MALAS JUNTAS

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Mientras tanto Albert no recibía lecciones de vida ni buenos consejos. Estaba con el grupo de vagabundos y con el rencoroso Rony que no paraba de mencionar lo ocurrido el día anterior con sus compinches. Maldecía y juraba que se vengaría de ellos, sus compañeros lo arengaban y alentaban a salir a buscar a los rivales ese mismo día, pero Rony se negaba ya que tenía que hacer algo importante ese lunes. Albert descubrió que la discusión entre aquel sujeto y Rony ocurrió por una deuda de drogas, el sujeto llevaba semanas postergando la cancelación de la deuda y ese día quiso que Rony le diera una semana más para pagar, algo que no cayó muy bien a Rony y que termino en balacera. También noto que lo importante que tenía que hacer Rony ese día era realizar una entrega en el centro de la ciudad.

-No te negarás, vienes con nosotros. –Dijo Rony con autoridad.

-No quiero estar de nuevo en una balacera, Rony. –Contesto Albert con nerviosismo.

-No pasará nada cachorro, esto será sencillo.

-Así dijiste ayer, ¿por qué tengo que ir?

-Ya entenderás, mejor relájate y deja de lloriquear.

Rony fue seguido de cerca por dos sujetos mal encarados y abordaron un pequeño auto con los vidrios ahumados. Rony iba de copiloto manejando se encontraba un sujeto a quien llamaban Sandro, atrás iba Albert con otro sujeto. Salieron del barrio y se dirigieron al centro de la ciudad, se introdujeron en una elegante urbanización con cercas eléctricas y altos arboles. Albert se preguntaba que hacían ahí, su corazón latía con fuerza, ya caía el atardecer y se aproximaba la noche.

-Ese es el edificio, detente aquí. –Le indico Rony a Sandro.

-Llama a esa perra, que se apure. –Indico Sandro.

-Ya estoy en eso.

-¿Que hacemos aquí? –Pregunto Albert inclinándose un poco entre el asiento del piloto y el copiloto.

Sandro volteo hacía atrás echó una mirada fría y no dijo nada. Albert miro a Rony quien tampoco dijo nada ya que parecía concentrado en que le atendieran el teléfono, acto seguido Albert volvió a arrojar su espalda contra el asiento trasero con notoria frustración.

-Aquí estoy princesita, mueve tu lindo trasero que ya es tarde. –Dijo Rony mientras hablaba por teléfono.

-¿Y bien? –Pregunto Sandro.

-Viene bajando –Respondió Rony mientras sacaba de su bolsillo un sobre transparente con varias pastillas de todos colores.

-Sí que la va a pasar bien esta ricachona, ¿no?. –Indico el sujeto que estaba al lado de Albert.

-Yo la puedo hacer sentir mejor -Soltó Rony con una sonrisa perversa.

En eso sonó el teléfono móvil de Rony quien contesto.

-Dime... No, no, princesita, sal del edificio y ven hacia nosotros, estamos a pocos metros. -Dijo Rony mientras colgaba el teléfono. –Esta pretendía que fuera a hacerle la entrega a su edificio, que tal.

Al instante una joven chica de unos 17 años salió de uno de los lujosos edificios, apresurada y viendo hacia todos lados.

-Ahí viene. –Dijo Sandro.

Rony bajo el vidrio del copiloto y le hizo señas a la chica quien apuro el paso hacia el auto.

-Hola, aquí está el dinero. –Dijo la chica mientras observaba con timidez a los tripulantes del auto.

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⏰ Última actualización: Jan 24, 2017 ⏰

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