capitulo seis.

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—Donde esta Lorentz —preguntó Sheylle en el hotel.—
—No sé —contestó Jena, medio aturdida por su resaca. Imaginense una botella de vino ella sola— ¿Que hora es?
—Son las 5:47. Siento que el esta en peligro.
—Calmate. El esta entrenado para enfrentar toda clase de circunstancias.
—En eso tienes razón. Pero iré a ver si la puerta aun esta abierta.
Sheylle tomó el elevador. Y bajo tan rápido cono pudo. Su corazón también latía como un tambor, era como si su corazón se fuera a salir de su pecho. La recepción estaba completamente abandonada. La puerta atrancada por esa enorme piedra de sepulcro.
Sheylle se sentía completamente inútil al no poder ni siquiera provocar el movimiento de un centímetro en esa piedra sus fuerzas eran nada para lo que se necesitaba. Ella sabía que cada noche entre quince varones lograban el movimiento de la misma. Volvió a subir hasta el piso que daba para la terraza del edificio. Subió las escaleras como una pequeña gacela. Sus pies apenas tocaban los escalones para tocar el otro. Llegó a la puerta que conducía a la terraza, para encontrarse con la puerta completamente sellada por cuatro cadenas y mas candados . Ahora Sheylle no le parecía una fortaleza ese lugar, sino el maldito alcatraz.
Descendió un techo para ir al cuarto de herramientas. Busco por un largo rato con la desesperación de encontrar a Lorentz. Ella sabía que la vida de el no habia sido lo suficientemente buena, como para que su muerte sea una mas de las desapariciones. En la mente de Sheylle transcurría una canción de Rock rápido que había escuchado hace tiempo. Solo balbuceaba el ritmo para calmarse, porque su habilidad de ver mas allá le dictaminaba que Leonard estaba en completo peligro. En ñla habitación de herramientas encontró un hacha del tamaños de su antebrazo. Era lo que necesitaba para romper las cadenas. Unos golpes con rabia y desesperación, fueron suficiente para hacer añicos las cadenas. Sheylle subió la aterrraza buscando la escalera de emergencia. Efectivamente la encontró. Antes de que pusiera un pie en ella sintió que alguien estaba observándola y volteó.
—¿¡ Que quieres!?—Dijo la recepcionista.
—Mi libertad maldita bruja.
—Entiende nosotros no somos los malos. Tan solo...
—¿y que me dices de la dura droga en la comida?
—No existe tal cosa.
—Vete al diablo. —Dijo Sheylle descendiendo en la escalera a toda velocidad.
El impacto de la caída la dejo algo aturdida y poco estable para permanecer de pie. Gracias a Dios que la escalera se atoró y no la dejo caer al suelo. Porque si así hubiese sido hubiese muerto. Son 10 pisos del edificio.
Sheylle predijo gracias a su habilidad el paradero de actual de Lorentz la academia de North Island.

La casa de los espejos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora