-...y la semana que viene iremos a ver un juicio en directo, para que vayáis experimentando la sensación- dijo el profesor.
James ahogó un quejido desde su pupitre. ¿Qué sensación? ¿La de ver como condenaban a un hombre a la cárcel? Porque a él no le apetecía en absoluto. No le gustaba tener que decidir el destino de una persona. Edo no era para él.
-Termina la clase por hoy. Nos vemos mañana.
Todos los alumnos se levantaron y salieron poco a poco del aula. James esperó a su amigo Marco, que siempre tardaba mucho en recoger sus cosas.
-¿Hoy te vienes a mi casa?- le preguntó Marco.
-No puedo...
-Ya. Nunca puedes. Hace más de un mes que me dices lo mismo.
-Es que...Tengo cosas que hacer. Trabajo por las tardes.
-¿Y por la noche? ¿No puedes venir a tomar algo con nosotros?
-Bueno, supongo que sí. Aunque tendría que estudiar, voy un poco agobiado con el siguiente examen.
-Venga ya, James, esta carrera no es para tanto. Si yo puedo hacerlo, tú también. Además, el Derecho es apasionante, no entiendo por qué te cuesta estudiarlo- sonrió.
Marco no sabía que James estudiaba Derecho por obligación de su padre. No se atrevía a decírselo. Lo que sí sabía era que tenía que trabajar para pagársela.
-Tienes razón- admitió.
-Claro que la tengo, ya nunca estás con nosotros. Tienes que divertirte ub poco.
Andaron hasta salir del campus de la Universidad.
-Te pasaremos a recoger al trabajo, James, adiós- se despidió Marco.
-Hasta luego.
***
James entró en Brioche, a la misma hora de siempre. Gracia le vio y se acercó a él. Había quedado con sus compañeros que ella se encargaría de preguntarle qué le ocurría.
-Buenas tardes, Gracia- le saludó él.
-Hola.Quería hablar contigo de una cosilla...que nos preocupa.
-Claro, dime.
-Llevas un tiempo un poco...raro. No sabemos qué te pasa.
James se enfadó. No le gustaba que la gente se metiera en sus asuntos. No necesitaba ayuda de nadie. Se las apañaba solo.
-No quiero que os metáis en mi vida. Solo somos compañeros de trabajo- dijo con furia, pero bajando la voz.
Gracia retrocedió un paso, dolida. Toda la alegría que le caracterizaba se había esfumado.
-Está bien- murmuró.- Lo siento.
Y se dio la vuelta, caminando rápidamente hacia el mostrador de la cafetería.
James estuvo de mal humor toda la tarde. No cruzó una palabra con nadie, simplemente hizo su trabajo.
Sus amigos fueron a buscarle al acabar, y se fue con ellos.
Estuvo hasta tarde divirtiéndose. Hacía mucho que no lo hacía, y le sirvió para olvidarse de Gracia, que le había amargado el día.
Cuando volvió a casa eran pasadas las doce. Abrió la puerta de su casa, donde vivía solo, y encendió la luz. Al llegar al salón, vio una figura sentada en el sofá. Era su padre.
-¿Te parece que estas son horas de llegar?

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Ella©
Lãng mạnÉl. Estudiando una carrera que no desea, trabajando siempre en el mismo lugar. Cansado, deprimido. Ella. Ciega por un accidente. Feliz pese a las circunstancias. Dispuesta a ayudar a quien lo necesita. Quizá solo necesitan juntarse. Quizá ella pued...