Regreso.

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La noticia sobre un incendio lejos de la cuidad llamó la atención de los medios canadienses y todo lo que hizo nuestro querido omega fue acurrucarse con su pareja en la habitación del hotel donde se hospedaban, algo incómodo para el rubio quien compartía la estancia con ambos.

-¿Cuándo regresaremos?- la pregunta que repetía el joven omega con cansancio, era injusto que mandaran al resto de sus colegas de vuelta a Rusia mientras él tenía que quedarse con el par de tortolos como les decía, además de que Otabek fue el primero en marcharse.

-Nos iremos en el vuelo nocturno de hoy- murmuró el alfa que estaba desnudo en la cama abrazando a su pareja quien solo usaba ropas ligeras.

-Pudimos habernos ido en el avión privado junto al resto y no tener que esperar a que los vuelos estuvieran disponibles- estaba molesto y cansado, estar en Canadá con su clima cambiante era incómodo –Este lugar es aburrido.

-Solo dices eso porque extrañas a Otabek- eso fue directo al rubio quien se avergonzó al verse descubierto, intentó negarlo pero el omega lo observó con esa extraña mirada acusadora y tan suave que no pudo responder –Te llevamos de compras ayer, ¿No estas feliz con lo que elegiste en el centro comercial? Esa camisa a juego para Otabek que elegiste seguramente lo alegrara.

-¿Tú crees?- su tono nervioso y feliz fue muy notorio para ambos mayores los cuales le sonrieron cariñosos, para ellos aquel revoltoso omega rubio era su adorado cachorro.

-Por supuesto.

......

Al subir al avión Viktor acomodó sus maletas en la parte de arriba, estaban en una hilera de tres asientos, perfecto para ellos, el joven ruso eligió la ventanilla mientras Yuuri quedaba en medio y el alfa mayor en la orilla, todo marchaba bien después de un par de horas de vuelo hasta que el mayor pudo percibir un muy sutil aroma en su pareja, de manera veloz olfateo sobre la cabeza del pelinegro descubriendo que este estaba comenzando su etapa de celo, algo que solo el podía saber prematuramente debido a ser su alfa.

Observó en todas las direcciones encontrando que había seis alfas alrededor, si el olor de Yuuri aumentaba estaba seguro de que intentarían acercarse a él. Agradecía que ambos omegas dormían y sin dudarlo se quitó su abrigo colocando sobre ambos, desabrochó su cinturón de seguridad saliendo de su asiento en búsqueda de algún sobrecargo que le ayudara.

-Disculpe- llamó a la beta uniformada que traía consigo un carrito de alimentos – ¿Podría ayudarme?

-Por supuesto, ¿Qué sucede?- habló tranquila con la habitual sonrisa que su trabajo le pedía.

-Lamentablemente el celo de mi pareja está empezando con sus primeros síntomas, nuestro hijo que es omega también nos acompaña y me gustaría que nos cambiase a un lugar más adecuado, no quiero ponerlos en peligro frente a los alfas que se encuentran en el avión- la observó con un note de tristeza y preocupación, la sobrecargo no pudo evitar conmoverse y rápidamente asintió a su pedido.

Yuuri sintió como la mano de su pareja le despertaba con cuidado, abrió los ojos lentamente mirándole directamente.

-Necesitamos cambiarnos de asientos- susurro con cuidado al mismo tiempo que el menor despertaba, no le cuestiono y se puso de pie junto al rubio, ambos con rastros de sueño en sus movimientos siguieron al alfa quien los condujo a una cabina privada –Estaremos bien en este lugar así que pueden volver a dormir.

Para los ojos de los sobrecargos del avión fue algo muy tierno de observar, un alfa preocupado por su pareja e hijo omega, un ejemplo a seguir como el piloto había mencionado al ser informado sobre la situación, nadie podría haber sospechado que ellos eran los responsables que eliminaron a la organización de traficantes que días antes habían anunciado en las noticias.

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⏰ Última actualización: May 02, 2017 ⏰

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