Lumi y Marie se agarran a putazos verbales

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-No han parado, y desde que los niños se fueron no hacen más que crecer y crecer y crecer y...

Lucielle alzó la cabeza hacia su hermanastra que ya ebria repetía una y otra vez el mismo cuento, deformándolo un poco más con cada vuelta .

-No poder dormir debe ser muy, muy aburrido, ¿no? –

-¡Lo es! -Tragó de la botella con brusquedad- Y la de anoche, ¡Oh! La pesadilla de anoche fue una locura. Y oye, tú estabas ahí ahora que lo recuerdo, aunque no se realmente por qué...

-Esta es la tercera vez que la cuentas -Enroscó su dedo en uno de sus mechones sueltos, suspirando- ¿No te acuerdas de otra? ¿La de anteayer por ejemplo? Cuéntanos esa.

Lumière rió entre dientes y se acomodó de lado en su asiento para encarar a Lucy- Esa, esa, veamos... creo recordar... al principio empezaba con Alfred y yo, y tú, Lázaro -Lo señaló, pero él no movió un dedo- estabas también...

-¿Aparecí yo en algún momento? -Marie hizo recordatorio de su presencia y Lumi giró su cabeza a verla. Cambiando a una semblante más seria se enderezó.

-Oh, sí... -empinó de nuevo- sí mamá, tú estabas ahí, moriste muy rápido, una pena.

-¿De qué?

-¿Ah?

-¿De qué morí?

-...De un golpe a la cabeza con una botella de 'crema di limoncello' -Mostrando una sonrisa boba se acercó la botella a la boca pero Lázaro se levantó, y golpeando ligeramente su mano impidió que tomara.

-Ya has bromeado demasiado, realmente deberías tratar de volver a la cama, papá ya se fue a dormir hace un rato -Lázaro por fin habló, continuando su camino hacia el interior de la casa.

-Ya iré con él... ¿A dónde vas?

-Me cansé de tus pesadillas, voy a ir con Rowan a ver si necesita ayuda en el coche.

-¿Qué le ha pasado? -Preguntó Marie.

-No lo sé, parece que como las ruedas no eran todo terreno al ir y venir del bosque se ha... ¿dislocado? Algo así.

-¡Oh! Déjame ayudar -Lucy se levantó para seguirlo- Mi novia es buena con los coches, a veces me pide ayuda para arreglar el suyo.

-Bien, entonces, Abu...

-¿Sí? -Marie se giró un poco para verlos bien.

-Cuando Ma suba vente con nosotros, mantenle un ojo encima mientras tanto.

-Tic Toc, Tic Toc... -Interrumpió Lumi, que aguantaba la botella cerca de sus labios provocando ruido al pronunciar ciertas letras - El coche no se arregla solo, ¡a marchar!

Lázaro bufó, frunciendo el ceño.

-Bien- Respondió algo irritado, sujetando la puerta abierta para Lucy- Pero ya deja de beber eso y vete a dormir... por favor.

-Sí, sí...

Hubo presente un tenso silencio tras las palabras de Lumi durante el cuál Lázaro intentó dar una respuesta pero, rendido, acabó suspirando una despedida y cerró la puerta tras de sí.

El viento comenzó a soplar más fresco, contrastando agradablemente con el bochorno que hasta entonces cargaba el aire y los grillos cantaban sus cansinas canciones, que de tan repetitivas se habían vuelto casi inaudibles. Marie, alzando la cabeza para mirar al cielo, se echó con calma hacia atrás en su silla.

-Oye, guarda silencio -Lumi resopló.

-¿Qué? No he dicho nada, me he echado hacia atrás, nada más.

-Sí, y crujió tu silla, ¡Es muy ruidosa! Ahora cállate.

-¡Sólo quiero ver las estrellas, joder! -Golpeando el brazo de la silla, Marie volvió a sentarse derecha cambiando con increíble rapidez su tono- ¡Apenas llevo aquí un día y es que no paras! Qué si hago esto, que si hago lo otro y nunca nada te complace ¡siempre has sido exactamente igual! -Sacó de su bolsillo un paquete de cigarros y con una ansiosa rapidez encendió uno y se lo llevó a la boca mientras Lumi la miraba apática.

-Al final si que empezaste a fumar ¿eh? -Tomó un pequeño trago, riendo para sí- Sabía que no serías capaz de dejarlo, nunca dejas nada.

-Mira la que habla, te has tragado la mitad de esa botella ahí sentada, ¿No decías siempre lo poco que te gustaba el alcohol? -Hizo una pausa para inhalar- Tu hijo tiene razón, se supone que te pusieron reglas y si mañana llega la policía y te encuentran así te vas a meter en problemas.

-He escrito todo lo que deberían necesitar, solo tienen que dárselo al detective que manden y no tendrán más asuntos pendientes conmigo.

-¿Todo?

-Cómo llegué allí, las descripciones de cada uno, hasta dónde quedaba el lugar en el que me recibieron, todo.

-¿Pero y si deciden preguntarte...?

-Si se sacan alguna pregunta que no esté ahí se joden por no haber seguido el protocolo, es su problema, no me importa -La interrumpió mientras empinaba otro poco.

-¡Tienes la cabeza tan dura! -Espetó- Aunque no te tengan que preguntar absolutamente nada darás una mala imagen, vas a acabar avergonzándolos a todos si no te puedes controlar ni medio día... Alfred estaría enfadado si te viera ahora.

Lumi apretó su agarre en el cuello de la botella y apretó los dientes

-¡Tú no tienes derecho a hablar de Alfred! -La señaló con una mueca y la inercia tiró un poco de alcohol al suelo- Y ni se te ocurra molestarlo por esto, ya tiene demasiadas cosas por las que preocuparse.

-Pues deja de hacerte la alcohólica y ayuda.

-Estoy ayudando, te dije que escribí todo, y a además...

-¡No es eso a lo que me refiero Lumière! -Se sacó en cigarrillo de la boca para cruzarse de brazos. Lumi tosió cuando le llegó el humo a la cara- Es obvio que toda esta gente está poniendo esfuerzo en que todo vaya bien, ¿y tú...?

-Por el amor del cielo...

-¡Tú estás aquí, ebria, discutiendo por nada y con pintas de pordiosera, cuando deberías estar en cabeza de esto! ¡Hasta Alfred parece que hace más que tú!

-¡Te dije que dejases a Alfred fuera de todo eso! Carajo, el pobre solo quiere un poco de tranquilidad- se frotó el tabique de la nariz cerrando con fuerza los ojos- ¿es eso tan difícil?

-Eres increíble de verdad... no sé ni cómo te aguanta -Inclinándose al respaldo de la silla, Marie volvió a inhalar de su cigarrillo a la vez que Lumière tragaba mas alcohol.

-...Verás mamá, algunos de nosotros tenemos estas cosas llamadas sentimientos. No se si has oído hablar de ellos... -Se limpió los labios con el antebrazo tras tomar- En esta última semana he logrado mentir a mi familia para unirme a un grupo de terroristas, fallar un intento de homicidio, escapar de un intento de homicidio... -comenzó a llevar la cuenta con los dedos de su mano libre- ...He apuñalado a un gigante, luchado a muerte con un asesino en serie, he hecho que todo el mundo se enfade conmigo... incluso Alfred, él no quería tener nada que ver con esto y acabó manejando un cuchillo para salvarme el trasero.

-Obvio van a cabrearse contigo, supongo que no has hecho más que quejarte desde entonces...

-Y mi orfanato, mis niños... -Su voz comenzó a romperse y bajó la cabeza, apretando el agarre al cuello de la botella. Su tono de voz cada vez sonaba más apagado, pero siempre audible, lo que llevó a Marie a mirarla con sorna, pronto apartando la vista con una mueca- Todo lo que hemos hecho, Al y yo, ya no existe más... La policía nos dijo que sería imposible recuperar a los niños, ya no me importa qué hagan con Sol, no quiero participar en esta carnicería, solo quiero que se acabe de una vez por todas.

-Ni siquiera eran tuyos, no puedes tenerlos, ni sé de qué te afliges.

Lumière levantó la cabeza, una expresión de furia apareció por un leve instante en su rostro, pero el efecto del alcohol y el cansancio impidieron que se quedaran por mucho tiempo.

-Debía haber esperado esa respuesta de ti -mostró una sonrisa agridulce- Siempre tan cariñosa...

-Solo digo la verdad

Weas variasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora