...Pero murió sabiendo

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-Ahora, el cazador de luces.

"¿Sol?"

-Sol... -Leyó para sí- debo suponer que usted conoce más sobre este tema de lo que yo hago. Quiero esa información.

Yawar miró a la contraria, que se veía seria: con ceño ligeramente fruncido, pero no lo suficiente como para sacar dobleces en su entrecejo. Esa expresión en cara de la chica le pareció cómica, como si quisiese estar enfadada, pero a la vez mantener la compostura construida, y si él hubiese tenido que apostar pondría todo su dinero es que así era.

Mil y una ideas se le vinieron a la cabeza. Tenía la elección de seguirle el juego y contarle lo que quería para que lo dejara en paz o, por el contrario, continuar guardando la supuesta valiosa información.

Quiso reír, y lo hizo, pero sin hacerse notar y en completo silencio, mientras recogía su libreta de la mesa y comenzaba a escribir.

Se decidió por pincharla aún más.

"¿A cambio de?"

-¿cómo que "a cambio de"? –Reclamó tan pronto como voltearon la libretica hacia ella y pudo leer aquella frase, escrita con letras claras y no precisamente pequeñas.– Usted no obtendrá nada "a cambio" -prosiguió, bajando su tono tras notar el número de ojos que había atraído hacia la mesa aquel grito descontrolado.– Este es su trabajo.

"Mi trabajo es servir a mi nación y a otras afiliadas en caso de ser necesario. No tengo porqué regalar información confidencial a cualquiera que pregunte.

Soy soldado, no biblioteca, busque allá si tanto desea saber."

-Por mucho que me cueste admitirlo, no soy capaz de encontrar esta clase de tópicos cubiertos en libros.

"Vaya pena, pero no pienso hablarle del cazador de luces, usted no tiene nada que ver con Sol"

-¡Soy parte luz!

"Buenas tardes "Parte luz", yo soy Yawar"

Lumière frunció el ceño. No, no, no importa. No me doy por vencida, no aún. Ann sabrá algo, seguro, O ella o algún otro soldado. O quizás...

Un golpecito en el codo detuvo su tren de pensamientos y la obligó a mirar a la mesa. Era aquella libretita.

"¿Te comió la lengua el gato, luciérnaga?"

Bufó, levantando la mirada hacia el hombre de enfrente y devolviéndole el cuaderno, deslizándolo a través de la pequeña mesa con algo de fuerza, dando a entender su enfado.

-Sepa que puedo preguntarle a cualquier otro soldado sin problema.

"Nadie te dirá nada" Sonrió de lado.

"No se permite dar información. A no ser."

Oh no.

Lumière frunció aún más el ceño, fijamente mirando la hoja de papel y las palabras "A no ser".

¿"A no ser"?, ¿Qué clase de respuesta es esa? Y escrita, además. Por el amor del cielo, ¿Quién carajo escribe "a no ser" y no acaba su frase? Maldito sea el suspense.

El soldado probablemente pediría que le consiga algo o que hiciera cualquier estupidez que él o bien no puede o es demasiado listo como para arriesgar su dignidad o posición social, no sería el primero.

Por otro lado... ¿qué es lo peor que podría pasar? Siempre puedo negarme, aunque eso signifique no saber de este tal Sol, pero si busco lo suficiente, de seguro encontraré a alguien que me hable de él.

Maldición, no hay tiempo para esto, no hay tiempo para buscar. Quizás sola sí, pero Alfred está contigo y necesitas arreglar lo que rompiste. Pronto.

Tantas posibilidades, tan poco tiempo.

Gruñó y levantó la cabeza de nuevo. Con una sonrisa amplia y la cabeza apoyada sobre la palma de la mano, Yawar la miraba, esperando una respuesta de su parte.

-A no ser, ¿qué?, ¿Qué es necesario? –tiró hacia él el cuaderno- venga ya viejo, no se haga de rogar.

Yawar estiró el brazo, agarró la libreta y la apoyó sobre sus rodillas, escribiendo sin prisas y con toda la intención de desesperar a Lumière. Levantó el cuaderno con seguridad, sin dárselo a ella.

"Un duelo"

Lumière se levantó de la silla. Ya, ya está, este es el colmo, estoy perdiendo el tiempo con esta estupidez.

Justo al darse la vuelta algo puntiagudo la golpeó en el cuello. Un pequeño avión de papel. Lo agarró del suelo y desenvolvió.

"Si tanto sabes de luces, tendrás presente que son de lo peor para combates improvisados, así que ya que dices poder encargarte de Sol, supongo que no tendrás problemas en vencerme a mí. A no ser que seas demasiado débil para intentarlo, claro"

No puede ser.

Lumi, con el papel ya arrugado entre sus manos, miraba al susodicho del otro lado de la mesa con furia. Él, como respuesta, mantenía una sonrisa llena de burla.

Bien, Lumière, esto no es gran cosa, solo niégate, devuélvele el papelito y vete, ve con Alfred y podréis encontrar a algún otro militar que os cuente todo, a lo mejor hasta la policía de bajo rango sea lo suficiente amable como para soltar algo de información, incluso sin papeles ni identificaciones... aunque ahora que lo pienso bien puede ser algo difícil, quizás pueda falsificar unas... ¡Maldición! Concéntrate Lumi, aquí y ahora, solo dile que no y vete triunfante.

-Débil... –Hizo una bola del trozo de papel y la lanzó a la mesa- Me he enfrentado a híbridos antes de chocarme con usted, fui yo la que disipó la plaga del bosque de la villa de luces de Farewell, ¿sabe? Vencerle no será problema.

Mierda.

"Una batalla vencida no gana la guerra. Pero me alegro de que acepte" Respondió rápido, agarrando la libreta en vertical frente a ella. Lumi se quitó las gafas para poder leerlo y suspiró pesadamente. Alfred me va a matar.

-¿Cuáles son las normas? De este duelo. Necesito saber el día y hora, también.

"El primero que llegue a herir al contrario lo suficiente para hacer un corte gana. Por supuesto, como es técnicamente práctica no se pueden dar golpes letales"

-¿Qué hay del día?

"Hoy mismo"

-No es posible, dentro de poco debo reunirme con mi marido. Tengo... otros asuntos... a los que atender.

"Comprendo, mañana entonces. Temprano"

-Siete de la mañana.

Yawar se levantó de la silla, y acercándose un poco extendió la mano. Lumi tardó un momento en cogerlo, pero pronto la agarró.

-Hecho entonces.

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