¿SECRETOS SALIDOS A LA LUZ?

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XIV

Draco siguió sin expresión alguna, mirándola sin pestañear siquiera, mientras miles de cosas pasaban por su mente.

- Hace rato que lo se... pero no me animaba a decirte nada... yo... tenía miedo -. Siguió ella. - Por favor, créeme, es tuyo. ¡Es completamente tuyo! ¡No me mires así! ¡Es la verdad!

- No lo se Parkinson. No puedo creerte. ¿Recuerdas que no hace mucho rompí nuestro compromiso? Bueno, ¿qué te hace creer que te creeré y aceptaré enseguida esto que me dices, sin pensar que es una venganza por romper aquel compromiso... o peor, para que vuelva a caer el tus garras?

- ¡Te odio! ¡Maldito bastardo! ¡Yo seré muchas cosas, pero nunca una mentirosa! -. Gritó, mientras salía corriendo.

- Idiota... -. Se dijo a sí mismo, mientras se golpeaba la cabeza contra la baranda.

¿Por qué mierda eran así las mujeres? ¿Quién las entendía? ¿Y por qué él era un descuidado? No lo sabía. Era tan idiota, que ahora cargaba con las consecuencias.

* * *

Pronto se esparció por todo el colegio que Hermione no era la única embarazada. La otra no era ni más ni menos que la mismísima Pansy Parkinson... y para su desgracia se rumoreaba que el padre era Draco Malfoy.

Sabía que al final él iba a terminar casándose con ella... ¡y pues que lo hiciera! Ella estaba muy bien como estaba y era feliz así. Ella y su bebé no necesitaban de un hombre para poder salir adelante, los dos serían lo suficientemente fuertes como para hacerlo sin ningún problema. Y eso le había dicho a Ginny, en cuanto se enteró lo del rumor junto con Hermione. Ginny sabía que su amiga podía salir adelante sin la ayuda de nadie, no por nada era la mejor bruja de todo el mundo, pero sabía que a pesar de que su amiga no lo dijera, ella necesitaba a Draco, porque nunca había dejado de quererle. Conocía perfectamente a su mejor amiga, y sabía lo que había más allá de aquella expresión alegre que tanto le mostraba a todos.

- Como dije Ginny, todo está perdido. No entiendo porque luchar -. Le dijo Hermione, cansada de que su amiga intente siempre decirle lo contrario.

- Porque lo amas, aun lo quieres. No te acuestas un día y al siguiente se te ha ido el amor... el amor...

- Sé lo que es el amor, ¿vales? Y sé lo que siento, y porqué, así que Ginevra me gustaría que no te metieras en esto -. Le dijo con dureza Hermione, levantándose de la butaca y saliendo de la Sala Común.

Ginny por un momento se sintió herida, pero comprendía lo que su amiga sentía, quería ayudarle, pero ella no se dejaba, ni siquiera quería hablar de lo que realmente sentía, y de esa forma no podía ayudarla.

Negando con la cabeza por la terquedad de su amiga, subió a su habitación.

* * *

- Idiota -. Le dijo Pansy, dándole un golpe en pecho a Dean. - Podrían habernos visto -. Le reto, pero abrazándolo y siguiéndole la corriente.

- ¿Y qué? -. Le preguntó, besando su cuello.

- ¿Y qué? ¿En serio? Nene, si nos ven, nuestros planes se irán al garete -. Le retó, con ternura, y riéndose con diversión.

- En este momento no me importan los planes, sólo quiero estar contigo -. Le pidió él.

- Y lo estaremos, pero ahorita, no podemos dar rienda suelta a nuestros impulsos, debemos ligarnos al plan.

Dean dejó de acariciarla y se alejó de ella, colocándose contra la pared. Ambos estaban encerrados en una salón vacío, en donde Dean la había metido de golpe al verla pasar por su lado.

- ¿Por qué me miras así?

- Estoy cansado de esto. Estoy cansado de que pretendas estar enamorado de ese, cuando no es verdad. Me enferma que todos digan que el bebé que esperas es de aquel oxigenado, cuando en verdad es mío -. Dijo casi a los gritos Dean, golpeando la pared por su enojo.

El rostro de Pansy se endureció por un momento, no le gustaba que le gritasen ni nada por el estilo. Pero pronto se recompuso y le sonrió volviendo a acercarse a él.

- Amor, sabes porque hago todas esas cosas, además están dando buen fruto. No te preocupes, las cosas saldrán tal y como la esperamos -. Le tranquilizó, dándole un beso en los labios.

- Eso no me tranquiliza, ni para mis celos -. Le dijo él.

Ella volvió a reír divertida, haciendo un puchero, algo que a él le encantaba.

- Pero ahora, debes hacer tu parte -. Le indicó ella, abrazándolo con fuerza. - Después, el tiempo es nuestro para siempre.

* * *

Astoria sonreía con satisfacción al poder escuchar por propia boca de Pansy la verdad. Pero al segundo hizo una mueca porque no tenía prueba alguna de lo que había escuchado.

Tonta había sido de no haber hecho un hechizo para poder dejar guardada la evidencia. Golpeó- no de una manera bruta-la cabeza contra la pared y volvió a pensar que hacer.

En todo el tiempo pasado, había buscado pistas de cerca de y lejos para saber todo los planes locos que tenía Pansy, pero nunca había logrado nada fiable como ahora, ya que Pansy había sido muy astuta e inteligente. Astoria había intentado acercarse aun más a ella, pero esta no le había dejado, porque conocía de sobra la amistad tan estrecha que Astoria tenía con Draco y cualquier cosa que esta descubriera iría corriendo a contarle.

Pero ella nunca se había dado por vencida, y de hecho, nunca lo haría.

Ahora tenía lo que quería y eso le había hecho sentí muy bien. Lo único que le quedaba era sacar todo eso que esa Perra tenía dentro... y realmente dudaba que realmente ese crío que llevaba dentro fuera realmente de ese Gryffindor.

Se separó de la pared y siguió su camino hacia las mazmorras, pero una cabellera pelirroja la hizo detenerse de golpe.

- ¡Weasley! -. Gritó antes de que ella desapareciera de su vista por completo.

Ginny se quedó petrificada por un momento al ver quien la llamaba. Pero al ver que su rostro no mostraba señales de maldad, se regaló y no desterró la idea de sacar su varita.

- ¿Qué sucede? -. Preguntó.

- Sucede que necesito tu ayuda -. Dijo con una sonrisa amigable Astoria.

Ginny frunció el ceño sin comprender lo que esta le decía en verdad.

- ¿Mi ayuda? ¿Para qué?

- Ya lo sabrás...

* * *

Es Más Que Eso... [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora