Prólogo

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Playlist

Kodaline – High Hopes.

Caminaba lentamente por los pasillos del hospital donde llevaba internado más de cien días desde que había despertado del coma. Las paredes blancas y las sonrisas de los pacientes lo hacían sentir incómodo a comparación de los primeros días.

Se sentía fuera de lugar, no creía pertenecer al recinto por más que él mismo hubiera pedido quedarse en el.

Quería huir, desear que toda fuera una pesadilla de la cual pronto despertaría, pero no todos los deseos se hacen realidad.

Deseaba recordar a sus amigos, saber cómo fue su vida antes de aquel accidente que lo había dejado en coma por seis meses. Deseaba estar junto a Theo y Erika para pasar juntos por esta etapa pero sabía que eso era imposible. Se sentía un riesgo para la sociedad al no saber ni escribir su nombre.

No, no podía volver con ellos en esa situación. Tenía que mejorar, aprender lo más que pudiera y controlar sus sentimientos. Quería salir por la puerta y demostrarles a sus amigos que él podía salir adelante. Quería que ellos estuvieran orgullosos de él.

En todos esos meses internado en aquel hospital había aprendido algunas cosas de la vida. La primera fue sencilla de entender.

Nunca es demasiado tarde para tener un nuevo comienzo.

Caminaba a la oficina de su psicóloga, la doctora Morrell, para su terapia diaria. Ella había sido una pieza fundamental para su recuperación pero aun así sentía miedo.

Llevaba un horrible uniforme color gris que obligaban a vestir a todos los pacientes para así distinguirlos de los doctores.

Golpeó suavemente la puerta para luego entrar. Esa habitación era distinta a todo el hospital. Era tibia, sus paredes llenas de color y que gritaban vida por todas partes. Los cuadros que adornaban las paredes te hacían sentir cómodos, como si estuvieran en sus hogares en vez de estar encerrados en un hospital.

—Buenos días Stiles— dijo la señorita Morrell desde su asiento para luego invitarlo a sentarse—. ¿Cómo te sientes el día de hoy?

Sonrió desviando la mirada. Odiaba esa pregunta, ¿qué cómo se sentía? Se sentía igual que ayer, y antes de ayer, se sentía exactamente igual desde el día que despertó sin recordar nada.

—Bien— respondió en cambio. Sus manos descansaban en su regazo mientras miraba por la ventana.

—No es necesario que mientas, esto quedará entre tú y yo, nadie sabrá ni una palabra de lo que digas en estas cuatro paredes.

La miró a los ojos y humedeciéndose los labios le respondió.

—No, no estoy bien, pero, ¿cuándo lo he estado?— cerró los ojos disgustado por la conversación— No puedo hacerlo Morrell, por más que cierro los ojos no logro recordar. Y las terapias ya no ayudan, el doctor me dijo que es casi imposible que recuerde algo. ¿Cómo quieres que esté?

Cruzó miradas con la mujer e intentó no llorar ante ella.

—Dime Stiles, ¿por qué deseas tanto recordar?

—Porque siento que no pertenezco a ningún lugar. Estoy enojado conmigo mismo por no saber cómo reaccionar cuando estoy junto a Theo y Erika. Porque ellos van a tener un bebé y yo ni siquiera recuerdo a mis padres, y la maldita duda de saber si ellos me querían me está matando, ¿sabes? Hay días en los que me gusta pensar que ellos son mis padres. Pero siempre termino deprimido cuando imagino cosas que no son.

Inestable - SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora