-N-nadie. Tu tranquilo. No debes preocuparte. Vamos a la habitación.- asentí inseguro y fui con Miguel a la habitación. Mientras comíamos las papas con el jugo se cayeron, mágicamente, mis videojuegos del estante. Cosa que era imposible.
-¿Quién está ahí?- pregunté- Me tienen arto ya tío. Fantasmas mis huevos. ¡Aparece maldito hijo de puta!- grité y apareció un hombre, bastante formal. Tenía un suéter celeste con una corbata roja y debajo una camisa blanca. Y unos pantalones de traje con mocasines.
-¿Quién coño eres tú?- pregunté.
-Que te diga tu querido novio.- dijo haciendo una sonrisa ladeada y yo lo miré a Miguel.- Anda amor, cuentale.
-M-Miguel...- lo llamé. Todos estaban diciendo que él debía contarme algo.
-Él es Rodrigo, m-mi n-novio.- dijo y yo me lo quedé mirando. Quería llorar, golpearlo. Herirlo como el me lo hizo a mi.
-Bueno, en realidad tu ex novio, si quieres puedes quedarte con esa cosa.- dijo refiriéndose a mi. Yo estaba al borde del llanto.-No soportaba ver como le decías "te quiero" y como te lo follaste hace un rato. Adiós Miguel.- desapareció. Mi corazón ya estaba más abajo que el núcleo terrestre. Lo único que se respiraba era el ambiente tenso de la habitación. Jugó conmigo. Me sentí despreciado. Todos hacían lo mismo. Todos me lastimaban, sin excepciones.
-Rubén...déjame explicarte...- comenzó a decir.
-No Miguel...- dije.- Me usaste. ¿Para qué?- recién me di cuenta que tenía lágrimas en las mejillas cuando hablé con mi voz quebrada.
-No bebé, no te he usado.- él intentaba acercarse pero yo me alejaba. Hasta que logró abrazarme, pero estaba débil como para forcegear mi liberación física.
-No me toques- murmure. Él me recosto en la cama mientras me acunaba en sus brazos. Sabía que estar cerca de Miguel, de ahora en adelante, me hace mal. Pero estoy tan abatido. Quiero pensar con claridad las cosas. Quiero alejar a Miguel de mi. Pero una fuerza superior, mi lado ingenuo, no cayó en todo lo que pasó y sigue aceptando los cariños del que creía mi novio.
Desperté y lo primero que sentí fue un dolor de caderas, y recordé todo lo de ayer. Quería llorar, pero no podía, no me salía. Necesitaba explicaciones. Pero no quiero hablar con Miguel. Pero vaya a donde vaya él va a estar.
.
-Hola...- una voz detrás mio. Me di vuelta y, como no, el novio de Miguel.
.
-Tu también ¿Qué quieres? - le pregunté.
.
-Voy a explicarte, tu no eres el culpable, eres victima de todo esto. Mira, con Miguel teníamos un año juntos. Pero lo dejamos hace unos meses porque yo lo engañé con otro.- me explicó.
.
-Y ¿Por qué Miguel dijo que eras su novio? - dije con voz ronca.
.
-No lo se, pero no somos novios hace unos meses. Y como yo no le he superado... Me agarró rabia de ver como te quería, ni a mi me quiso de esa manera tan... Intensa- dijo y mis mejillas se tornaron rojas a lo que él rió. Yo asentí y él se fue. Debía hablar con Miguel. Urgentemente.Busqué a Miguel por toda la casa y no lo encontré.
-¡Miguel!- lo llamé y no aparecía. En la concina no, el comedor no, el salón no, la oficina de mi papá no, los baños no, el sótano no. Sólo me quedaba el ático. Llegué a donde está la cuerdita colgando del techo. Subí e ilumine con el movil.
-¡Miguel!- lo llamé y escuche algo moverse. Subí para ver que era.
-Miguel... Di-dime que eres tu... T-tengo miedo- susurré. Escuché un cristal caerse. Me di vuelta y grité al ver a esa cosa corriendo hacia mi. Empecé caminar rápido hacia atras y choqué con alguien.
-Miguel- dije y me aferré a él.
-¡No lo vayas a tocar Rick! ¡Vete lo estas asustando!- gritó y esa cosa se fue.
-¿Qué era eso?- pregunté
-Un fantasma. Tranquilo yo estoy aquí.- dijo y me abrazó. Fuimos a mi habitación.
-Rodrigo vino...-dije y se tensó- me explicó todo.- dijo y me miró. Sus ojos se llenaron de esperanza.- Perdón.- dije y lo abracé.
-No amor- me abrazó fuerte- yo tuve que haberte explicado todo. Lo siento.
-Te amo- dije y le besé.
-Yo más, voy a estar siempre que me necesites- dijo dandome un beso en mi sien.