Por Amor

Esperanza

Sebastián:

Este siempre era el peor momento de mi carrera, dar el diagnostico de mis pacientes a sus familiares... En cuanto pronuncié aquellas palabras, ella perdió el conocimiento, la tomé antes que cayera y se llevará un buen golpe.

Con ayuda de un enfermero la llevamos a una habitación, la recostamos y ahí pude notar lo hermosa que era, simplemente me quede viéndola y por un minuto olvide en donde me encontraba.

Sacudí mi cabeza un poco turbado, me sorprendió mi reacción, nunca me había sucedido antes... Salí de allí enseguida, me dirigí a mi consultorio y decidí revisar muy cuidadosamente el expediente de quien era su padre, me asombró el hecho que el siguiera vivo, había dejado pasar innumerables citas en las que se le debía aplicar su tratamiento.

Sinceramente es la primera vez que me topo con un caso así.

Ahora entiendo porqué está en ese estado. Sigo checando y los diagnósticos no son para nada favorables me asombra Realmente todo, la voluntad de ese hombre de seguir viviendo ha de ser inmensa, pues para lo que estoy leyendo su enfermedad debió acabar con él desde hace ya tiempo.

No logro entender qué pasa, pero me alegro. Si esto sigue así, y me refiero a su voluntad de vivir, tal vez se logre otro milagro como el que estoy viendo ahora. Tal vez siga viviendo por más tiempo...

Quizá suene increíble, y de no ser porque ahora lo estoy leyendo yo tampoco lo hubiera creído, es asombroso cómo el espíritu de alguien hace grandes cosas...

Examinó a conciencia toda la información, necesito averiguar las razones que hubiera tenido el paciente para rechazar la aplicación del tratamiento, pero no encuentro nada que me de alguna señal de su negativa...

Me encuentro absorto en los documentos que no me doy cuenta cuando Lucí entra.

-Sebastian... ¡Sebastián!- grita y me asusta- lo siento- se disculpa tímida.

- No te preocupes, dime ¿Qué ocurre?

-Sebastian, el paciente acaba de despertar y pide hablar con su hija.

-Creo que no se va a poder, recuerda que está en cuidados intensivos, es imposible que ella pueda verle.

-Ya se lo informé, pero parece muy inquieto.

-Iré yo a verle, tú averigua si su hija ya despertó... Está en la habitación 334

-De acuerdo.

Me dirijo a cuidados intensivos, donde encuentro al paciente bastante alterado e inquieto, solo quiere ver a su hija e ignora mis preguntas.

- Señor, cálmese si me hace caso y responde a mis preguntas podré autorizar la entrada de su hija.

Mis palabras parecen hacer efecto en él y se tranquiliza un poco.

-¿Sabe, por qué está aquí?

Parece que no quiere contestar, mira hacia otro lado y después vuelve su mirada hacia mi.

-Debió darme otra de esas... Crisis

-Exacto, eso fue lo que pasó.

- En algunos casos, estas situaciones se derivan de estrés, enojo, preocupación y en ocasiones depresión. En su caso ¿Qué fue lo que lo provocó?

- No sé doctor, hay momentos, que estoy realmente tranquilo... lleno de paz, pero todo termina cuando estas crisis aparecen sin avisar.

-¿Por qué no acude a sus citas? ¿Por qué no se trata adecuadamente?