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Se podía notar que el sol se había ocultado hace un par de horas, lo único que se encontraba en las calles eran los edificios y vehículos cubiertos por la nieve además de aquellos individuos que avanzaban con sigilo, un total de seis personas.
Divididos en tres grupos:
El primero estaba Mila y Georgi, encargados de la entrada principal.
El segundo conformado por Yuri y Otabek, quienes se encargarían de la salida.
Finalmente el tercer grupo eran Viktor y Yuuri, los responsables de llegar al centro de la organización que estaban a punto de invadir.
Solo seis personas eran necesarias, sus mejores hombres de asalto que tenían su confianza.
Después de recibir la información y saber el nombre del responsable pensó en un plan rápidamente, en los minutos que se tardó en recorrer aquel pasillo seguido de Viktor para llegar a su habitación había realizado un plan de ataque y reserva.
Aun le dolía lo que había pasado, sus queridos subordinados habían muerto por culpa de ese hombre, líder de un pequeño grupo que realizaban tareas muy bajas como secuestros y extorciones a los habitantes, pensar que aquella burla de hombre se atrevería a hacerle eso a sus hombres fue un insulto, hacia su organización y hacia él.
Viktor le sacó de sus pensamientos, debía calmarse, no podía distraerse, con señas les indicó a los demás que debían avanzar, el primer grupo se adelantó con tranquilidad, su tarea era la más importante, crear una distracción.
Mila y Georgi compartieron miradas, en un ágil movimiento dispararon al mismo tiempo y los dos guardias de la entrada habían caído, le siguieron los de los alrededores, diez disparos sin ruido dieron en el blanco. El segundo grupo sin pensarlo avanzo de manera veloz, Yurio y Otabek corrieron por caminos separados para rodear el lugar y al igual que el primer grupo se encargaron de los guardias de la salida. Fue demasiado sencillo para ambos grupos, mantuvieron sus posiciones esperando las órdenes de su líder.
-No bajen la guardia- se escuchó por el comunicador de ambos equipos.
Yuuri y Viktor estaban dentro del edificio, evadieron a los hombres de la planta baja y el primer piso, no eran demasiados pero aun así preferían no llamar la atención, ocultaron su presencia para buscar a su objetivo, faltaban tres pisos más, el líder tenía que estar en alguna parte y ellos lo encontrarían.
-Yuuri, hay un grupo de alfas en el piso de arriba- la mirada del albino estaba fija en el techo como si pudiese ver a través de él, como alfa podía saber aquello, el pelinegro asintió, debían darse prisa antes de ser notados.
Con sigilo avanzaron subiendo por las escaleras, Yuuri retiró el seguro de su arma y con precisión disparo encargándose del beta de la entrada, pudo sentir como se intensifican los olores de los alfa dentro de la habitación, se habían dado cuenta.
-¿Quién está ahí?- se escuchó una voz profunda y ronca, sin pensarlo, Viktor derribo la puerta con un golpe fuerte de su pierna, Yuuri apunto su arma hacia los individuos observándolos fríamente.
-Creo que la pregunta seria, ¿Podemos ayudarle en algo?- Viktor había usado su voz para intimidarlos, los gruñidos de impotencia eran audibles –Sera mejor que hablen, cierta persona está muy molesta con ustedes- sonrió juguetón refiriéndose a su pareja.
-No sabemos a qué se refiere- uno de ellos hablo, Yuuri lo observó por menos de un segundo y disparo, no necesitaba a alguien que no le respondería.
-¿Dónde está su líder?- la voz molesta del pelinegro se escuchó, su rostro se mostraba serio y con su arma apuntaba al resto.
-Yo lo soy, ¿Tienes algún problema conmigo?- uno de ellos avanzó un paso ante sus secuaces pero otro disparo salió de aquella arma, la bala estaba justo en medio de los ojos de aquel hombre, el resto mostro miedo frente a aquellos intrusos.
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Peligro Japonés.
FanfictionLa mafia rusa era una de las organizaciones más temidas y respetadas del mundo, siendo controlada por un omega japonés llamado Yuuri Katsuki, junto a su mano derecha y pareja Viktor Nikiforov, un alfa ruso. Las demás organizaciones aprenderán a no m...