Encuentros Casuales

Bromas de mal gusto

Así transcurrieron unas horas, pronto sonó la campana del reloj de la iglesia dando las 11, Ella se levanto, froto sus ojos con sus manos y me miro.

-¿Cuanto dormí? - Pregunto confusa.

-Unas dos horas y media creo. 

-Asombroso, no creí que me fuera a dormir, menos aun por tanto tiempo. ¿Que hora es?.

-Las once y cinco. - Respondí calmado.

-Dios, es demasiado tarde. - Dijo exasperada.

-Tranquila, dentro de cincuenta y cinco minutos sera temprano. - Respondí bromeando.

Me miro y sonrió, una sonrisa honesta y linda.

-Bueno técnicamente tienes razón y mañana no trabajo así que no tengo que levantarme temprano tampoco. - Dijo alegremente encongiendose de hombros.

-¿Que haremos ahora entonces? - Pregunte intrigado, honestamente ya no quería estar ahí siendo tan tarde, pero quería seguir con ella.

-No lo se, no quiero ir a casa no me siento de ánimos.

Menciono que tenia un novio, ¿sera que vive con el? ¿Estarán peleados?

Mi mente comenzó a divagar, perdida en un océano de incertidumbre y duda, sabia lo que quería pero, no que tan real podía ser...

Me rehusé a preguntar por el momento sobre su novio, pero si estaba preocupado por la hora, el sitio donde estábamos era precisamente el epitome de la seguridad.  

-¿A donde iremos? - volví a preguntar con un tono mas preocupado

-A un hotel. - Dijo muy seria, causando en mi una explosión de emociones la cual apago en menos de un segundo con un guiño. -Ah! ¿¡te la creíste!? jajaja