Las batallas duelen mucho

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POV Dylan

Todo se torno negro y sin embargo escucho varias voces en mi cabeza, Cristina, Lucas, Micaela, Monica, papá, mamá pero sobre todo Alison llamándome, se siente sumamente bien estar en ese lugar oscuro pero siento que lentamente me comienzo a asfixiar, necesito salir de aquí pero parte de mi no quiere, como si del destino se llamara despierto de golpe, confundido y asustado.

Me duele mucho la cabeza, noto que estoy en un salón muy oscuro que esconde rostros, bajo mi mirada y veo que estoy amarrado a una silla, no siento a mi lobo lo cual es muy extraño, tengo sangre en la cabeza y una de mis mejillas de duele de sobremanera. Ruedo los ojos, no entiendo mi situación pero me sumergo en la conclusión de que quienes me han secuestrado me conocen, sino no me hubiera podido atrapar con tanta facilidad, soy un lobo débil no un perro.

Pensar en mi amada es la única cosa que me da fuerzas para seguir consciente. El silencio de la sala es ensordecedor. Intento liberarme y transformarme pero es inútil, no siento nada. Giró a verla a ella, causante de tanto dolor en el pasado y tanto dolor en el presente

Es Diana parada al costado de una sombra que no me es visible

-Mi querido Dylan ¿Sabes porque estas aquí?-dice moviendo esa vil lengua y acomodándose en mi hombro

La remuevo como puedo evitando que me toque-No pero me imagino que si es algo tuyo no es nada bueno-intento sonar firme porque me doy cuenta de mi situación

-Querría presentarte a alguien que querria volver a encontrarse contigo-dijo malevolamente

De las sombras salio esa figura que estaba sentada unos segundos antes, era el alfa Rodrigo, me quede impactado, eran años de que no lo veía y en la reunión de alfas estaba seguro de que no lo había visto.

-Hola Dylan, hace mucho tiempo no nos vemos-dijo arrogante y egocéntrico como siempre, estos dos son tal para cual

-¿Que quieren de mi?-dije alterado y molesto porque la sangre y el sudor bajaron de mi frente para enublecer mi vista

-Tu mera presencia esta bien-dijo sentándose-veras Dylan, Diana y yo no somos pareja, no somos mas que un dúo de insurgentes que se unió bajo una misma causa-se detuvo y me golpeo la frente repentinamente

-Cuando yo era joven tuve mi mate, se llamaba Alondra, era preciosa, castaña, con los cabellos mas marrones y cuidados del mundo, con unos ojos tan azules como el cielo y el mar, era mi amada y yo la atesoraba todos los días-me mostró una parte de su vida que no conocía y para mi sorpresa se mostró algo afligido trayendo memorias de ella ahora

-Eramos felices hasta que la manada de los padres de Alison perdieron un rouge que había capturado y degolló a mi amada frente a mis ojos al intentar escapar, lo asesine con tanta violencia que su sangre termino esparcida por cada rastro de mi ser, se sintió tan bien pero lloré mares por el cuerpo destruido de mi amada- sentía suma lastima por su historia, era muy triste.

Dejo de verse molesto para verme con odio-Ahí descubrí que mi propósito era vengar su muerte con los primogénitos de los estúpidos inútiles que fallaron en capturar a ese hijo de puta-dijo jalándose los pelos en frustración.

Con primogénitos se refería a su hija Alison y sus hermanos, pero no tenia sentido su venganza

-No fue su culpa, intentaron detenerlo pero no pudieron, como sabían que iba a terminar en tu manada?-dije con tristeza y euforia.

-Por ellos perdí a mi amada y ahora le haré sentir a su hija lo que es perder lo mas importante para ella, su luna-dijo apuntándome con una espada de plata

-Primero ella llegara y cuando te encuentre te asesinare con esto frente a sus ojos-dijo sacando dos capsulas de su bolsillo-es un veneno mortal diseñado de flúor y plata derretida-suficiente para detener el corazón de un lobo en unos minutos-es el doble de la cantidad y en dos capsulas para asegurarme que mueras, y solo yo tengo el antídoto que es este bonito frasco azul-dijo seguro de si mismo

La Alfa y El OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora