Cap 05 "Regalos secundarios"

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Monse:

Miré a Elena con cara exhausta. Era increíble lo porfiada que podría ser esta mujer. Si, sé que estoy castigada, pero no puede hacerme esto, ella también tuvo mi edad. Ugh. Se supone que debe entenderme.

-¡Vamos Elena!- me quejé alzando mis manos al aire- No puedes negarme esto. ¡Tú también tuviste quince años!- me excusé.

Ella frunció el ceño.

-Si, los tuve- habló y creo que se iluminaron los ojos- Y también tuve mis momentos de rebeldía y me castigaban por eso, muchas veces. No irás a esa fiesta. Pero si a tu cuarto, adiós y buenas noches- finalizó y subió a su habitación.

-Ni iris i isi fiisti, piri si i ti hibiticiin, idiis i biinis nichis- la imité con tono pomposo, rodando los ojos.

-¡ESCUCHE ESO!- grito desde las escaleras- Ve a tu habitación. Se acabó, no irás.-añadió.

Subí a mi habitación, luego de haberme comido un pastel que estaba en la nevera y tomarme media botella de refresco, me resigné y subí. Me sentía cansada... No, cansada era poco, cansadísima, había sido un largo día. Di mi primer beso y le dieron una terrible paliza al chico que me gusta. Ash, maldito Fred. Nah, lo quiero pero ahora lo odio. ¡Ah! Y lo peor es que terminé castigada. Lindo detalle, Elena. Ohh, se me olvidaba también vi a mi mamá, mi suerte no puede ser peor.

Les contaré que fue aquella pequeña discusión con Elena en la cocina que acaba de suceder. Cuando llegué al Penthouse, Paula, una compañera de curso me envió un WhatsApp, que decía lo siguiente;

"Hey Monse ¿Quieres venir a la fiesta de Isa? Será la más relevante del colegio, ¡Los de último año irán! Tienes que venir. Besos Pau."

Así que si, todo lo que quería era ir a esa fiesta, oh, pero cierto, Elena me castigó y no me quiere dejar ir. Ush. Ya no tengo manera de rogarle de que me deje.

Me tiré en la litera y saqué mi teléfono, pasando por la lista de mis contactos, pensando a quien debería escribirle. Pensé en John, pero en definitiva NO. Aenya, quizá. Si, llamaré a Aenya.

Aenya Parks, una chica morena, de actitud misteriosa, graciosa cuando al fin se le conoce, sus puntas cambian tanto de color como su opinión. Vive con su amiga Samantha en un departamento, cabello negro y usa gafas. Una de mis amigas más cercanas.

La llamé y no contestó la sucia esa. Odio cuando desaparece y no deja rastro, tipo ladybug cuando no es ladybug pero desparece para convertirse en ladybug ¿Entienden? Yo soy su Alya o Adrien dependiendo de la situación. Aen y yo estamos locas, compréndannos.

Me abracé a mí misma, como acostumbraba a hacer desde que tengo memoria. Luego de pensar un rato en que chingados iba a hacer para ir a esa fiesta, se me ocurrió lo que no hacía desde hace muchos meses: Escaparme.

Podría idear un plan, de esos en los que soy experta. Podría decir que me quedaría en casa de una amiga a estudiar y me escaparía en ese instante a la fiesta... ¡Sí!

Me pondría aquel vestido azul con blanco que me compré la navidad pasada y... Pero no, en definitiva no lo iba a hacer. No soy capaz, o sea, será para que Elena me eche de su casa, y no tendré a donde ir.

Me levanté de mi cama para ir a mi pequeña maleta y sacar mi pijama. De ahí saqué una camisa de futbol gigante que le robe a Antoine la semana pasada y unos shorts que me quedaban volando de estrellitas. Me quité el sostén y de ahí pase a ponerme la pijama.

Iba a acostarme cuando sentí que tocaron la ventana repetidas veces. Que rayos está pasando aquí...

-¡ELENA TU CASA ESTA EMBRU...!- grité pero fui interrumpida porque una mano había sido posada en mi boca.

Familia Inusual.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora