Después de que Viktor le informara a Yuuri lo que había sucedido en el orfanato este se llenó de preocupación, se tensó cuando le entrego aquella cadena, solo tenía un dueño.
-Jean Jaques- pronunció con preocupación.
-Me temo que nos estamos enfrentando a traficantes de personas- su rostro se mostraba tranquilo pero realmente no lo estaba, había compartido momentos agradables con aquellos pequeños.
-¿Por qué atacarían el orfanato?- se preguntó, Viktor sabía que algo andaba mal, los canadienses no tenían ningún asunto en Rusia.
La organización canadiense no podía llamarse una mafia, ellos solo usaban vías marítimas y terrestres para transportar sus mercancías como ellos los llamaban, tomaban personas a capricho de su líder para venderlas a lugares de desesperación y pecado.
Ahora uno de sus líderes era Jean Jaques Leroy.
-Tenemos que hacer algo Viktor- se levantó precipitadamente hacia su pareja, sus ojos estaban a punto de derramar lágrimas, aquellos niños eran algo importante para él, los hijos de sus subordinados perdidos en batalla, aquello que él no podía tener, eran pequeños que tenían un futuro por delante, si no hacía algo se arrepentiría por siempre.
-No te preocupes- abrazó al pelinegro para tranquilizarlo, se separó de él para limpiar las lágrimas que habían escapado durante el abrazo –Iremos por ellos, puedes confiar en que estarán bien.
-Siento que es mi culpa- finalmente dijo lo que había estado pensando –La carta llego a mí, todo debe ser mi culpa.
-¿Que decía aquella carta?
-Era una invitación para un encuentro- Yuuri miraba a la nada mientras que el peli plateado lo sujetaba por los hombros esperando algo mas conciso -Ellos desean convertirse en una mafia, si hacen tratos con nosotros se ganarían ese título.
El mal presentimiento que había tenido cobraba sentido poco a poco, tal vez usarían a los niños como un seguro, los estaban obligando a ir.
-¿Para cuándo está destinado?- Viktor tenía un agrio sabor de boca, su instinto le hacía ponerse a la defensiva.
-Dentro de una semana- ocultó su rostro en el pecho del alfa, avergonzado, si no se equivocaba su celo estaba cerca de caer en esa fecha.
-No irás- se aferró fuertemente a su pareja en un abrazo posesivo, ese era el temor que le llenaba, ir con Yuuri a la reunión con aquella condición sería fatal, sus enemigos descubrirían el hecho de que es un omega y no quería pensar en lo que podría pasar después –No te dejare ir, llevaremos a un reemplazo.
-Ellos saben que soy el líder, por eso se han llevado a los niños- si aquellos hombres se habían dado cuenta de su identidad era lo más probable que los siguieran para encontrar una debilidad o algún punto clave para atraerlos.
Aquel orfanato era más que un lugar especial para ellos, también lo era para algunos de sus seguidores, aquellos que habían visto la muerte de sus compañeros y juraron proteger su legado, con aquel fin se hizo ese lugar, para proteger el legado de la mafia rusa y también de aquellos que deseaban tener un futuro.
-Ellos deben estar listos para nuestras acciones, si decidimos aceptar o no, los niños serán su prioridad hasta que nos encontremos.
-No importa lo que ellos piensen, sus planes no son lo que debe preocuparnos- la voz de un tercero se escuchó dentro de la habitación –Será mejor pensar en un contrataque en vez de entrar en pánico.
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Peligro Japonés.
FanfictionLa mafia rusa era una de las organizaciones más temidas y respetadas del mundo, siendo controlada por un omega japonés llamado Yuuri Katsuki, junto a su mano derecha y pareja Viktor Nikiforov, un alfa ruso. Las demás organizaciones aprenderán a no m...