5. La carta

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Pasaron cuatro días desde que se celebró la bienvenida al verano, el evento fue un éxito debido a un elevado número de asistencias por parte de la población. Era miércoles 27 de julio de 2009, el calor se iba acentuando principalmente en torno al centro de la ciudad, las partes más frescas se encontraban cerca de la desembocadura del rio que estaba debajo del puente principal que conectaba ambos tramos de Odaiba, por suerte en esa zona residía la familia Ishida.

Las ventanas estaban cerradas para evitar que el calor entre dentro del piso. Hiroaki se encontraba sentado en una de las sillas de la mesa del comedor, encima había varias cantidades de periódicos separadas por una liga de plástico; no eran antiguas, todo lo contrario, eran recientes ya que el primer tomo era del día 14 de ese mismo mes y el último era del día de hoy. El señor de la casa recortaba algunos artículos con una tijera, intentaba ser lo más delicado posible pero su mano se mantenía temblante y se dificultaba a la hora de dar de un buen corte, a un costado de la mesa había una taza de café, estaba todavía llena.

-Maldición...-Comentó Ishida al no conseguir buenos resultados

Dejó lo que estaba haciendo y se apoyó totalmente en el respaldo de la silla, se llevó ambas manos a sus irritados ojos para sobarlos y restablecerse aunque sea un poco. Se fijó en la hora, 9:00 a.m., se había quedado despierto desde la noche anterior trabajando en unos de sus denominados "Proyectos de investigación" dada su desesperada situación, le comentó a su hijo menor que encontró una empresa anónima que le pagaría una cierta cantidad de yenes si le traía ciertos artículos del periódico estatal relacionados con los "Secuestros" no era el mejor trabajo que una persona preparada como Hiroaki podría conseguir, pero no había más opciones, era eso o nada, por el momento. El hombre se puso de pie y fue hacia un maletín marrón, de dentro sacó un sobre amarillo, en la parte delantera decía "'Para: Takeru Takaishi" lo raro era que no había remitente, en la parte de atrás no había nada escrito. Una de las puertas se abrió, salió Takeru de su habitación, ya estaba vestido con su ropa casual que usaba a diario, su pelo estaba mojado por lo que llevaba una toalla alrededor de su cuello; aún tenía el rostro adormecido por lo que no se percató de la presencia de su padre y fue directamente a la cocina para tomar el desayuno. Ishida fue tras él y se apoyó en la nevera.

-Hoy te toca ir temprano a la pizzería- Comentó Hiroaki mirando a su crecido hijo como iba calentando agua

-Ya lo sé...- Respondió Takeru, cogió un par de huevos que estaban encima de la encimera- Las pizzas se comen en la tarde y en la noche, no entiendo para que ir en las mañanas

-También hay servicio de desayuno ¿Lo recuerdas?- El joven contestó con un "Ajá" mientras seguía preparándose sus alimentos. Hiroaki se mantuvo serio los últimos días por un asunto imprevisto- ¿Me vas a contar lo que hiciste para que los Yagami nos impidieran ir a cenar con ellos el pasado domingo?

-¿Enserio hace falto que te lo cuente?- TK dejó lo que estaba haciendo para centrarse en su padre- Esa gente no nos aguanta ¿Has visto la reacción del señor Yagami?..., es más, yo soy el que tengo que preguntar él por qué el tanto odio hacia nosotros

El domingo, el señor Ishida se estaba preparando para salir a comer donde su amiga Yuuko como hacía todos los fines de semana; Takeru se sentía entusiasmado por volver a la chica del día anterior y comer juntos en una mesa como ella hubiera querido. Cuando ya estaban a punto de irse el timbre de la puerta empezó a sonar, nadie esperaba visita a esa hora de la tarde por lo que se les hizo extraño a ambos. Hiroaki fue a abrir y se encontró con Susumu, el padre de Taichi; el hombre entró sin permiso dentro la vivienda y se quedó un rato observando el desordenado entorno "Lamento ver todo esto, pero ya es suficiente" dijo en un tono grave y podría decirse que malhumorado "Hiroaki, estas abusando de nuestra hospitalidad, hay que darle un fin a esto... Por favor, no os molestéis en venir este día a nuestra casa ni los fines de semana siguientes" Terminó diciendo el señor; el padre de TK en un estado de nerviosidad intentó buscar una respuesta en el rostro silencioso de Susumu, pero la única respuesta que le dio fue una duradera mirada asesina hacia el joven rubio... cinco minutos más tarde se despidió fríamente para irse retirando. Takeru no sabía que decir, se había quedado paralítico ante tal repentina escena; vio cómo su padre se tocaba la frente y daba vuelta mientras resoplaba a cada rato... pero antes de que se vaya a su habitación a encerrarse durante horas dijo una última frase que dejó pensativo a su hijo "Ya estuve cerca de conseguirlo... muy cerca" ¿Qué querrá decir con eso?

¡Un pedido! ¡Una foto! - DigimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora