Capítulo 1

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Los ojos de Yuri se abrieron con lentitud, podía sentir el frío que había en el ambiente, pero su cuerpo estaba completamente cálido; se removió soñoliento, acariciando su rostro con el pecho desnudo del hombre que estaba acostado con él en la misma cama, Victor. Abrazó con fuerza su cuerpo y abrió los ojos completamente. 

Ya había pasado un tiempo desde que comenzó a vivir en Rusia junto a su entrenador y novio Victor, después del Grand Prix Final en Barcelona, donde ganó el segundo lugar en el podio.

Miró el rostro durmiente de Victor y sonrió, después de eso se sentó en la cama, sintiendo cómo el frío invadía su cuerpo completamente desnudo. Tomó la primera prenda de ropa que encontró en el piso y se la puso, había sido una noche muy agitada, pero ya estaba acostumbrado. Desde que vivían en Rusia las noches apasionadas con su pareja habían aumentado.

Fue al baño y después a la cocina para preparar el desayuno; mientras preparaba unas tazas de café, Victor apareció y lo abrazó por la espalda.

—Ya despertaste —comentó Yuri, sorprendido.
—Me despertó tu ausencia —contestó Victor, con un puchero en su boca. 

Yuri soltó una pequeña risa y continuó haciendo lo suyo, mientras su pareja no se despegaba ni un poco. Luego de un rato, ambos se sentaron en la mesa para desayunar.

—¿Has pensado a dónde quieres ir para nuestro descanso antes de las competencias? —preguntó Victor, tomando su taza de café.
—La verdad es que no, creí que sólo nos quedaríamos aquí en San Petersburgo. ¿Quieres ir a algún lugar en especial?
—Quiero ir a Hasetsu —contestó, con una sonrisa.
—¡¿De verdad?! —Yuri fue invadido por la emoción.
—Quiero visitarlos a todos.
—Entonces vayamos, yo también quiero ir —apoyó, con una gran sonrisa en su rostro.
—Muy bien, mañana mismo iremos.
—Invitemos a Yurio —sugirió, tomando su celular. 
—Si lo invitas tú, estoy seguro de que aceptará. 

Yuri mandó un mensaje a Yurio para invitarlo a su ciudad natal. Había pasado un tiempo sin ver a su familia y ya la extrañaba bastante, por lo que no podía evitar emocionarse. Victor observó con una sonrisa a su amado, mientras bebía su café.

—Dice que sí irá.
—Amazing —respondió Victor, sonriendo.
—¿De verdad está bien para ti viajar a Japón para nuestros días de descanso? ¿No hubieras preferido pasarlos aquí en tu ciudad natal? —preguntó, bajando la mirada con inseguridad.
—Está bien para mí, me gusta esta ciudad y me llena de nostalgia, pero también me gusta muchísimo Hatsetsu, quiero ir allá.
—Ya veo— respondió, con una pequeña sonrisa.
—Esta ciudad está llena de recuerdos, pero también quiero estar en la ciudad que está llena de recuerdos tuyos. Quiero visitar nuevamente la ciudad en la que están tus padres, en la que creciste y viviste tus primeros años de adolescencia —confesó— ¿Cómo eras en aquellos tiempos?
—¡Oh, Victor! —Yuri ignoró la pregunta—. Tenemos que empezar a empacar ahora ya si queremos llegar mañana a primera hora. —Ante ese cambio de tema, Victor lo miró sorprendido.
—Tienes razón. —Solo pudo responder. 

La tarde pasó volando, ambos hombres empacaron y prepararon todo. En la noche llegó Yurio, quien se quedaría a pasar la noche con ellos para que en la mañana los tres se fueran directamente al aeropuerto.

—Más les vale no hacer cosas estando yo bajo el mismo techo —amenazó.
—Pero Yurio, no estarás en nuestra misma habitación —contestó Victor tranquilamente.
—¡Victor! —reclamó Yuri, sonrojado.
—Tengo oídos, ¿saben?
—Si eso es lo que te molesta, entonces seremos silen… —dijo Victor, cuando fue interrumpido por Yuri.
—Mañana tenemos que levantarnos temprano y estar llenos de energía —habló con rapidez—. Y, además, Victor, no digas esas cosas frente a Yurio, apenas cumplirá pronto los 16 años. 
—Pero él empezó a mencionarlo —reclamó Victor. 
—¡Yo sólo les estaba advirtiendo! —exclamó Yurio, avergonzado.
—¿Cómo es que sabes de esas cosas, Yurio? —cuestionó Victor, mirándolo con una sonrisa, el rubio se sobresaltó—. Estos niños de hoy en día.
—¡¿Qué te pasa, anciano?! —Se quejó, sonrojado.
—Yo a tu edad no andaba pendiente de esas cosas. 
—Déjalo, Victor —regañó Yuri, Yurio se sintió aliviado—. Tiene 15 años, sé que hay niños que a esa edad sólo les interesa la sexualidad, pero de seguro Yurio se siente avergonzado de admitirlo, así que déjalo. —Yurio se volvió a sobresaltar.
—¡Que no estoy interesado en esas cosas!
—¿Cómo era Yuri cuando tenía 15 años? ¿Se interesaba en esas cosas? —preguntó Victor, sonriendo.
—Ya es muy tarde, vayamos a dormir —ordenó Yuri, cambiando el tema.

Victor lo miró sorprendido y luego bajó la mirada, simplemente asintiendo con su cabeza. Ambos rusos obedecieron al japonés y se fueron a dormir.

Al día siguiente, los tres llegaron puntualmente al aeropuerto y viajaron rumbo a Japón.

Llegaron a Yutopia y saludaron a todos, siendo bien recibidos con mucha alegría por la familia Katsuki.

Hiroko, la madre de Yuri, conversó animada con los dos rusos, a la vez que su hijo, junto con Mari, ordenaban las habitaciones en las que se hospedarían. Mientras esperaban, la mujer comenzó a mostrarles fotografías de cuando Yuri era niño y adolescente.

—¡Tan lindo! —exclamó Victor, emocionado, viendo una foto de Yuri cuando tenías 6 meses.

Yurio no comentaba nada, pero en su rostro ruborizado y sus ojos brillosos podía verse que sentía la misma emoción que Victor al ver las fotos.

—Aquí es cuando entró al preescolar —comentó Hiroko, con una sonrisa orgullosa.
—Siempre fue muy lindo —dijo Victor, tomando la fotografía.
—Y esta es de cuando tenía 12 años, a esa edad comenzó a admirarte un montón, siempre te imitaba —Victor sonrió con lo escuchado—. Mira esta —Le entregó otra fotografía—, aquí se graduó de la secundaria, está con sus compañeros de curso. 

Victor miró la fotografía pero algo en ella llamó su atención. Yuri tenía 15 años y estaba rodeado de cinco muchachos muy sonrientes y felices, pero lo que le llamó la atención fue que la sonrisa de su Yuri era completamente cínica y fingida. 

—¿No le agradaban mucho sus compañeros? —preguntó Victor.
—No se adaptaba muy bien, ¿pero por qué lo dices?  
—Por nada —respondió, sonriendo. El ver esa fotografía sólo lo había alterado un poco más.

Últimamente Victor se había dado cuenta de que no sabía mucho del pasado de su novio, no quería obligarlo a que le contara sobre cómo fue su niñez y adolescencia, pero realmente quería saber. Siempre que trataba de sacar el tema, Yuri lo evitaba y lo cambiaba, lo cual le causaba más curiosidad por saber. De seguro que su suegra podría ayudarlo a saber más de Yuri, pero él quería escuchar su historia por la misma boca de él, quería que le contara sus anécdotas, las alegrías y tristezas que vivió en aquellos tiempos, consideraba injusto que nunca le hablara de eso. Podría preguntárselo directamente, pero presentía que aquel tema era delicado para su amado, y el ver esa sonrisa falsa en aquella fotografía, sentía que sus intuiciones estaban en lo correcto. 

Al día siguiente, Yuri junto a Victor y Yurio salieron a pasear por la ciudad.

—Extrañé mucho Hasetsu —comentó Yuri, con alegría.
—Yo igual —contestó Victor, con una sonrisa.

Los tres se detuvieron frente a una tienda que vendía instrumentos musicales.

—Este lugar es nuevo —comentó Yuri, con sorpresa.

De repente, la puerta de la tienda se abrió, dejando salir a un hombre alto de cabello y ojos cafés. 

—Voy y vuelvo —habló hacia adentro y cerró la puerta.

Yuri al ver la cara del hombre comenzó a sentirse muy nervioso. El hombre miró a Yuri y sus ojos se abrieron de la impresión.

—Yuri. 
—Reiji.

Victor y Yurio los miraron confundidos. Victor comenzó a presentir que la aparición de ese desconocido podría solucionar sus dudas con el pasado de Yuri, pero a cambio de otro tipo de problemas.

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Hola! Esta es la primera vez que publico un fanfic en Wattpad.

Es gracias a Yuri on Ice y a esta aplicación (página) que mi amor por los fanfics regresó, he leído un montón de fics desde que instalé la app en mi celular (lamentablemente como fantasma, pero ya estoy superando la timidez y estoy empezando a comentar las historias que más he amado, es extraño el sentirme así ya que en la antigüedad solía escribir reviews que parecían testamentos). Bueno, hace tiempo que tenía ganas de escribir pero no me atrevía, hasta que finalmente me convencí a mí misma y aprovechándome de mis vacaciones de verano decidí escribir algo. Tengo más ideas para fics, pero iré de a poco.

Espero que les guste esta historia, dependiendo de cómo le vaya veré cuanto me demoro en actualizar, pero trataré que sea poco. 

Bien, sin alargarme más, espero que esta historia sea de su agrado y me despido.

Nos estamos leyendo.

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