Epílogo

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Este epílogo sera narrado por ambos protagonistas, espero y les haya gustado mi novela... Ahora si , el epílogo.


Angélica:

Han pasado ya diez meses desde que llegue a Mérida, Venezuela... Es un lugar muy bonito, las personas son muy amables y humildes, me costo un poco conseguir trabajo, pero al final conseguí empleo como contadora en una empresa llamada "Eva Desarrollo Web, C.A", es una empresa de tecnología que ofrece soluciones de comercio electrónico destinados a personas naturales o jurídicas... En este trabajo me ha ido muy bien, me compre una cabaña en la culata, hace mucho frío allá, pero estoy muy cómoda, también es un poco lejos de mi trabajo y de la cuidad como tal, pero todo es muy lindo y tranquilo.

También extraño mucho a mi familia y a mis amigos, todos los días hablo con ellos, todos los días los extraño mucho más, extraño mucho a mis papas, ya los quiero ver, pero no regresaré hasta que este estable aquí en Mérida y tenga todo lo que un día soñé, para buscarlos y traerlos conmigo para que pasen unas buenas vacaciones, porque se merecen eso y más, extraño a mi mejor amiga, ella me llama todos los días y me dijo que ya compro el boleto para venirse para acá, se viene dentro de una semana, dentro de una semana la veo, eso me emociona mucho, extraño a Christian, cada día que pasa me siento más triste por como tuvimos que terminar y separarnos, que era algo que el, ni yo queríamos, lo extraño mucho, lo quiero ver, besar, estar entre sus brazos, estar dentro de él, solo lo quiero a él.

En mi trabajo hay muchos chicos tirándome la onda, pero no les presto atención a ninguno, porque solo lo quiero a él y a más nadie, todos los días lucho por un bienestar para mi, y para darle a mis padres todo lo que se merecen.

Una semana después:

Christian:

-Verónica, apúrate, el avión nos dejará; grite.

-Voy, solo bajo una maleta y ya estoy lista; lleva como treinta minutos diciéndome lo mismo, espero por el bien de ella que sea verdad, porque si no la voy a buscar y la voy a traer así no este lista; -Lista, nos podemos ir a Venezuela; grita y da pequeños aplausos.

Nos montamos en el taxi que nos dejará en el aeropuerto, para irnos a Venezuela... Angélica no sabe que yo me voy, ni se lo debe imaginar, ella piensa que solo va Verónica, estoy muy emocionado de verla, después de diez largos meses, la echo mucho de menos, extraño todo de ella.

Nos montamos en el avión, el vuelo durará aproximadamente unas doce horas, muy agotador de solo pensarlo, pero todo sea por verla a ella, viajamos en primera clase, ya que no es una sorpresa que nuestros padres tienen dinero hasta para regalar, la azafata nos trae un aperitivo y una copa de champagne, tal y como lo ordenamos, Verónica se quedo dormida, sin embargo yo no puedo hacer lo mismo, no me saco de la cabeza que en cualquier momento volveré a ver a Angélica, como se lo prometí, dure unas cuantas horas despierto, pero al final el sueño me venció.

-Se les informa a todos los pasajeros que estamos apunto de aterrizar, por favor abrocharse sus cinturones; escucho una voz muy lejos y me despierto, me di cuenta que era la voz de una azafata, acabamos de llegar a Caracas, Venezuela.

Despierto a Verónica y le digo que se coloque el cinturón que ya vamos aterrizar, enseguida lo hace... El avión tuvo un aterrizaje perfecto, nos bajamos del avión, buscamos el equipaje de ambos y nos dirigimos al avión que va a Mérida, hicimos el mismo procedimiento que en Francia, dejamos el equipaje, nos montamos en el avión, pedimos algo liviano para comer, afuera hacia un calor inmenso, ya que eran las doce del medio día, hora local.

Nadie Se Tiene Que ENTERAR (EDITANDO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora