Rubén Doblas fue diagnosticado de esquizofrenia y depresión a los diecisiete años. Tres años después, ya con veinte años, vuelve a su casa, ya curado y siendo un chico completamente nuevo.
-Mi pequeño- me abrazó mi mamá.
-Hola mamá- dije junto con ella
-Ven cariño, voy a presentarte a alguien.- dijo con toda la ilusión del mundo guiándome a una habitación.
-Entra, hay alguien esperándote.- Me dijo y se fue a la cocina. Giré el pomo de la puerta dandome acceso a la habitación. Y vi a una pequeña niña, cabello corto y con rulos. Jugando con unas muñecas.
levante mi vista
lo vi a él
Casi me desmayo al ver eso
-¡Rubén!- dijo mi pequeña hermana con dificultad. Y corrió hacia mi. Yo volví a ver y él ya no estaba.
«Él no existe Rubén»
me repetí una y otra vez, abrazando a mi pequeña hermana.