-Pearce-
De un momento a otro me encontraba en una sala oscura, llena de gente, eran tanto hombres y mujeres. Ellos formaban un círculo intercalado. Un hombre, una mujer, así sucesivamente. Los hombres llevaban túnicas negras y las mujeres llevaban una túnica roja. Todos tenían relojes de arena en las manos, y los mantenían elevados sobre sus cabezas, mientras entonaban cánticos en griego antiguo.
-alláxei ávrio- gritaban las mujeres-*el mañana cambiara*
-aftós mas dínei ti dynami- salmoneaban los hombres- *el nos otorgará poder*
-ótan oi olympus péftoun- decían con más fuerza las mujeres-*cuando el Olimpo caiga*
-píso apó ti génnisi- entonaban con fuerza los hombres-*volveremos a nacer*
-kai o kósmos tha trémoun prin apó tin ischy tou chrónous!- salmonearon al unísono los hombres y las mujeres-*¡Y el mundo temblará ante el poder de Cronos!*
No podía entender lo que sucedía, todo era un sinfín de ruidos y extraños y frenéticos movimientos. Todo estaba tenuemente iluminado con antorchas, cuya flama se movía frenéticamente a todos los sentidos, hasta que en un momento se escucho un enorme y hueco gutural proveniente del centro del círculo, y las flamas de las antorchas empezaron a apuntar al centro del círculo, totalmente firmes, sin titilar.
En ese momento, todos los integrantes de ese rito se arrodillaron y dejaron los relojes de arena en el piso, para luego bajar la cabeza y los brazos en símbolo de idolatría. En ese momento logre verlo. En el centro del círculo había un hombre, semidesnudo (solo tenía un taparabos que cubría sus partes impudendas). Parecía estar convulsionando, y en cosa de segundos se empezaron a formar extrañas marcas en todo su cuerpo. En cosa de segundos empezó a sufrir una monstruosa metamorfosis. Se había transformado en una enorme bestia de 5000 metros (era más alta que el Olimpo!!). Estaba empuñando una enorme hoz de piedra, que lentamente empezó a levantar por encima de su cabeza, y con una increíble fuerza dirigió su golpe hacia el Olimpo.
- nooooo !!!!- dije, colérico- detente ahora mismo !!!!
Fue muy tarde, su hoz de piedra le hizo un enorme tajo al monte Olimpo. Las esculturas caían hecha pedazos, los pilares de mármol se derrumbaron, dejando caer la estructura. Todo se desmoronaba y caía a la tierra. Los dioses empezaban a morir.
Los integrantes del rito empezaron a alabar agitando sus brazos hacia la bestia.
Rápidamente corrí hacia el monte Olimpo, y a los pies de este se encontraban miles de escombros y rocas. El piso se encontraba con sangre. Había dioses aplastados baja escombros, otros con extremidades rotas, incluso algunos sin extremidades. Muchos estaban moribundos, si no se encontraban muertos. Me acerqué a Apolo, quien se encontraba moribundo, con una enorme herida en la zona abdominal. Estaba lleno de suciedad y sangre.
- debes detenerlo...-me decía- queda poco tiempo... debes impedir...que esto...suceda- poco a poco veía como se le iba la vida frente a mis ojos, y yo no podía hacer nada para impedirlo. Puse mis dedos en sus párpados y cerré sus ojos.
En ese momento estaba llorando por cólera.
- por qué a mí ?!?! Por qué a ellos ?!?!- grite lleno de ira.
Levante la vista, y para mi impresión, me di cuenta que no era una bestia lo que había surgido del rito... era el mismísimo Cronos, que me miraba fijamente a los ojos, con una expresión de disgusto. Quede horrorizado.
-p.. por qué lo hiciste??- le dije llorando- déjalos vivir!!
Pensé que me escucharía, pero no me tomaba en cuenta. Dio un resoplido, y levantó su hoz.
- lo siento- dije, mirando a los dioses, con los ojos llenos de lágrimas- no sé qué hacer, no sé si sea lo suficientemente fuerte...
Veía como lentamente caía la hoja de la hoz, cada vez más cerca mío.
- no estarás solo
Miré a los dioses, y les regale una sonrisa.
En modo de aceptación, levante mis brazos a la altura de mis hombros, esperando a que la hoz arremetiera conmigo. Cada vez estaba más cerca de mi, venía acelerando cada vez más y más. Cerré los ojos...
En ese momento desperté
Me encontraba en una camilla en la sala de un hospital.
Estaba totalmente sobresaltado, tenía el pulso demasiado acelerado, sentí un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo, mi respiración era muy agitada. Estaba sudando frío y estaba muy pálido.
-viejo, finalmente desper...-Dunckan se frenó en seco, sabía que algo pasaba, algo malo- que sucede??
-el fin se acerca, el Olimpo caerá y los dioses morirán si no detenemos a Cronos...- le dije desesperado.
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Los soldados olímpicos y la ira de Cronos
AventuraDunckan Higgins y Pearce Reinhold son "soldados olimpicos" entrenados por dos de los dioses y que son enviados al mundo mortal a detener una secta que planea despertar al dormido titan cronos