SÓLO MÍRAME, Y ASÍ SABRÁS LA VERDAD... - PARTE 2

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XI

Desde el pasillo fuera de la habitación de Draco, sus mejores amigos podían oír todo el escándalo que estaba haciendo él dentro. Se podía escuchar vidrios ser estallados contra las paredes, maldiciones oscuras filtrándose por la ahora frágil puerta.

Astoria quería entrar y detenerlo, porque se estaba haciendo daño incluso a él mismo, pero Blaise le había detenido.

- Pero se está destruyendo, lo escuchas -. Le dijo ella al borde de la desesperación, al escuchar una fuerte explosión, como si de una bomba se tratase.

- Sabes que si lo detenemos será peor, hay dejar que se calme solo. Hay que darle su espacio -. Intentó razonar Blaise.

- Claro, y dejar que se mate -. Le dijo con reproche Astoria, soltándose de su agarre y yendo hacia la puerta para abrirla, pero esta de pronto desapareció.

- Él estará bien, sólo está herido y necesita desquitarse con algo, que es lo que está haciendo, pero no cometerá ninguna locura -. Dijo Theodore, dándose la vuelta con tranquilidad.

- Adivino de mierda, ¡vuelve a poner la puerta en donde estaba! -. Le gritó Astoria, aun sin querer rendirse y siguiéndolo para obligarlo.

Blaise la miró y negando con la cabeza, volvió la vista al frente, en donde la puerta volvió a aparecer ante él. Sí, le había dicho a Astoria que había que dejarlo solo y eso, pero sabía que su amigo necesitaba ayuda y ser escuchado. Por eso, con varita en mano por las dudas entró dentro.

Realmente esperaba ver a su mejor amigo con los ojos desorbitados y el rostro contraído por el enojo. Pero al abrir la puerta, lo único que encontró fue a un pobre chico destruido sentando en el centro de la habitación mientras fumaba un cigarrillo. Miró la habitación bajando la varita, y vio como incluso la cama se encontraba destruida y el vidrio que mantenía el agua afuera de la habitación se encontraba astillado.

- En serio, te ves horrible -. Le dijo acercándose a él y viendo las lágrimas que aun persistían en sus ojos y mejillas.

- No estoy para bromas -. Le contestó él, sin mirarlo.

Blaise se sentó al frente de él y se prendió su propio cigarrillo, esperando que su amigo escupiera todo o que llevase dentro, pero no se veía muy dispuesto a hablar.

- ¿Quieres decir algo? -. Le preguntó al fin.

- No, no tengo nada que decir -. Le contestó Draco, prendiéndose otro cigarrillo.

- Como quieras.

Blaise se acomodó mejor y siguió fumando. Sabía que tarde o temprano su amigo hablaría, y él estaría ahí para escucharlo.

* * *

"Sólo tú y yo". Se repetía una y otra vez Hermione, mientras acariciaba su vientre. Estaba herida, realmente herida. Parecía que todo en su vida estaba ligado al dolor, al sufrimiento, pero ahora era peor.

Por un segundo había pensado que ella y Draco podrían tener una oportunidad, pero después de todo lo que le dijo, toda aquella ilusión se desquebrajó.

Ahora sentada en la Torre de las Lechuzas no podía dejar de recordar aquella desagradable discusión que había tenido con Draco.

Sí, sabía que tenía la culpa por no haberle dicho que ella estaba embarazada de él, pero nunca había supuesto que las cosas iban a terminar así. Le dolió más que nada que él halla respondido a sus dudas, diciendo que si en verdad ese bebé que estaba esperando ella fuera realmente suyo nunca lo aceptaría porque era hijo de una Sangre Sucia.

En serio lo había odiado, realmente lo había hecho, tanto al fin había dicho lo que él tanto había esperado escuchar: que en realidad había jugado con él, que lo había usado y todo eso, que en verdad el padre era otro.

Tal era su bronca que se había burlado de él y de sus encuentros, no quería hacerlo, pero estaba realmente ensegecida por el dolor.

Pero algo dentro de ella le dijo que un no perdiera las esperanzas, porque algo en él se manifestó cuando ella le había dicho todas esas atrocidades. Algo le decía que él sentía por ella lo que ella sentía por él, pero las cosas estaban tan complicadas que esa chispa de esperanza era muy minúscula, y si no se apuraba en arreglar las cosas, esa chispa desaparecería por completo... pero ella aun no se encontraba preparada para perderle... al menos por ahora.

* * *

- ¿Sabes? Me di cuenta de que realmente la quería, tarde es verdad, pero al menos me había dado cuenta. Y en cuanto lo supe, quería volver con ella, quería volver a tenerla entre mis brazos... quería dar todo por ella... -. Empezó Draco pasando una mano por su pelo, y haciendo una mueca de desagrado. - Al principio me sentí un idiota por haberme enamorado de una Sangre Sucia y eso, pero después me di cuenta que todo aquello lo ponía como escusa para negar que realmente sentía algo por ella. Cuando desvelé todo lo que había dentro de mi cabeza y mi corazón lo demás no me importó, no me importó que fuera una insufrible sabelotodo, o lo de su sangre, sólo quería estar con ella...

- ¿Qué paso? -. Preguntó de golpe Blaise al ver que su amigo se volvía a perder entre sus pensamientos.

- Hoy fui a la maldita fiesta de Parkinson, y terminé con ella, fue épico -. Dijo con una media sonrisa, que nunca llegó a sus ojos. - Pero entre la discusión ella me dijo que Hermione... -. Pronunció su nombre con dolor, pero luego siguió. - Que Granger estaba embarazada y lo peor de todo es que era de ese idiota de Thómas. No le creí, nunca le había creído, pero al recordar lo que el idiota me dijo que Granger había solo jugado conmigo me hizo dudar, así que yéndome de la fiesta volví al castillo, y me la rescontraré en las escaleras. Y ahí comenzamos a discutir, te hubiera gustado, nos faltó solo tirarnos una maldición y estábamos completos.

Draco se volvió a quedar en silencio al recordar lo que ella le dijo. Sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas. No quería llorar, no quería parecer un débil ante su amigo, pero no lo podía evitar. Se sentía herido y traicionado, eran sentimientos que él conocía perfectamente, pero nunca le habían hecho sentir tan perdido como ahora. Miró su brazo izquierdo, en donde aun persistía la Marca Tenebrosa, la cual su padre le había condenado hacía dos años atrás, ahí fue la primera vez que experimentó eso... pero no había comparación, y es que nunca la habría...

- Ella me dijo... me dijo que sólo había jugado conmigo, que sólo fui su diversión del momento. Y que es verdad que está esperando un hijo de otro... ¿sabés? Por un momento me hubiera gustado que fuera mío... por un momento desee que fuera mio...

- Pero, ¿cómo sabes que no es tuyo? -. Le interrumpió Blaise, apagando su cigarrillo, y haciendo aparecer una botella de Whiskys de Fuego y dos vasos.

- Ella me lo dijo.

- Ella te lo dijo, ¿y ya?

- ¿A qué te refieres?

- Valla que el dolor te segó la mente -. Le dijo en forma negativa. - Yo también podría decir que estoy embarazado de tal, pero resulta que es de aquel otro... bueno, sabes que eso es imposible de por sí, pero entiendes el punto, ¿no? -. Explicó con una sonrisa.

- ¿Qué? ¿Quieres embarazarte? -. Preguntó Draco, pero lo que en verdad estaba haciendo era pensar en lo que él dijo.

- ¿Quién sabe? -. Le contestó Blaise, encogiéndose de hombros, pero sin perder la sonrisa.

- Pero lo dudo, dudo que ella me halla mentido. ¡Me lo dijo! ¡Dijo que el bastardo ese era el padre! -. Gritó Draco, levantándose y dándole una patada a lo primero que encontró en su camino. - Ella... ella dijo...

Pero las palabras quedaron en el aire ya que Draco se encontraba cansado incluso de sus propios sentimientos. Cayó de rodillas, cerró sus ojos y se concentró en volver a levantar todas sus paredes. Blaise miró una vez más a su amigo, y dejando los dos vasos llenos de Whisky y se marchó, dejándolo sólo con sus pensamientos, deseando que su amigo se recuperase...

Y ahí se quedó durante una semana completa, sin querer despertar de su paz interior.

* * * 

Es Más Que Eso... [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora