Peligro Japonés.

Conocidos.

Yuuri sostenía al pequeño omega en su pecho, como una madre protegiendo a su cachorro, su ira era presente, el joven omega lloraba y cubría su rostro en él lo que provocaba no querer soltarlo y cuidarlo de los alfas presentes, su arma apuntaba al líder el cual estaba más que molesto.

Disparo dañando el hombro del líder el cual con dolor cubrió la herida, sus hombres regresaron el ataque pero el peli plateado lo cubrió al par de omegas con uno de los sillones.

-¿Qué significa esto?- gritó exaltado el alfa líder.

-Es muy obvio lo que sucede- Viktor disparo desde su escudo eliminando a tres de los guardias enemigos –No hay trato.

-¿Cómo te atreves? Firmaste los papeles- se vio en una situación difícil, herido y con un acuerdo no valido.

-Creo haber mencionado algo de que eran anticuados y que solo el líder puede firmar o si no serán válidos- sonrió de medio lado usando un tono de falso arrepentimiento –Por lastima, yo no soy el cabecilla de los rusos.

-¿Pero qué estás diciendo?- su tono exaltado se mantenía, aquella herida le provocaba dolor y su brazo se había convertido en algo no útil por los momentos -¿Tú no eres el líder?

-Ya fue suficiente de esta conversación- Yuuri observo a su pareja provocando que suspirara con aburrimiento –Termínalos, tienes tres minutos.

-Con uno será suficiente- depositó un suave beso en su mejilla que solo el joven omega observo, con una sonrisa tierna sobre sus labios se levando rápidamente y corrió en la habitación, con cuidado el pelinegro cubrió los oídos del más joven para que no pudiese saber lo que estaba por ocurrir, solo debían esperar a que terminara para ponerle a salvo. Como había prometido, solo un minuto bastó para que los disparos cesaran en esa estancia, el peli plateado regreso al lado de su pareja con una enorme sonrisa, sus ropas estaban sucias pero su rostro se mantenía impecable –Deje la mejor parte para ti, Yuuri.

Estiró su mano para recibir la ayuda que le brindaba aquel alfa, le entrego al joven omega para que lo cuidara, estaba casi inconsistente por el dolor que le provocaba su pequeño cuerpo cambiante, acaricio su mejilla y le dio una señal a Viktor para que lo cubriese con sus ropas para evitar atraer más alfas, con pasos tranquilos se acercó a aquel ser que le provoco desagrado hace unos momentos atrás, ahora ese atrevimiento en su persona estaba lejos y se mostraba como una indefensa presa frente a un cazador.

-Tu aspecto en estos momentos es deplorable- su voz suave y cargada llego a los oídos del alfa –Te preguntare algo y deseo que contestes- el hombre ahora con un brazo y las piernas lastimadas lo observó, desafiante –No es para que pongas esa expresión.

-Alguien como tú...- se vio interrumpido por el arma del pelinegro que apuntaba a su cien.

-Odio que me interrumpan, es muy grosero de tu parte- lo menciono con cansancio, no sabía porque la mayoría de sus enemigos hacían aquella acción, ¿Acaso era mucho pedir algo de respeto? Al parecer si, entonces solo había una manera de obtenerlo –Para hacer las cosas justas, a cambio de tu información yo te diré algo importante ¿Te parece bien?

-Vas a matarme en cuando te diga algo ¿Qué caso tiene responder?

-Entonces, prometo no matarte ahora- bajó su arma y se alejó un par de pasos, con algo de fuerza el hombre se recargo en la pared atento a lo que le preguntaría –Me alegra que cooperes.

-Dilo rápido.

-Vamos, no seas apresurado- se burló provocando un seño molesto en el otro -¿Dónde están los niños que secuestraste?, solo quiero saber dónde están y yo me iré de este lugar- su fingido tono de inocencia era notable pero al otro no le quedó otra opción más que responder.