Su mente era propensa a divagar, por lo que no era muy bueno prestando atención. Tampoco es que haya sido alguien que tuviera muchas cosas en la cabeza ya que, básicamente, estaba ocupada por sus sueños, fantasías y todo lo que eso conlleva; estrategias, consejos, relaciones conformadas a través de ellos. En fin, todo lo que su periferia pudiera abarcar.
Tampoco se interesó por buscar más allá, ni se lo habían planteado. De manera que temas aún más complejos, como lo pueden ser los sentimientos, tanto propios como ajenos, quedaban totalmente excluidos para él o no les tomaba un valor correspondiente, considerándolo todo lo mismo.
Si alguien le agradaba se volvía su amigo automáticamente, sin ningún tipo de miramientos o prejuicios. Si no lo hacía, se convertía en su rival. Pero que, finalmente, también terminaba cayendo en el lado de la amistad. Y es que el chico no podía mantener ambos por mucho tiempo. Si fuera por él, todos serian amigos.
Pero no había más nada, y jamás se lo cuestionó. No tenia porque hacerlo, es decir, estaba cómodo, ¿por qué complicarse? el no era de hacerlo. Ni siquiera en una batalla, aunque llegara a realizar cosas asombrosas, todo era diversión para él, todo era relativamente "sencillo".
Pero no podía vivir así por siempre y esto lo ignoraba. La vida, con el tiempo, va requiriendo de más cosas, y los sentimientos es algo que el ser humano no puede ignorar.
Curiosamente no con todas las personas nuestro sentimientos evolucionan, la gran mayoría llegan a un punto de la relación donde se queda estancada, y está bien; como las amistades o, en su mayor expresión, las mejores amistades.
Pero hay casos excepcionales que no podemos evitar, situaciones que para algunos solo llega una vez y es para siempre. Otros lo experimentan muchas más veces, pero al final ambas llegan al mismo resultado.
Sin embargo él nunca pensó esto, jamás se detuvo a meditarlo y si se lo plantearon no prestó atención. No lo hizo porque en el momento, sinceramente, no tenía relevancia ya que sabía que no había nada.
Pero aunque él lo intente, no puede ignorar que algunas cosas cambian. Quizás era muy sutil, demasiado, pero ahí estaba, molestándolo de alguna forma.
No quería verlo, hacia la vista gorda y se enfocaba en otra cosa, mas no lo dejaba tranquilo. Algo siempre estaba ahí recordándoselo y sacándoselo en cara, obligándolo a cuestionárselo.
Como lo estaba haciendo Tom ahora mismo...
—¿A qué te refrieres? —hizo una mueca de confusión mientras lo miraba expectante e indignado.
—Eso Ash —hizo una pausa y se detuvo mirándolo fijamente con una expresión seria— ¿Qué es lo que sientes por Serena?
Él lo miró aún más confundido si eso era posible. ¿Qué clase de pregunta era esa? ¿Que a caso no tiene una respuesta de lo más obvia?
—Ella es mi amiga —hizo una expresión como si fuera obvio.
—Eso lo sé. Pero no me refería al estado de su relación, hablo de que es lo que tú sientes cuando estas con ella —el chico parecía muy interesado en la respuesta que el azabache diera cosa que lo extrañó.
—¿A caso eso tiene importancia? —no dejaba de tener el ceño ligeramente fruncido.
—Depende Ash —cruzó sus brazos.
—¿Depende de qué?
—De la respuesta que tú me des —definitivamente el chico quería verle explotar la cabeza.
—Pues yo...no sabría que decirte. ¿Por qué debo cuestionarme eso? —inquirió ya harto de la situación.
El castaño suspiró, separó los brazos y puso sus manos en sus bolsillos. Era un chico muy difícil, y muy cabeza dura. Pero no se rendiría, si no sabía que responderle lo obligaría a descubrirlo por sí mismo.
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"Lo que siento por ti"
Fanfiction¿Cómo reaccionamos frente al rechazo? ¿Y más cuando esa persona especial es quien te lo hace? Serena experimentó esa horrible sensación con el chico que amaba. Pero debía ser fuerte y aceptarlo ¿Cierto? Quién sabe, a lo mejor y conoce a alguien más...