Capítulo 18

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Fui rápidamente al departamento de Adam, necesitaba saber que era lo que estaba pasando, durante el trayecto me encontraba un poco nerviosa y me estaba costando trabajo caminar a medida que me acercaba a su edificio. En la puerta se encontraba el mismo Señor que vi la vez anterior, él me saludo mientras yo esperaba el ascensor para poder subir.

Estaba frente a la puerta del departamento de Adam, conté hasta diez y toque el timbre, espere que saliera. Cuando él abrió la puerta me quedo mirando, se acercó a mí y me beso, me dijo que entrara y luego me senté en el sofá.

-¿Quieres algo para beber? –yo negué con la cabeza y él fue a la cocina.

De verdad que estaba muy nerviosa, cada segundo que pasaba se estaba haciendo una eternidad. Adam llegó con un vaso de agua y se sentó a mi lado.

-Sabes Adam. –él me miro y asintió. – cada segundo que pasa me está matando, ¿Qué está sucediendo?

-¿Por qué no me dijiste que tu madre vino aquí? –vote un poco de aire.

-¿Cómo sabes que mi madre vino?

-Estuve con ella hace tres días atrás. –yo arrugue mi frente y lo quede mirando.

-Mi madre todavía sigue aquí

-Ya se fue, pero ella me dijo muchas cosas extrañas Alaska, ahora creo que comprendo algunas.

-¿De qué hablas?

-Ambos sabemos que estamos en problemas, ellos no quieren que estemos juntos Alaska.

-si eso lo sé, pero qué más te dijo ella.

-Creo que ambos somos hermanos. –yo lo quede mirando.

-Mi madre te dijo que somos hermanos

-No me lo dijo directamente, pero eso es lo que pude deducir de sus palabras, Alaska si eso resulta cierto, esto se acaba para los dos.

-Adam, sinceramente, yo no creo que seamos hermanos.

-¿Cómo estás tan segura?

-Porque es algo estúpido, tenemos las siguientes posibilidades, primero, que yo sea hija de Carlos, algo imposible, y lo segundo, que tú seas hijo de mi madre, cosa que tampoco es real.

-Yo pensé lo mismo, pero no entiendo entonces cuál es el maldito problema.

-Yo hable con ella Adam, y lo que sucede es que mi madre es una persona que desde que tengo uso de razón se ha dejado llevar por las cosas que la gente pueda decir. Como Carlos y mamá están casados, nosotros pasamos automáticamente a ser "familia" a los ojos de los demás, pero lo que ella no entiende es que nosotros no llevamos la misma sangre, por lo tanto, independiente de la unión de ellos, nosotros seguimos sin tener parentesco. Además tú y yo estudiamos y vivimos de forma independiente. Mi madre solo quiere arruinar mi existencia, está acostumbrada a dar órdenes mientras espera que el resto obedezca y haga su voluntad, pero esta vez no voy a ceder Adam, le he dado el favor durante toda mi vida, pero por esta vez paso.

-¿Qué vamos a hacer Alaska?

-Tenemos que seguir como estamos Adam, ya me da lo mismo lo que pueda pensar mi madre o lo que diga Carlos, yo de verdad te amo y no estaría contigo si no estuviera segura de lo que siento.

-Yo también te amo mucho Alaska, y me alegra que me dijeras lo que tu madre dijo y piensa, aunque podrías haberme advertido antes de que yo hablara con ella. De esa forma hubiese sabido cómo responderle.

-Adam, estábamos en periodo de exámenes y no quería que te desconcentraras por una estupidez de mi madre, es por eso que no te dije nada.

Aquella noche la pasamos juntos disfrutando de la compañía del otro, cuando desperté a la mañana siguiente mi teléfono estaba sonando, Adam estaba profundamente dormido, silenciosamente me levanté de la cama y comencé a buscar mi teléfono en mi bolso, cuando lo encontré me fije en el identificador, era papá.

En Busca del Amor #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora