Pasados "Francessco"

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 Y se que ya te cansaste de conocer a toda esa gente,

que es tan trivial que solo buscar placer carnal.

Quizá nunca pasara, quiza siempre sera igual,

sugiero no ilusionar.

Recuerda que aunque te veas perfecta y todo cuides bien,

después lamentaras de no ser la correcta.

Recuerda que a ti te gusta ser manipulada, y también deseas muy fuerte que ya sea mañana.

Yo sé que muy fácilmente la frustración te puede llegar a dar la razón que todos nosotros somos igual.

   —Panda- Patetica

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12

Italia, Portocorsa 1998

Estaba parado en frente de un quiosco un chico de cabellera chocolate lentes grandes de por lo menos unos 15 años, su cabello estaba peinado hacia atrás, estaba vestido de una manera entre casual y formal, esperaba junto a un ramo de rosas azules y blancas.

Era 14 de febrero, sí, el día del amor y la amistad, sin embargo ese sería especial para él, aquel día él le declararía su amor a una chica que llevaba siendo su amiga demasiado tiempo y no podía ocultarlo más.

El "amore appassionato" característico de Italia rebosaba en aquel lugar y el solo esperaba la llegada de su amada, mirando por las calles aquella cabellera oscura...

1:30 p.m

<<Aun queda bastante tiempo, no hay de que angustiarse.>>, pensaba aquel chico mirando su reloj.

2:00 p.m

<<Viene tarde, habrá sido un percanse... >>

2:15 p.m

<<Me comienzo a preguntar si vendrá realmente...>>

3:10 p.m

<<Y ya son tres veces, creo que no importa>>, pensaba comenzando a caminar tirando las rosas en el primer bote que había cerca, con las manos en los bolsillos.

Era verdad ya eran tres veces que lo dejaban plantado, algunos dirían que la tercera era la vencida y así sería ese día había decidido demostrar cómo podía ser dentro de una relación de lo maravilloso que podía ser, estaba cansado ya de eso y comenzaba a preguntarse de que servía ser un chico inteligente, amable también, ser ese tipo de hombre que su madre le contaba que era su padre antes. De nada servía si no eras bien parecido y en esos días casi un patán.

Caminase a casa, ya ni siquiera querías llorar, solo sentías aquel hueco que dicen que existe cuando te falta algo, miraste el cielo y suspiraste antes de entrar a casa, trataste de poner una cara feliz o por lo menos neutral para que tu madre no se preocupara.

— Mio cielo llegaste —dijo su madre pero ella conocía suficiente como para saber que no estaba bien pero no quiso decir más

— Hola mamma, disculpa pero no tengo hambre ahora, subiré a mi habitación —dijo calmado subiendo algo pesado las escaleras

— Te llamare cuando tenga lista la cena, hoy hay una carrera la veremos juntos —grito la madre desde la planta baja recibiendo un "Está bien mamma de vuelta"

Ese día aprendiste una cosa.

No volverías a esperar por nadie y comenzarías a cambiar.

Roma, Italia 2003

Hacia un tiempo que no necesitaba los lentes, se había desecho de ellos y su aspecto había mejorado bastante, sin embargo eso no demostraba casi nada, era verdad te habías vuelto atractivo pero también bastante arrogante o eso es lo que decían cuando escuchaba por error algunas conversaciones.

Esta vez esperaba a una chica de cabello largo de apariencia tímida y algo torpe, tenía un cuerpo escultural que solía ocultar con suéteres y eso le llamaba mucho la atención de ella desde el inicio, en un restaurante bastante hermoso llamado "La pregona".

En un bolsillo de su traje se encontraba una pequeña caja de color azul adornada con dorado, muy bien guardada esperando impaciente cuando por fin vio la silueta que esperaba ver, tan hermosa como era la costumbre mirarla, solo que tenía un pequeño defecto, no se veía alegre y llena de vida si no de como de un pesar enorme.

Te levantaste y estaba dispuesto a besarla pero fue cuando ella te alejo.

— Lo siento, Francessco...ya no te amo y quería terminar —dijo así de simple y se fue como llego.

 ¿ Quien diría que esas palabras dolerían tanto ? 

Nunca más llego a pensar en abrir de nuevo su corazón o comprometerse.

Costa Amalfitana, Italia 2006

Estaba en una habitación de hotel con una chica era de noche y las olas del mar eran apaciguadas por el cristal que era un ventanal, en la cama estaba una mujer de cabello rojizo de bellas caderas y rostro.

— Francessco —canturreaba la chica con una voz suave— regresa a la cama amore.

— No me llames a si y sal de la habitación quiero dormir.

— ¿Qué es lo que te pasa? —preguntaba levantándose enojada.

— ¿De verdad creíste que tú serias el amore de Francessco? Ja, ja, ja, ja no me hagas reir una ramera como tu hay muchas.

— Maldito seas Francessco Bernulli te arrepentirás —advertía la mujer poniéndose el vestido y saliendo la habitación.

— Ni que fueras la última persona con la que acostare.

La chica salió de un portazo y el solo bebía un vaso de huisqui mientras veía las noticias de deportes y justamente estaban hablando del "Novato estrella" Lightning McQueen.

Parecía un chico engreído y de hecho casi rivalizaba a su propio ego pero había algo más en él, sus ojos, los ojos color azul como gotas de mar como joyas preciosas. Desde ese momento él había seguido de cerca a Mcqueen convirtiéndolo también en parte de sus comentarios sarcásticos pero había algo más dentro de esto.

No podía recordar cuando o donde fue de que conocía a Mcqueen pero más allá de todo el accidente.

Fuego, sangre, carne quemada gasolina y el pánico, pánico miedo, horror...

Y no fue hasta 5 años más tarde que por fin lo vio, tenía un cuerpo sublime y era no imposible no tentarse con él, lo que paso después ya es conocido hasta este punto.

  †††† 

 —  Parece que sera más duro de lo que pensé, el siguiente sera Mcqueen.

Amor En LeyendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora