosismo confirmo lo dicho.

-Bueno disculpen que tengan buen día, suerte. –Señalo la señora subiendo la ventanilla y alejándose de la escena.

Albert volvió a encender la moto y se disponía a montarse cuando Rony lo interrumpió.

-¡Bájate! Yo manejo, y tu maldito hoy estas de suerte. Se guardo el arma de nuevo y retomaron el camino a casa.

En el trayecto ninguno de los dos dijo una palabra hasta llegar al barrio. Rony estaciono la moto y bajo con enfado. Albert solo lo observaba con temor.

-¡Maldita sea! –Grito Rony – ¡Esos hijos de puta me las van a pagar!

Albert solo se limito a verlo con timidez pero se animo a hablar.

-¿Hubieras matado a ese señor?

-¡Me importa una mierda ese imbécil!

-¿Que paso ahí? ¿Por qué discutiste con ese tipo? –Volvió a preguntar Albert

-Eso no salió como esperaba –Contesto Rony mientras sacaba una cajetilla de cigarrillos y encendía uno.

-Me voy, llegaré tarde al entrenamiento.

-Sí, sí, ve a perder el tiempo, anda –Dijo Rony con aburrimiento e indiferencia. –No te me pierdas recuerda que ahora eres mi socio.

Albert solo lo observó con seriedad y se alejó rumbo a su destino.

DOS CAMINOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora