La amabilidad

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Sherly tuvo cinco minutos de ensueño, creo que no se había sentido mejor antes tratando con Albert, en realidad lo quería demasiado, pero ya todo había acabado, ya Albert todo había acabado.

— No tienes que ser así Albert— dijo Sherly, atreviéndose un poco más de lo debido.— Sólo quería decírtelo, pero tú como siempre. Que no ves por lo que estoy pasando, mis padres quieren que me vaya de casa. Albert tengo quince años, estoy embarazada.

Sherly se había atrevido a gritar en propia casa de Albert, a responder de manera grotesca, no parecía Sherly.
Albert la miró más con cara de admiración que de rabia. Nunca se había atrevido a responderle de esa manera, siempre cedía a lo que él quisiera, quizás porque esta podría ser la última vez que lo verría. Pero hoy era un día diferente, hoy Albert decidió ser amable, algo muy bien ganado por la actitud de Sherly. Pero lo que no sabía era que esta amabilidad le cambiaría la percepción sobre muchas cosas.

— Pensé que estabas mas vulnerable, te atreves a responderme, no estás tan mal—dijo Albert sonriendo y abriendo la puerta de su habitación— ¿quieres seguir?.

Albert se acostó en la cama y le pidió a Sherly que se acostara a su lado, ella puso su cabeza sobre su pecho y entró en un paraíso donde se sentía la mujer más feliz del mundo, se sentía libre, se sentía bonita, fuerte, no se acordaba de las cosas por las que estaba pasando, ella... ella... estaba con Albert.

— ¿Porqué tu corazón late de esa manera?— preguntó Albert rompiendo el silencio.

— Hace poco te decía que me gustabas mucho, jamás me he sentido así con alguien, estoy enamorada de tí Albert— dijo Sherly sin levantar la cabeza.

— Amor... ¿eso produce el amor?

— Creería que no es nada eso.

—Mis padres me decían que me amaban, cuando ellos se fueron sentí una tristeza enorme, fue decisión de DIOS💜 el llevárselos, creo que fueron las últimas personas con las que experimenté sentimientos.

— ¿Qué sientes por mí Albert?— preguntó Sherly mirándolo a los ojos con cara de esperanza.

— No sabría decirte—dijo Albert acostando la cabeza de Sherly nuevamente en su pecho.— no quiero que te pase nada malo, quiero que triunfes y que seas una gran persona. Quizás es un querer lo que siento por tí pero de seguro no es lo mismo que tú sientes.

Albert se levantó y le pidió a Sherly que volvieran otro día, ya que ese día no hicieron nada de lo Que en realidad venían a hacer.

En cuanto a Sherly fue uno de sus mejores días, no le importaba qué sentía Albert por ella, ella lo amaba y ese día la había pasado muy bien con él, ese día experimentó cosas que no conocía, ese día Albert fue amable con ella, ese día fue maravilloso.

Sentimientos DesérticosWhere stories live. Discover now