11. ¿Llegó el terror?

199 24 6
                                    

Una habitación oscura, producto de una larga noche, las ventanas abiertas para que el aire fresquito de la madrugada pueda entrar dentro, además, de un sustancioso olor a palomitas recién hechas. Dos chicas se mantenían cerca de un televisor, un aparato viejo que por poco retransmitía el contenido a color, alumbrara sus rostros. Se mantenían en silencio dado que se encontraban en el momento álgido de una prometedora película cuyo estreno resultaba ser el día de hoy.

– Esto es más emocionante de lo que me esperaba.

Comentó una de las muchachas mientras cogía un puñado de palomita almacenas en un bol de cerámica. Aquella joven de pelo corto y castaño no parpadeaba, ni siquiera tenía intención de girar la cabeza para flexionarla un poco, era ella y la fabulosa trama que estaba presenciando. Por otra parte, su amiga, cuyas gafas se iban resbalando gradualmente por el dorso de su nariz, iba bostezando por cada segundo que pasaba; se diría que no tuviese el mismo nivel de expectación que su acompañante.

Desde un ángulo ajeno, se podía apreciar a dos personas diferentes, una más madura que otra, una más aburrida que otra, una más expectante que otra. Dada la alta hora de la noche, la chica aburrida tendría que dar un gran esfuerzo para no quedarse dormida, ¿se aguantará por respeto a su amiga? O tal vez... ¿estará atenta por si apareciera a una escena digna de apreciar? en todo caso, la sincronía de ambas cada vez se iba deteriorando, ¿cómo acabaría todo esto?

– Vaya coñaso de película, ¿que se supone que pasará cuando el fotógrafo descubra que sus fotos no fueron enviadas al concurso?

Preguntó la muchacha de gafas mientras se erguía en su misma posición, se cruzó de piernas y llevó cada una de sus manos a sus rodillas; parecía una persona mayor, y más que todo severa, por la forma en las que sus cejas llegaban a conectarse una con la otra. Su pregunta no había sido contestada, es más, no esperaba una respuesta. Miyako conocía muy a bien a Hikari, cuando algo le interesaba, no había forma de que se pudiera desatender de ello. Una característica de los más admirable por lo que a ella respecta.

Era un día normal de verano, no había muchas cosas que hacer a pesar de tener mucho tiempo libre. Todo lo contrario que en la época estudiantil, donde lo único en lo que pensaban los chicos era en llegar temprano a clase y estudiar para los exámenes. Miyako no tenía muchos inconvenientes a lo que el aburrimiento respecta, ella a diferencia de sus amigos tenía un novio con el que vivía bajo el mismo techo. Agradeció tener la aceptación tanto de sus padres como la de sus amigos para que pudiera convivir tranquilamente con su amado Ken Ichijouji. Al fin y al cabo, demostró ser una persona "adulta" a pesar de tener un carácter juguetón.

Últimamente pensaba en lo poco que se reunía con sus amigos, si mal no recordaba, la última vez que se vieron todos fue en aquella fiesta de bienvenida al verano que se celebró en la playa, a excepción de Cody que no pudo ir. Esa misma tarde decidió no dejarse de ver con sus más allegados, por lo que organizó una quedada con su amiga Kari para empezar. Al principio salieron a dar una vuelta por la ciudad, específicamente en el centro comercial del distrito oeste. Era agradable ir a mirar los bonitos vestidos que iban sacando dada la estación en que se encontraban. Como era de esperarse, Miyako gastó algo de su sueldo en prendas que posiblemente no llegaría a usar, en cambio, Hikari solo se limitó a observar y soltar uno que otro comentario positivo. Sin duda alguna, ella se notaba rara por la poca expresividad que mostraba. La señorita Inoue evitó preguntarle sobre lo que tanto estaba pensando, solo se limitó a observarla desde cerca creyendo que pronto se le pasaría.

Las cosas siguieron sin cambiar al llegar a la casa de la familia Yagami. Al entrar, se fijó que todo estaba oscuro, eso significaba que no había nadie. Kari comentó que sus padres habían ido de turismo a Okinawa, que ese día las aguas termales estaban a un precio económico; por otro lado, Taichi pasaría la noche en la casa de su amigo Koushiro. El plan era perfecto para pasar la noche entre las dos. Largas horas viendo películas o simplemente charlando, cualquier cosa le parecía bien con tal de pasar tiempo con la pequeña chica.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 04, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¡Un pedido! ¡Una foto! - DigimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora