Pearce
Al llegar a la ciudad vi un tanto deprimido la contaminación emanada por los centenares de vehículos. Ya extrañaba el fresco aire de la montaña.
Con un poco de dinero que nos dieron para nuestra partida (dinero entregado amablemente por Pluto, el dios de las riquezas) arrendé una humilde casa donde deje mis cosas antes de ir a inscribirme a la escuela, comprar los libros y un poco de comida. No era para nada divertido, ya no podría entrenar todos los días; no podría salir con mi arco así que fui a comprar unos cuchillos arrojadizos y un puñal pequeño pero resistente, por si sucedía algo podía actuar rápidamente con armas silenciosas y fáciles de esconder.
Con todo eso se me fue el día, así que volví a casa, prepare mi mochila para mañana y me puse a dormir.
A la mañana siguiente me preparé para ir a la escuela. Lo bueno fue que no era necesario ir con un uniforme especial, así que me puse mi tenida de siempre: la chaqueta con gorro negra, que tiene el símbolo solar estampado en la espalda, una polera blanca y unos jeans negros un tanto desgastados. Desayune con celeridad unos cereales y luego me lave los dientes,tome mi mochila y partí a la escuela.
El diseño de la escuela era espartano (murallas de piedra con un piso de madera, con comodas de pino).
Al entrar se podían distinguir claramente las burbujas amistosas. En una esquina estaban los eruditos, hablando de historia, lo que me hizo sentir muy gusto y me tentó a juntarme con ellos. En otra esquina estaban los deportistas. Llevaban poleras de equipos como el Barcelona o el PSG (pocos llevaban poleras de jugadores de la selección griega) y hablaban de partidos que se avecinaban. En el centro estaban los populares, con ropas de marcas carísimas y sus peinados perfectos. Cerca de mi estaban los rockeros, con sus poleras de bandas famosas como Nirvana, Guns n' Roses o Metallica y hablaban de los conciertos venideros de bandas que escuchaban. Me sentía a gusto con ellos aunque en ese momento no pertenecía a ese grupo, yo pertenecía al grupo de los nuevos. Me sentía un inadaptado en esa escuela.
Me acerqué a secretaría a preguntar dónde estaba mi sala. La secretaria era ya mayor, y se le notaba molesta, seguramente por alguna razón ajena a mi.
-disculpe, soy nuevo, ¿podría decirme dónde está mi sala? Es la 4MB
-sigue por el pasillo, al fondo a la derecha-dijo la secretaria, con voz de desprecio.
-gracias señorita- le dije, al ver que no tenía anillo. Eso me salvó de un error que hubiera causado un enfado tremendo en la secretaria, y una vergüenza enorme a mi persona.
-no hay de que.
En ese momento sonó el timbre, por lo que tuve que correr a mi sala. El primer día de clase empezaba, y no tenía una pizca de ser divertido.
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Los soldados olímpicos y la ira de Cronos
AdventureDunckan Higgins y Pearce Reinhold son "soldados olimpicos" entrenados por dos de los dioses y que son enviados al mundo mortal a detener una secta que planea despertar al dormido titan cronos