11. Confía en mí

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Ahora, ¿en qué estaba? Ah, si. Buscar a la diva de mi novia. Digo, novio.

Salgo de la casa con prisa, una pieza de pan tostado en mi boca y muchas ganas de dar abrazos.

Salgo de la casa con prisa, una pieza de pan tostado en mi boca y muchas ganas de dar abrazos

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Hoy será un buen día

Entonces lo veo, esta en su camioneta, con sus manos sobre su cara y posiblemente sintiéndose pésimo.

Ahí es cuando reacciono y abro la puerta del auto. Él me mira con confusión y un sentimiento inescrutable.

---¿Ya les habías dicho? ¿Por qué, Grettel? ¿Por qué?

Me miro con seriedad y le hizo un par de palmadas al asiento para que subiera. Subí a la camioneta y tome su mano.

Tus manos son suavesitas, como la dulzura de tu corazón

Yo lo miro con la misma seriedad que él utilizó---Son mi familia, Jasper. Tenía que decirles.

---¿Pero no les dices que regresamos? De seguro tu papá no me asesinó por cruzar mi nuevo territorio prohibido para dejarle ese trabajo a tu madre.

Carició mi cabello---Ellos te quieren, pero a nadie le gusta que le maltraten a la hija.

Carició mi cabello---Ellos te quieren, pero a nadie le gusta que le maltraten a la hija

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Su cara cambió de manera radical

---¿Cuándo rayos te he maltratado?

---No seas tonto. Rayos, Jasper. Me estresas, me crucificas, me matas.
-Sonrió sin mostrarme sus dientes.

---Pero me quieres.

Cerré los ojos por un instante.

---Si, te quiero.

Y comenzó a conducir. Entonces me pregunté que estaría haciendo si no tuviera a Jasper. No habría mucha diferencia, mi vida es "casi" igual de aburrida con él o sin él. Pero ese "casi" es enorme, porque soy feliz. Soy feliz cuando me cuenta un chisme todo sabroso, soy feliz cuando intenta hacerme sonreír cuando no estoy teniendo un buen día. A veces me siento triste, pero por lo menos no es por su culpa.

Faltan unos diez minutos para llegar a la escuela, cuando Jasper me miró, como si estuviera pensando en algo serio.

---¿No te parece que estás más delgada? ¿Has estado comiendo bien, verdad?

Puse mis ojos en blanco, este chico va a matarme.

---No seas tonto, cómo preguntas eso. Mejor hablemos de la escuela. ¿Por qué no fuiste hace un par de días?

Hizo caso omiso a mi pregunta y continuó conduciendo. Al llegar, ambos nos percatamos de que teníamos clases separados, así que tomamos nuestros respectivos caminos a nuestras aulas.

Me espera un buen día. Claro que sí.

*********************

Cuando llegue a mi salón, lo primero que noté, fue mi pupitre.

Demonios

Kelly y su escuadrón de discapacitadas. ¿Había algo peor?

Claro que lo había. Pero tengo miedo de invocar a las personas más irritables de este horrible lugar.

Voy dando unos pasos hacia adelante, acercándome a mi pupitre.

¿Quieres saber cómo arruinarle el día a alguien?

Mi pupitre está forrado del envoltorio de las toallas femeninas. T O D O

Cierro mis ojos lentamente, mientras escucho las risas estruendosas carcajadas de Kelly y sus amigas. Soy más fuerte que ese pedazo de escroto. Lo soy.

Comienzo a quitar todo. Cuando las tiré, me dirigí hacia Kelly. Ella les hizo una seña a las demás para que salieran. Estabamos solas.

Ya la tenía frente a mí, mientras articulaba qué increíbles insultos usaría, cuando ella dijo la primera palabra.

---Eso te pasa por puta. Alejate de Adam, ¿si? Por el bien de tu autoestima, que de por sí ya está lo suficientemente dañada

Puta, puta, puta, PUTA

Estaba por salir del aula, cuando escuché su voz---Sabes, guardé la toallas. Por si no te alcanza para comprarlas. Te las puedo dar.
 
Mi mano se dirigía a su cara, cuando alguien tomó mi muñeca.

Con rabia interior, y una calma exagerada exterior, volteo a ver quién rayos hizo esa estupidez.

---No vale la pena, Grettel. Eres mejor que eso.

Que te jodan, Adam. Que te jodan.

Y  tomó mi mano, y me llevó lejos del salón.

El el trayecto al cuarto del conserje, que eso parecía ser, continuaba tomando mi muñeca con presión, pero no lo suficiente para herirme.

Cuando nos adentramos a la guarida del señor intendente, Adam prende la luz.

---¿Por qué hizo eso? ¿Te pasa... muy seguido?

Pensé en todo lo que me había hecho.

Perra.

Maldita perra

---Que te importa. No es tu asunto.

Sentí como se formaron lágrimas. No llores, estúpida.

Adam sólo me miraba. Rayos, no me mires, estoy siendo débil.

---¿Te ha pasado antes? .-Lo ignoré. Realmente no quería estar ahí-. Dime, Grettel, ¿ya te ha pasado?

---¡Claro que me ha pasado! .- Grité, rayos. No, la palabra adecuada para ésta situación es mierda-.Desde que tengo doce malditos años me ha pasado, Adam!

Y comencé a llorar, no quería que él me mirara llorando, así que puse mis manos sobre mi cara. Seguía llorando, pero Adam me abrazó.

---Descuida... Ya no te hará nada. Confía en mí.

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He aquí mi capítulo ^^

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^He aquí mi capítulo ^^

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Tu Estúpido y Sensible CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora