Encuentro

114 2 2
                                    


Buenas... Se la razón por la que me encuentro hoy aquí... pero, me gustaría que me permitieras explicarme, y contar mi historia, así tal vez, y solo tal vez entiendas a que se debió que mis acciones se desencadenaran de la manera que lo hicieron... y quizás puedas hacerte a una mejor idea de lo que paso al juzgarme.

Mi historia al igual que la de todo hombre, comienza con una mujer, oh mujeres, no puedes entenderlas, pero tampoco puedes dejarlas... Toda nuestra vida gira en torno a ellas... En un baile infinito que nos lleva siempre al mismo lugar.

Comenzare a contar mi historia, y no pretendo omitir detalle alguno...

Verla llegar, fue algo tan repentino y majestuoso, como una llovizna en un día totalmente despejado, no podía dejar de mirarla, estaba... Deslumbrado, vi claramente como dirigió su mirada hacia mi, mientras se acercaba y con un gesto de amabilidad indescriptible, sonrió y dijo:

-Hola, disculpa mi intromisión pero, ¿quien eres?, me pareces un ser muy intrigante.

Su voz tan hermosa inundaba mis oídos, mi corazón latía acelerado, admito que nunca fui bueno hablando con las personas, y mucho menos sobre mi, creo que es alguno de los desazones de ser un joven tan excéntrico.

- Por favor señorita, permítame presentarme.

Respondí con premura, aunque ahora que lo pienso, estoy seguro que mi nerviosismo e inseguridad... Eran bastante evidentes.

Ignorando esto, continué.

-Soy un joven de buen gusto, aunque muchos no opinen lo mismo, también, sin ánimos de alardear, soy un escritor romántico amateur, que puedo decir, no nacemos sabiendo todo lo que sabremos a la hora de nuestra inevitable muerte. Debo agregar, que su intriga me desconcierta, ya que solo soy un ser como los demás, lo que me distingue principalmente es mi peculiar forma, de ver el mundo.

Ella sonrió, y serenamente respondió.

-Eso, mi nuevo amigo, es precisamente lo que me intriga. Si fueras solo uno mas del costal, no estaríamos teniendo esta conversación.

Impactado por la sinceridad de sus palabras, y debo aceptar, aun perdido en sus ojos, profundos y atrayentes. Solo pude responder.

- Tienes razón, no lo había visto de esa forma.

Volteo su rostro en otra dirección, no antes de que notara un ligero semblante de indignación en su rostro.

- Pues entonces, por que razón estriamos dos completos extraños teniendo esta conversación, si no fuera... hmm ¿interesante?

luego de decir esto, volvió su mirada de nuevo hacia mi, diciendo:

- Lo lamento, pero debo irme, quizás nos veamos alguna vez, espero sea pronto...

Pude distinguir en su mirada algo de tristeza opacada en una nube de esperanza, y antes de que yo pudiera siquiera responder, se acerco hacia mi, para decirme al oído tiernamente...

- Si... Pronto...

Seguido a esto, dio media vuelta, y solo se fue... Me quede estupefacto mirándola como se alejaba hasta que su silueta se desvaneció, si, mis ojos no son los mejores del mundo, luego sentí la tristeza y soledad que dan al extrañar a alguien...

Esa noche, no pude dormir pensando en mi peculiar encuentro, y con la sorpresividad de una epifanía , lo note, Dios!, como pude pasar por alto algo como eso...

¡NO SABIA SU NOMBRE! y solo para empeorar no le dije el mio...

Algo tan simple, tan básico, tan elemental... Oh~ mente vagabunda que me condena a la trivialidad, considerar tan simples algunas cosas, que al final, las doy por hechas y las ignoro... Ah~ alma errante en un mundo incomprensible, teniendo que soportar el martirio y la desesperación de ser humano, con todo lo que esto implica...

Y allí yacía yo, delirando en mi lecho nocturno a quien sabe que hora de la madrugada, sin poder deja de pensar en "mi nueva amiga" y sus palabras, en esta... noche sin fin.

Ya en la mañana, decidí salir a despejar mi mente, camine unas cuadras, y tome un autobús sin ver a donde se dirigía, estaba algo distraído, solo para terminar en el medio de una ciudad atestada de gente, y bien ya sea por azares del destino o porque mi vida esta siendo escrita por una maldita persona retorcida, al ir caminando entre un montón de gente por una calle desconocida para mi, senti como una mano se posaba suavemente en mi hombro, por reflejo voltee y mi mirada inevitablemente se cruzo con de la persona que me acosaba, dejándome esto congelado, acto seguido escuche una voz conocida diciendo:

- Hola, que casualidad encontrarte aquí.

Pude distinguir en su voz un tono de alegría y un semblante de nostalgia, fue una experiencia extraña y a la vez familiar, como si el lugar concurrido en el que estábamos se desvaneciera poco a poco, dejándonos a ambos en un universo donde no existía nada mas, dando paso a una sensación que hasta la fecha no había sentido... Comodidad.

Presuroso y aun mirándola a los ojos. Respondí entrecortado:

- A-a que te refieres con eso?

Ella sonrió suavemente y dijo:

-Juraría que detestabas los lugares como este ... Bueno, tu sabes, llenos de gente.

Admirado por su percepción, respondí con naturalidad:

- Pues si.. y ahora que lo mencionas, no estoy seguro de como demonios termine aquí.

Me miro algo confusa y pregunto:

- Como es eso posible? solo tu puedes saber el camino que recorriste y mas importante aun, porque lo recorriste.

Irritado Dije:

- Estaba distraído! pensaba en otra cosa!

Me miro por unos segundos, imagino que esperando a que me calmara. y dijo con algo de soberbia:

- Deberías estar mas atento, lo mas bello de la vida pasa cuando te distraes...

Estaba indignado por haber recibido un consejo tan obvio, pero antes de maquinar una respuesta ella continuo diciendo:

- Quizás a algunos nos moleste, que nos digan algo que ya sabemos, pero un recordatorio no viene mal de vez en cuando.

Esto ultimo me relajo un poco, lo suficiente para pensar unos momentos sus palabras...

Tenia razón! si termine en un lugar como este por una distracción, ¿De que otras cosas me estaba perdiendo?

Se me escapo una sonrisa mientras decía:

- Si, Gracias...

Antes de darme cuenta nuestra conversación termino al llegar a una parada de autobús, en el cual yo debía subir, ya era tarde yo tenia cosas que hacer, ademas ella me comento que debía quedarse.

Algo desilusionado la mire a los ojos, (creo que mi tristeza era evidente) y le dije:

- Adiós, Gracias por tu compañía, espero la pases muy bien...

Ella me devolvió una alegre mirada diciendo:

- Esta atento a lo que ofrece la vida, y nos veremos mas pronto de lo que crees.

Estas ultimas palabras que escuche me llenaron de una absurda alegría, casi indignante, que me da cada vez que espero algo con ansias.

Luego de esto seguí con mis actividades con una naturalidad casi enfermiza, creo que es a lo que las personas normales llaman "ausencia de complicaciones".

Encuentros CasualesWhere stories live. Discover now