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slut

—Eh... Claro— respondió dudoso Shawn

Sam me dio un codazo en las costillas.

—Auch.

La conversación se tornó un poco incómoda para mi hermana y Shawn pero a mí me parecía bastante divertida.

—Oye Shawn ¿vas a nuestra escuela?

—No, en realidad he estudiado la preparatoria en casa pero este año ingresaré a la escuela pública.

Dios mío, tenía que ser, hijo de dios y también de casa.

—Oh, qué bien— le sonreí y lo mire por primera vez directamente a los ojos

Tenía las mejillas sonrojadas, sus ojos eran de un peculiar color y eran muy bonitos a decir verdad.

—Ugh Shawnie ¿Por qué estás hablando con la zorra de la iglesia?

Se acercó una pelirroja de estatura media y vestuario como de la reina de Inglaterra, era Cassandra, la idiota que siempre quiere llamar la atención en la escuela.

—Disculpa pero Shawn no está hablando contigo, entonces no sé a qué te refieres.

Cassandra soltó algo como un gruñido.

—¿Zorra? Pero se ve amigable— hablo Shawn con el ceño algo fruncido

La pelirroja rodó los ojos. —Así son las zorras como ella, al inicio son lindas y amigables y después terminan haciendo de las suyas con todos los tipos que se les cruzan.

Al parecer Shawn no concordaba totalmente con el demonio de cabello rojo porque su ceño seguía fruncido y su expresión mostraba confusión.

—A Dios no le gusta que juzgues— le dije con voz de niñita —Arrepiéntete pecadora, o dios te enviará al infierno donde perteneces con ese terrible color de cabello— lidiar así con esta arpía era divertido

Su expresión neutra se convirtió en una totalmente furiosa y levantó la mano para darme un bofetada pero fui más rápida y crucé mi brazo deteniendo su mano.

—Atrévete a tocarme y será lo último que hagas estúpida— empuje su brazo con fuerza y me fui caminando hasta salir de la iglesia, varias personas me miraron en el trayecto pero no les tomé importancia.

Probablemente Shawn y el demonio pelirrojo son novios lo cual es totalmente horrible porque eso impedirá cualquier cosa que quiera hacer con Shawn. Sam llegó a mi lado.

—No le hagas caso, es una pobre idiota doble moral que tiene el cerebro demasiado pequeño como para ver qué eres lo máximo.

Me reí —Lo sé gracias hermana— la despeiné un poco agitándole el cabello el cual llevaba suelto —Iré a casa a cambiarme y después al la librería a buscar los libros de fotografía que quiero, dile a mamá por favor.

—De acuerdo, pero llega antes de la cena porque si no se molestará.

—Vale, nos vemos Sam.

Me despedí de mi hermana y pedí un uber el cual tardó solamente 5 minutos en llegar a la iglesia, afortunadamente quien conducía el taxi era una mujer así no iba a tener que soportar la mirada pervertida de un tipo depravado si ese fuera el caso. Llegué a casa y me cambié el vestido por una sudadera holgada color blanco de Nike, yoga pants negros y tenis blancos, luego salí de la casa en mi viejo jeep y conduje hasta la librería.

Cuando entré al local la campanita de la puerta sonó y un chico que estaba detrás de la caja registradora volteó hacia mí.

—Hola, me llamo Jack ¿en que te puedo ayudar?