Invierno.

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Si alguien le preguntase cuál era su época favorita del año, él sin duda respondería que el invierno.

Además del clima helado y la blanca nieve que le decoraba, solo una razón importante llenaba el vacío de su destrozado corazón de antaño.

Podía recordar claramente aquel callejón, aquel lugar húmedo y desolado en el cual solía vivir, un niño de tan solo ocho años, abandonado a su suerte.

Ahora solo parecía un vago recuerdo e incluso un sueño alocado, Viktor lo agradecería por siempre, el que Yuuri le haya encontrado.

Fue como un ángel que fue en su ayuda en el momento en que perdió sus esperanzas y dejo en el olvido aquella fantasía de que sus padres regresaran por él.

...

-¿Qué haces en un lugar como este?

-¿Quién eres tú?- respondió receloso.

-No deberías responder con una pregunta si alguien te ha preguntado algo- le dijo con una pequeña sonrisa adornando sus labios.

...

Ese fue el momento en el que su corazón se derritió por Yuuri, por esa sonrisa que albergaba todo tipo de sensaciones cálidas.

Ahora solo podía sonreír por recordar aquella situación, si ese día aquel lindo y adorable niño no le hubiese extendido su mano ahora Viktor sería diferente e incluso ya no estaría en el tiempo presente.

Siguió su camino intentando no pensar en ese entonces, lo que importaba ahora era que Yuuri estaba a su lado de la forma más hermosa posible, como su pareja. Tenían varios años ya emparejados, podía contar sin equivocarse los días, horas e incluso minutos desde entonces.

Era feliz y estaba cómodo con su vida de ahora, siendo la mano derecha de una de las organizaciones más peligrosas del bajo mundo, con Yuri mirándolo constantemente, tenía que velar por él y sin dudarlo protegerlo.

-Tal vez es hora de volver.

...

-Parece que está a punto de nevar de nuevo.

Aquello sacó de sus pensamientos al joven pelinegro que se encontraba revisando un par de documentos en su norme escritorio, miró al responsable de esa voz.

-Entonces, ¿Por qué no tomas el resto del día libre?

-¿De qué estas hablando? No abandonaré mi trabajo por ir a divertirme.

-Les he dicho a Viktor y a ti que no deben responder con una pregunta si ya se les preguntó algo- su rostro mostraba algo de frustración pero el otro simplemente lo dejo pasar –Pero estoy hablando enserio, has trabajado por dos semanas sin descanso.

-No puedo andar perdiendo el tiempo- le miró directamente obteniendo una sonrisa como respuesta.

-Estoy seguro de que Otabek estará feliz si lo invitas a pasera hoy- al decir esto el menor enrojeció.

-¿De qué estas hablando?- gritó avergonzado intentando parecer molesto pero no lo logro.

-Les estoy dando el día libre a los dos, se un buen chico y aprovecha esta oportunidad- se levantó de su asiento y se dirigió al rubio dándole un cálido abrazo donde se tranquilizó.

-De acuerdo- dijo en voz baja e inmediatamente saliendo de la habitación donde observó por un segundo una vez más a esa persona –Gracias.

-Los niños de ahora son muy extraños- se dijo a sí mismo en voz alta para seguir trabajando en lo que tenía su atención minutos atrás.

La mafia era casi toda su vida, si no fuera por Viktor y Yurio lo más probable seria que él jamás tuviese tiempo para sí mismo. Suspiró una vez más, estaba aburrido al estar en aquella oficina solo pero nadie podía acompañarlo por el momento, le había encargado a Viktor unos asuntos y le había dado el día libre a Yurio.

-El trabajo no se hará solo- se repitió y con ello volvió a revisar esos documentos de nuevo.

Todo iba con normalidad pero algo llamo su atención, había una carta entre aquellos papeles importantes sobre su escritorio, cuando la abrió no pudo creer aquello, inmediatamente llamó a Viktor el cual contesto en seguida.

-¿Qué sucede Yuuri?- su voz se percibía preocupada puesto que el pelinegro le hablo algo alterado cuando contesto.

-Ve a la capilla de inmediato- el peli plateado no lo entendió hasta que llego al lugar, parecía como si hubiese sido saqueado, ahora comprendió por qué Yuri estaba alterado, los niños no estaban.

Con pesar llamó a su pareja para infórmale, incluso con tanta lejanía pudo sentir como su pareja estaba desesperado, quería estar a su lado en esos momentos pero debía revisar el área.

Las mesas rotas, algunas puertas destruidas, señales de disparos en las paredes, el escenario no pintaba bien, podía ver como algunos juguetes estaban abandonados, se sintió mal.

Recorrió los pasillos con sigilo, podía haber trampas o incluso miembros de alguna organización esperando por él. Se rindió cuando reviso todo el lugar y no había encontrado algo que le sirviera. Estaba a punto de irse cuando noto un pequeño detalle, casi en la entrada había una especie de cadena, la levantó entre sus manos y su rostro se volvió serio, debía ir con Yuri de inmediato.

...

Lamento la demora.

Peligro Japonés.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora