9. Extravagantes compañeros

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-Pues como te comentaba, mi madre formará una especie de "organización" para preparar a los padres en caso de que se enfrenten a un intento de secuestro de recién nacidos- Comentó muy entusiasmado un muchacho cuyos anteojos no paraban de resbalarse por su nariz- Odaiba se está volviendo algo peligroso ¿No?

-Ya ves...- Hikari caminaba cabizbaja por una de las calles principales del centro de la ciudad, no prestaba mucha atención a su alrededor...

-¿Te encuentras bien?- Preguntó Kaoru Maki

-¿Qué...? ¡Oh! Disculpa- Ambos se detuvieron por un momento- Estaba dándole vueltas a unos asuntos, ¡Nada graves por cierto!

-Umm... si tú lo dices- El muchacho levantó uno de su brazos para observar la hora desde su reloj, dio un ligero suspiro de preocupación- Vaya... se nos hace tarde, deberíamos llegar cuanto antes al Photo Boom, Kari

-¡S-si!

Otro viernes caluroso, las nubes se encontraban despejadas mostrando a toda la ciudad el fabuloso cielo celeste. Según las noticias, las temperaturas iban a elevarse más de lo normal respecto a años anteriores, se recomienda precaución a la hora de salir. Hikari mientras caminada a un paso acelerado, veía como algunas personas iban trajeadas caminando en pleno sofoco. Aquellos trabajadores de oficinas o de puestos aduladores cuya importancia para ellos era el vestir formalmente. Ella sentía una vela encendida dentro de su estómago con solo mirarlos. A lo lejos se observaba como el paisaje se distorsionaba por las frecuentes ondas de calor. Lo maravilloso que puede ser el mundo al crear tales fenómenos.

Kaoru iba delante, con su típica camisa a cuadros y pantalón corto, su cámara digital se mantenía alrededor de su cuello, balanceándose por cada paso largo que daba. Las gotas de sudor que resbalaban de su frente resaltaba aún más la tez de su piel. Kari lo miraba mientras lo seguía, no pudo evitar sentir lástima. Hubo días donde lo dejaba plantado para atender otros asuntos. Pero era justificable que esos asuntos eran totalmente prioritarios, tanto para ella que para otra persona. Si se tiene que llegar a disculpar más adelante, lo hará sin problemas... el único inconveniente sería si él la llegaría a comprender, y en todo caso darle su apoyo. Recordó esa vez donde Kaoru la miró y le dijo que podía confiar en él, sus palabras no carecían de mentira ¿Cómo lo sabía ella? Por la misma experiencia que tuvo al tratar incontable veces con sus mejores amigos; alegrías, discusiones, tristezas o celos, todo ello fue necesario para reforzar una relación de verdadera amistad. Su compañero era un buen chico, aún se están conociendo pero eso no quita cuan avanzado está su amistad "Es impresionante" dijo en un susurro la pequeña castaña.

Ya llegando a la entrada vieron a los muchachos que iban a las clases musicales que también se impartían en el mismo edificio. Estaban fuera con sus respectivos instrumentos colgados en sus espaldas; un bus estaba estacionado cerca de ellos... al parecer se iban a ir a un concierto o a una excursión al aire libre para practicar libremente sus notas musicales. Todos parecían contentos, el sentimiento que sentirán por la música podría ser igual a lo que siente Hikari Yagami por la fotografía. Para ella, es agradable tener una motivación por la cual luchar y jamás rendirse. En su bolso llevaba su típica cámara digital y la cámara antigua que le regaló TK, ambos objetos que le ayudarían a mejorar en su sueño de ser la mejor fotógrafa de los tiempos.

Ya entrando, subiendo por el ascensor y llegando a la clase; Kaoru tocó con total desconfianza la puerta. A pesar de andar a paso rápido para no llegar tarde, el reloj marcaba cinco minutos más tarde de la hora de empiece. La señorita Collins desde dentro, dijo con total firmeza y seriedad "Podéis entrar" Sin antes abrir la puerta, aquella mujer ya sabía quiénes eran los que faltaban.

¡Un pedido! ¡Una foto! - DigimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora