Kuroshitsuji: Son... Reales?!? Ciel X Lectora

Chapter 15

-Pensé que estarías feliz -  susurré -

-De verdad piensas que estaría feliz por tal estupidez? -

-Es... Señor, le darán un 15% de ganancias por cada libro -

-No me interesa - negó y retrocedió un paso - Una de las razones por las que te quería era porque... Yo... Sebastian vete - el mayordomo se paró y me dió una mirada rápida antes de irse de la habitación, Ciel suspiró - Yo... Cuando me casase contigo esperaba tenerte desocupada y feliz y pidiéndome cosas y....

-No te entiendo -

-Quería darte todo lo que tus padres no te dieron - agaché la cabeza comprendiendo su enojo - si tú tienes tu propio dinero, podrás comprarte lo que quisieras y yo quería brindarte todo eso -

-El dinero no era para mi - susurré -

-A qué te refieres -

-Era para ti, así ibas a querer casarte conmigo y no con Lizzy - confesé mirando hacia otro lugar - 

-Estás loca - comenzó a reír - Obviamente voy a casarme contigo cariño - me tomó de las muñecas acercándome -  pero necesitaba mantener una amistad con la familia de Elizabeth para que... Si alguna vez necesitaba algo, me lo darían y al mantenerla no iba a generar gran revuelo por nuestro casamiento - se me humedecieron los ojos - Oye... No llores... No estás feliz? -

-Me gritaste por eso? Me dejaste a un lado por eso? Pudiste contarme - dije entre sollozos - eres un...

-Shhhh - me calló dándome un beso en los labios, apartó un mechón de cabello de mi cara suavemente, sonrió - Eres hermosa cuando lágrimas de cristal adornan tu cara, pero te aseguro que sin ellas, brillas de una manera diferente, peculiar y divina - me susurró -

-No me conquistarás con alagos - negué - malos además - rió -

-Tranquila - se puso serio - no quiero que publiques nada - dió una patada en la puerta, me sujetó fuertemente de la muñeca y la abrió, sacandome de allí - Sebastian, no quiero que estés cerca de la habitación si no te llamo - dijo y me jaló hacia su habitación, cerró la puerta y frunció el ceño - no lo harás -

-No quieres el dinero? -

-Te quiero a ti, yo tengo propiedades y puedo hacer más dinero si quiero y es lo que no entiendes -

-No es mi culpa que estuviera todo este tiempo engañada con que querías a Lizzy por su dinero - suspiró -

-Tú eres la que se lo creyó y pensaste que quería el din...

-Porque así es!!  - le grité - Yo aún creo que lo que quieres... - apretó los puños algo enojado -

-No quieres que le ordene a Sebastian que te haga unos de esos castigos Victorianos? De esos que tanto escribiste con detalles? - abrí los ojos algo humedecidos - creíste que no lo leí? Se todo, todo, absolutamente todo de ti, te conozco más a ti que a mi y sabes una cosa, sé todo el daño que tus padres te hicieron, puedo castigarte de igual manera si a sí lo deseo - me crucé de brazos - no me cuestiones y haz lo que te digo, no dejes a la editorial tomar tus libros -

-Por qué perder la oportunidad? - lo reté - Sebastian consiguió algo demasiado bueno para ser verdad, si me dejas o prefieres a Lizzy podré mantenerme yo sola sin aprovecharme del dinero de mis padres y podré estudiar tranquilamente - respiré hondo tratando de no llorar por lo anterior - no eres nada mío de igual manera - sonrió irónico -

-Quiéres un castigo? Bien -

-Cállate Ciel -

-Nadie te va a amar, ¿recuerdas esa frase? Tu padre te lo repetía mucho cuando tu madre no le daba caso - estaba serio - Eres un insecto, si no haces nada productivo con tu vida olvídate que existimos -

-basta Ciel - susurré dolida, retrocedí un paso -

-Idiota, ignorante -

-Cállate - dije con la voz partida, retrocedí, se me acercó -

-Vamos, Caren, quema eso a lo que el insecto llama libro -

-Te odio! - le grité largando un lloriqueo, mis piernas fallaron y terminé en el suelo con los ojos cubiertos de lágrimas -

-Luego de eso, quemaron tus libros, recuerdas?  Trabajaste tanto para conseguirlos y... Todo se fue en tan poco tiempo -

-Para por favor -

-Dime que me necesitas -

-No te necesito -

-Dime que... Me... Necesitas - dijo acercándose con la voz más pronunciada -

-No me toques, te odio -

-Mientes, te duele ahora pero yo puedo curarte -

-Aléjate -

-Dilo... Dí que me necesitas -

-No -

-Eres orgulloza como yo, pero yo me rebajé mucho por ti estos días, ahora te espero - no hablé - quieres que siga? Puedo seguir con las partes en donde te gritaban porque según ellos estabas con sobrepeso cuando en realidad estabas casi al límite de ser anoréxica- me abracé a mis piernas -

-No por favor -  dije llorando, fue un susurro involuntario -

-Dímelo, dí lo que quiero oír -

-Y-yo... Yo...