(Segundo libro de Choose me)
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― ¿Esto se acabó?― Pregunté, al borde de que mi voz se quebrará.
― Sí, lo nuestro termino.
Respondió él y yo con lágrimas en mis ojos, me doy...
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Epílogo parte II.
| Recuerda que tú siempre serás la historia más linda que el destino pudo escribir en mi vida.
Melanie.
Cuatro meses más tarde.
― Déjame ayudarte, no seas necia.― Me reprochó mi hermano, mientras caminábamos hacia la entrada del condominio.
― Puedo sola.― Me quejé.
Mi hermano resopló y me arrebato mi equipaje de mis manos y el maletín de mi bebé, colgándoselo sobre el hombro y arrastrando las maletas.
― Con maletas, el maletín de Ángel y Ángel en el porta bebé no me parece una buena idea, parecías un burro de carga en el aeropuerto.― Se quejó.― Es que no entiendo tú afán de querer hacerlo tú sola, hermanita.
Yo esbozo una sonrisa.
Saludo al guardia de la entrada quien me da la bienvenida después de mucho tiempo (más bien fueron apenas cuatro meses). Llegamos a las puertas del ascensor esperando a que abrieran.
― Ya no te enojes, prometo que a la próxima aceptaré tu ayuda.― Rodó los ojos.― Eres un enojón en toda su palabra.― Me río.
― Y tú una necia.
Minutos después nos encontrábamos dentro de mi apartamento, mi hermano dejo las maletas en la entrada y el maletín de mi bebé sobre el sofá. El lugar lucia radiante y agradezco que mi abuela haya contratado a un equipo de limpieza mientras yo no estaba en casa.
― ¿Cuándo llega James?― Preguntó mi hermano.
Me siento en el sofá continuo observando a mi bebé quien aun dormía, durante el viaje en el avión estaba despierto mirando por la ventana y unas que otras veces lloraba para que su tío lo cargara y ahora dormía como un verdadero angelito.
― Mañana, llega mañana en la noche.― Suspiro.
― Al parecer sigues enfada con él, eh.― Christopher se inclinó hacia adelante, apoyando sus codos sobre sus rodillas descansando su mentón sobre sus nudillos.
Desvió la mirada un momento, queriendo olvidar nuestras discusiones por video llamadas que hemos tenido en estas últimas dos semanas. Sé que mis padres no se han atrevido a preguntarme que es lo que ha pasado entre James y yo pero aunque lo hicieran no me sentía con ganas de hablarles de mis problemas porque sé que tienen suficientes con los de ellos y sobre todo mi padre en la empresa.
Hacía mucho tiempo que yo no me sentía de esta manera.
― Es complicado, creo.― Digo, al cabo de un rato de silencio.
― ¿Quieres hablar de ello? Sabes que puedes confiar en mí, Melanie.― Dice.
Pero nuevamente el silencio se hace presente entre nosotros, vuelvo a sentir vergüenza por la última llamada que me hizo James y terminamos discutiendo frente a mis padres y mis abuelos durante la cena.
