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La mañana trascurría un poco más aburrida que de costumbre, el profesor Kim daba una plática un tanto inapetente para aquellos que lo escucharan hablar. No era un mal docente, el problema era que explicaba de mala manera, a causa de que ningún alumno quería pisar su salón de clases. Madison se estaba quedando dormida con una sonrisa algo estúpida mientras veía a JungKook morder la punta de su lápiz color amarillo. Era tentador verlo, ya que sus facciones eran algo que no se veía en cualquier hombre.

Faltaban al menos tres clases para que la hora del almuerzo llegara, porque después de Aritmética, Química, Ingles e Historia, era una buena escusa para poder comer a la hora del descanso. JungKook se removía de su butaca algo incomodo, también se estaba quedando dormido al igual que el resto de la clase. Era inevitable, el profesor casi les cantaba una canción para dormir. A nadie le gusta que le hablen bajito cuando se trata de una rama importante de las matemáticas, aun que lo mejor venia después, los exámenes, el diablo en persona, a nadie le gustaba hacer un examen en donde la mayoría los cursos te la pasabas durmiendo o admirando a el chico o chica que te gusta, como era el caso de la Castaña.

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Decían que el tiempo se iba demasiado rápido, pero en realidad no era verdad, los chicos del aula _3-A_ estaban completamente estresados y aburridos, no había una sola clase donde desearan salir aun que sea al baño, como esa clase era caracterizada por tener alumnos desmadrosos, no podían salir de ahí al menos que fuera una emergencia. Estaban peor que en un reclusorio, cero comida, cero diversión. Tenía un lado bueno, podías aprender sin problemas lo que cualquier docente aburrido quería o trataba de explicar. Hací eran los venditos trescientos sesenta y cinco días del año, o la gran mayoría de ellos. Los bostezos se contagiaban uno por uno, hasta la profesora Lee estaba a punto de colapsar del cansancio. Aun que era una de las mejores escuelas de Seúl, no era tan bueno el nivel de educación que se impartía, o tal vez si, mas sin embargo los estudiantes no hacían el mayor esfuerzo por trabajar y ponerse al corriente.

La castaña que estaba en una de las butacas de la parte de atrás, comenzó a cabecear, casi se le escurría la baba por el cansancio, si percatarse de que JungKook yacía a su lado, había cambiado de banca con una de las jóvenes menos atractiva de su salón. No se dio cuenta, ella seguía con su barbilla hundida en su mano mientras fingía poner atención.

A su banca se comenzó a deslizar una pequeña hoja color blanca, se sobresalto al ver al castaño a su lado. Abrió la hoja con cuidado, y ahí había un mensaje:

{Hey, Jones no te duermas, sé que es un poco aburrida la clase.

Si la señorita Lee es aburrida y se viste como una señora de más de sesenta años, pero la pobre no tiene la culpa de que Tu no le pongas atención.}

-J.K-

Sonrió como una idiota enamorada, por alguna razón Jungkook había conseguido enamorarla más rápido de lo que ella ya estaba de él. Admiraba la bella forma de escribir de su compañero de al lado, esa letra perfectamente elaborada sin ningún defecto, ni una falta de ortografía, "Además de ser atractivo, al parecer su letra también es llamativa y linda, al igual que él", pensó.

Hubiera sido una completa falta de respeto si ella no le contestaba el mensaje, tomo su pluma de tinta color azul claro, y escribió con la mejor letra que pudo:

{Hey, Jones no te duermas, sé que es un poco aburrida la clase.

Si la señorita Lee es aburrida y se viste como una señora de más de sesenta años, pero la pobre no tiene la culpa de que Tu no le pongas atención.}

SIN CENSURA © « Park Jimin » EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora