Ash se levantó esa mañana con muchos ánimos, ánimos de una batalla. Había tenido un sueño muy interesante, en el que la Braixen de Serena batallaba con su Frogadier. Quizás estar con la chica el día anterior había provocado que soñara con ella.
Recordaba la batalla tan emocionante que no podía evitar el deseo que tenía de hacerla realidad. Se lo propondría a Serena, seguro aceptaría feliz, siempre se ponía así cuando él le sugería algo.
A lo mejor y esto ayudaba a levantarle el ánimo que parecía faltarle el día anterior. Ash lo había notado, de un momento a otro la pelimiel cambió su actitud totalmente.
El siempre era capaz de notar sus cambios de ánimo, y no podía quedarse tranquilo al saber que se encontraba así. Sentía, por alguna extraña razón, que debía ayudarla a como dé lugar.
Saltó de su cama y notó que sus amigos no estaban en el cuarto, así que supuso que ya todos habían bajado a desayunar.
Se vistió rápido y junto con Pikachu bajó al comedor. Al voltear por el marco de la puerta vio a su grupo junto con Tom desayunando. Se encaminó a sentarse en su lugar de siempre –junto a Serena- pero una imagen arruinó esa idea bruscamente.
Tom estaba ya ahí, en su lugar. Se acercó un poco más a ellos ya no con tanto entusiasmo con el que llegó.
—¡Buenos días! —saludó con una sonrisa.
—¡Buenos días Ash! Tu desayuno está ahí —Clemont señaló un lugar junto a Bonnie.
—Oh, de acuerdo. ¡Gracias!
Se mantuvo unos segundos parado frente a la mesa, como esperando, de algún modo, que Tom se levantara de su lugar y se lo devolviera. Pero vio que no parecía tener la intención de hacerlo, y eso le molestó un poco.
No lo demostraba mucho, pero el azabache solía ser un poco egoísta con ciertas cosas. Y que alguien tome "su lugar", tan insignificante como suena, era una de ellas.
—¿Sucede algo Ash? —inquirió Clemont provocando que todos voltearan a ver al chico.
La pregunta del inventor provocó que se sintiera algo incomodo al tener la mirada de sus amigos sobre él. No era algo que acostumbrara hacer y tampoco sabría cómo explicar lo que le sucedía, sobre todo porque ni el mismo lo comprendía muy bien y en realidad no tenía sentido alguno.
—¿Eh? No, no. Nada —respondió de forma torpe.
Se encontraba medio frustrado pero prefirió dejarlo pasar y concentrarse en su desayuno ¡Tenía mucha hambre! Se dirigió al lugar que Clemont le indicó y se dispuso a comer con toda la euforia que acostumbraba.
En un momento del desayuno el azabache levanta la vista de su plato y puede ver el momento exacto en que Serena mancha su rostro con un poco de la mermelada que había en su tostada. No pudo evitar reír para sí mismo por la divertida escena, más aún porque la pelimiel no se daba cuenta.
Iba a proceder a avisarle, con la expectativa de ver qué cara ponía cuando él se lo dijera.
Pero sus planes fueron arruinados cuando Tom se le adelantó –otra vez-.
—Serena tienes mermelada en el rostro —intentó no reír el chico.
—¡Eh! ¡¿Dónde?! —Serena puso su mejor expresión de sorpresa sumado a un pequeño sonrojo mientras con sus manos intentaba encontrar la mancha.
El chico hizo un gesto señalándole su mejilla y ella se la limpió con una servilleta.
—Ya está —le sonrió el castaño y Serena se la devolvió algo apenada aún con su rostro sonrojado de la vergüenza.
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"Lo que siento por ti"
Fanfiction¿Cómo reaccionamos frente al rechazo? ¿Y más cuando esa persona especial es quien te lo hace? Serena experimentó esa horrible sensación con el chico que amaba. Pero debía ser fuerte y aceptarlo ¿Cierto? Quién sabe, a lo mejor y conoce a alguien más...