capitulo final.

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Alicia (Sheylle) se quedó a la orilla del puente. En la primera mirada hacia la torre pudo sentir un deyabú (sentir que ya estuvo allí) una extraña sensación comenzó a actuar por si sola en su cuerpo. Casi automatizada cruzo el puente de madera como si hubiese sabido que tablón pisar y cual no. Se sorprendió de si misma como llegó hasta al misterioso faro- mansión. Era una de las estructuras mas extrañas del mundo. Estaba sobre alguno de los agujeros mas raros del mundo, los cuales parecían no tener fondo alguno. Crishanda estaba del otro lado del puente aun reponiéndose. Alicia entró a dentro de la torre con el objetivo de averiguar lo sucedido. Ademas como su mente no sabía lo que hacía tan solo lo hacia sin saber.
Subió unas gradas y vio una sala repleta de espejos en medio una silla de tortura. La pregunta que se hacia era ¿Que clase de maniático vivía allí? En ese momento ollo como se cerró la puerta, y al instante reaccionó que ¿como diablos entró si había una cerradura? Volvió a sentirse en transe y toco una piedra entre tantas del muro del corredor.
La pared se hizo hacia un lado dejando al descubierto un corredizo. Entró y vio cientos de fotos con rostros tachados. Un frío susto corrió por su cuerpo. La sensación de tristeza corrió por su ser. En la pared opuesta había un tablero lleno de fotos con un circuló y un cheque. No entendió que era lo que sucedía, ¿seria que ella inconscientemente descubrió la causa de las desapariciones? Era obvio, nadie lo supo porque siempre fue una fachada perfecta para el resto del mundo; pero para nosotros era un misterio sin fin.
—Bienvnida Sheylle —dijo la misma voz de hace un rato. Prendiéndose las luces y dando a ver su identidad— ¿no me reconoces verdad?
—¿eres...?
—Si preguntas por las desapariciones, si yo soy el responsable. — dijo el era un joven de tal vez unos 17 años.— ¿si no es genial querida?
—¡Eres un bastardo!
—Apuesto que como ya sabes del resto de la historia.
—Apuesto a que vas a matarme. Por eso merezco que me digas la verdad de lo que sucede.
— ok... Dame tu diario y lo haré.
—No...no...no!!!!!
—¿no? Tan solo dame el maldito diario.
—No.
Alicia salió corriendo hasta la orilla del puente desesperada, con la misma sensación de hace un rato. La noche aun muy oscura, y ella ni siquiera podía ver los tablones. Un paso en falso y moriría. Su corazón latía como un tambor rebotando contra su pecho, su respiración estaba tan agitada. Estaba aterrada, no había nada mas que la risa del tipo en medio de la noche y la respiración de Alicia al borde de un ataque. Su cuerpo se debilitaba a cada paso. El hombre llegó al borde de las puertas de la casa. Ella no le quedó mas opción que caminar en aquel delicado andén de tablones podridos y piedra floja a punto de caerse.
—Rindete Alicia. Este es tu final, no puedes hacer nada más. Tan solo caete y muere.
—¡Nunca!
—Aceptalo tu peor error fue recordar. Si no hubieses recordado nada todavía seguirlas viva.
—¿¡ Que me hiciste!?
—¿Yo? Tu peor error es romper tus promesas. No debiste jugar conmigo. Eres una mentirosa quisiste pasarte de lista. Nunca fuiste normal, siempre quisiste ser la mejor en todo, eso te robó todo.
—¿que dices?
—No eres el fausto para pretender engañar al diablo.
—No sé de que hablas. Mi amada Sheylle.
—Me llamó Alicia.
—Eso no era lo que creí por mucho tiempo.
—¡ay!—dijo Alicia sintiendo un horrible mareo y fuerte dolor de cabeza.—Si caigo a este torbellino, no tardaré en morir. Me tragará viva y no sé donde vagará mi desdichado cuerpo.
—Si algún día encuentro tu cuerpo le daré santa sepultura.—se ríe con una risa sarcástica y maniática. Era odioso el comportamiento del tipo en ese momento.
—¡eres un...!
—Soy un ganador. Al final todos los que quedaron fueron realmente molestos, lo siento mi amada Sheylle. Pero debo decirte la verdad. No tardaré en encontrar a tus estúpidos amigos que desconocen la verdad y enloquecer los y encerrarlos en un psiquiátrico. A los restantes los voy a carbonizar vivos, espero que se asfixioen con el gas antes de morir, para que no sufran mucho.
—¡Bastardo!
—...    — tan solo se río
—ok. ¿¡Y que hay de mi!? Soy lo último que te queda en tu maldito juego de ajedrez.
—Pues a ti... Solo tienes tres opciones: entregamé el diario y  morirás sabiendo la verdad, segundo espero que los viejos tablones te traicionen y caigas a ese  inodoro natural, o cruza al otro lado donde esta tu amiga semi muerta, así mueren las dos juntas por mis hombres. Elige.
— ya elegí. — Alicia miro su diario con la fuerte funda de cuero casi impenetrable, lo miro dos veces y recordó que la funda impedía que se mojará el libro. Así que tan solo se abrazó del libro de un modo protector, cerró los ojos y se tiró hacia atrás. Esperando morir y acabar con esta horrible pesadilla. Tan solo se abalanzó sintiendo como el aire de la interminable caída jugaba con sus cabellos. La última esperanza de Alicia fue que todos estuvieran bien.

La casa de los espejos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora