7. Malas decisiones

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Por fin, literatura se ponía interesante.

Mentiras, el maestro faltó por intoxicación y salimos temprano. Pero si hay algo que no salió de mi cabeza en ningún momento, es el por qué Jasper faltó.

Puede sonar absurdo, pero él no es el tipo de persona que falta por un corazón roto. No, no lo es.

Pero bueno, ¿qué más da? Ya no lo amo. Tomo mi mochila y salgo del aula.

Hay que prepararse para caminar 6 calles

La salida del estacionamiento me deja ridículamente ahorrandome dos cuadras, creo...

---Me voy a perdeeeer...
Dije, aburrida. En realidad no quería caminar tanto, mi condición física no es la mejor. Ahora que lo pienso tengo voz de vaca.

---Ojala, me tendrías a mí para buscarte, nena.

¿Qué mierda?

Rápido, volteo para ver quien rayos dijo eso, porque fue raro---No, gra... ¡Oh, Colton! Colton, si tú... que bien.

---¿Tan rápido te olvidaste de mí?
---Yup. Nunca fuiste tan importante.
---Eso duele, sabes.
---Tenía dos años sin verte, aparte... bueno jamás fuiste taaaan importante.

Colton es alto, moreno y de ojos cafés. Fue mi novio a los catorce.

Mis 14 años...

El mejor año de toda mi vida. Sin duda, el mejor. No gracias a Colton, sino a su partida. Fuimos novios por una apuesta que hizo con su primo, "a que no puedes besar a la chica más fofa de toda la secundaria"

Y no ganó, casi, pero un fantasmita llamado Jasper me salvó, y me hizo feliz. Recuerdo que solo veía a Colton tres veces por semana, odiaba a Jasper y mi familia lo aborrecía.

¿Algo eterno que me dejó? Me dejó con la duda de qué es fofa.

Pero no solo era eso, sino que el día en el que nos conocimos, trató de besarme y, como toda una mojigata, me negué.

Y es que siempre he odiado los besos, no sé, me da asco.

---Así que... ¿no quieres que te lleve? Aún recuerdo tu dirección.

Tan incómodo como la situación del gansito.

---Colton, supongo que tienes un auto, puedes irte en el a la mierda. Por fis, porque me tienes hasta la madre.

---Uff, calmate, mexicanita.

Volteo mis ojos y comienzo a caminar fuera de ese estúpido estacionamiento.

La verdad, creo que sí quería a Colton. No sé exactamente porqué, pero creo que era porque el me quería. Y para alguien como yo, es difícil encontrar a alguien que te quiera.

Me decía que era hermosa en todos los sentidos, que le gustaba verme sonreir.

Y digamos que mi aspecto no era el mejor. Me pusieron frenillos a los once, usaba ligas de colores y mi ropa era heredada. No porque no pudieran comprarme ropa, sino porque la ropa de mi prima era genial. O al menos eso me decía mi mamá.

Mi personalidad era algo sarcástica y aburrida, pero era agradable y no le caía mal a casi nadie. Pero no tenía muchos amigos, era ese tipo de persona que es agradable por un momento, nadie paraba de reir cuando estaban cuando estaban conmigo, pero cuando creía que eran mis amigos se notaba su incomodidad a kilómetros. Mis verdaderos amigos era valientes.

Me detengo en seco

¿Dónde estoy? Este no es el camino a mi casa. Todas las casas son iguales y de colores similares.

Rápido, saco mi teléfono para revisar la hora...

¡He caminado una hora entera!

Pero no sé en donde c estoy. De nuevo saco mi celulitis para llamar a mi madre, e informarle que no sé donde rayos me encuentro

Suena como tres veces, y por fin contesta.

---Hola mami...
---¡Hija de la chingada! ¿Por qué no has llegado? Te voy a pegar  una madriza cuando llegues María Elizabeth.

Y colgué. Mejor le llamo a mi padre. El contesta enseguida.

---Hola cariño, ¿qué tal? ¿Por qué no has llegado aún?

---Hola papi, ¿qué crees? Me perdí.

---De nuevo, ¿en donde estás? Puedo ir a buscarte si quieres. Aunque si prefieres puedes venir en autobús.

---Tu descansa papá, mejor dime que camión puedo tomar.

---Esta bien hija, mira... ¿Estás hablando con Grettel? Dile que se apresure o iré por ella de las greñas.
Pasamela... ya la tienes al teléfono. ESCUCHAME GRETTEL MARÍA SI NO LLEGAS EN DIEZ PINCHES MINUTOS LOS PERROS SE MUDARÁN A TU CUARTO.

Se formó un silencio extremo, y luego se escuchó el ruido de una puerta cerrándose de un portazo.

---Mejor quedate donde estás, iré a buscarte. Si le creí a tu madre cuando dijo que mudaría a los perros a tu habitación. Dime la dirección.

---Es que no sé donde estoy.
---Mejor solo quedate donde estas. Voy enseguida.

Cuando llegó por mí, me confesó que uso el rastreador de mi teléfono para encontrarme, buena medida para alguien que se pierde muy a menudo.

Al llegar a casa mi madre estaba sirviendo mi plato, Katie aún estaba comiendo y Ben estaba lavando sus platos. Me espera una larga tarde, y ya tuve una larga mañana.

Tu Estúpido y Sensible CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora